¿Se puede desmontar el Estado burgués sin desmontar a la burguesía? Fraude o candidez

Altos voceros anuncian el desmontaje del Estado burgués como un objetivo de la acción de gobierno. El asunto es de vital importancia para la marcha de la Revolución, debe ser uno de los polos de discusión de los Revolucionarios. Veamos.

Empecemos por revisar algunos conceptos que nos ayudarán a entrar en la investigación con alguna base:

Vayamos al libro clásico de Lenin "El Estado y la Revolución", que encontramos en la página de la Juventud del PSUV. En ese texto, Lenin escribe:

"El Estado -- dice Engels, resumiendo su análisis histórico -- no es, en modo alguno, un Poder impuesto desde fuera a la sociedad; ni es tampoco 'la realidad de la idea moral', 'la imagen y la realidad de la razón', como afirma Hegel. El Estado es, más bien, un producto de la sociedad al llegar a una determinada fase de desarrollo; es la Confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo misma en una contradicción insoluble, se ha dividido en antagonismos irreconciliables, que ella es impotente para conjurar. Y para que estos antagonismos, estas clases con intereses económicos en pugna, no se devoren a sí mismas y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para eso se hizo necesario un Poder situado, aparentemente, por encima de la sociedad y llamado a amortiguar el conflicto, a mantenerlo dentro de los límites del 'orden'. Y este Poder, que brota de la sociedad, pero que se coloca por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella, es el Estado" (págs. 177 y 178 de la sexta edición alemana).

Y comenta,  Lenin:

"Aquí aparece expresada con toda claridad la idea fundamental del marxismo en cuanto a la cuestión del papel histórico y de la significación del Estado. EI Estado es el producto y la manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden objetivamente, conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables".

Ya tenemos un primer elemento: el Estado es expresión de una sociedad dividida en clases con intereses irreconciliables. Y continúa, Lenin:

"Según Marx, el Estado es un órgano de  dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del 'orden' que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases".

Y concluye la idea con este magistral párrafo que no pierde vigencia:

"Que el Estado es el órgano de dominación de una determinada clase, la cual no puede conciliarse con su antípoda (con la clase contrapuesta a ella), es algo que esta democracia pequeñoburguesa no podrá jamás comprender. La actitud ante el Estado es uno de los síntomas más patentes de que nuestros socialrevolucionarios y mencheviques no son en manera alguna socialistas (lo que nosotros, los bolcheviques, siempre hemos demostrado), sino demócratas pequeñoburgueses con una fraseología casi socialista".

Ya tenemos otros elementos: el Estado, además de ser una expresión de una sociedad dividida en clases, es un órgano de dominación de una determinada clase, la cual no puede conciliarse con su antípoda. Es decir, la burguesía no puede conciliarse con los trabajadores, con los desposeídos. Y Lenin nos completa nuestro cuadro escribiendo:

 "El Estado es una 'fuerza especial de represión'. Esta magnífica y profundísima definición de Engels es dada aquí por éste con la más completa claridad. Y de ella se deduce que la 'fuerza especial de represión' del proletariado por la burguesía, de millones de trabajadores por un puñado de ricachos, debe sustituirse por una 'fuerza especial de represión' de la burguesía por el proletariado (dictadura del proletariado). En esto consiste precisamente la 'destrucción del Estado como tal'. En esto consiste precisamente el 'acto' de la toma de posesión de los medios de producción en nombre de la sociedad".

Ya tenemos suficientes elementos para entrar en las discusión concreta nuestra.

Primero, este Estado nuestro, aquí y ahora, estimula a la clase burguesa, le otorga dólares, legisla de acuerdo a sus intereses, le da dinero para que exploten. Simultáneamente, hablan de desmontar el Estado burgués cuando lo que hacen es adecuarlo a sus intereses, como cuando eliminan los trámites para la importación, o ajustan el control de cambio. Si queremos algo más directo, se le pide a los más destacados burgueses asesoramiento en las medidas económicas que deberían tomar. Recordemos las tristes célebres cincuenta y tantas medidas de mendoza.

Al contrario de desmontarlo, al Estado burgués lo estamos vigorizando, ajustándolo a las necesidades burguesas de hoy, a la productividad burguesa, a la importación burguesa. Y lo que es peor: se quiere crear, vigorizar a una burguesía; en otras palabras, una clase enemiga de los trabajadores y desposeídos que exigirá un Estado también enemigo de los trabajadores y desposeídos.

Queda a juicio del lector la respuesta al interrogante del título: ¿Se puede desmontar el Estado burgués sin desmontar a la burguesía? Fraude o candidez...

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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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