¡Con esta anarquía no habrá socialismo alguno!

No solo de buenas intenciones se vive, hay que ir a los hechos y accionar de manera efectiva de acuerdo a las circunstancias. En todos los países hay problemas sociales y económicos y cada uno los vive en el manto de sus realidades. Hace poco el primer ministro de Bélgica llegó a un sitio y su chofer estacionó el auto mientras esperaba el regreso del funcionario; el confiado driver fue a una librería muy cerca y al volver al carro un vidrio trasero estaba roto y la laptop del ministro había desaparecido.

Este mismo año el Banco Credit Suisse fue multado por permitir transacciones fraudulentas. ¿Habrá UN Banco que no sea delincuente? No existe, sobre todo en los países llamados “desarrollados”. Ellos también desarrollan sutilmente el delito. En EE.UU hay casi 40 millones de pobres, muchos de ellos en estado crítico y cada día gastan millones de dólares en armamento para invadir países. Todas las “grandes potencias” están armadas hasta los dientes y eso no cambiará, por el contrario, sigue en ascenso. El capitalismo y su expresión mayor, el neoliberalismo, seguirán mandando como hasta ahora, produciendo guerras para retroalimentarse, violencia variopinta y pobreza aguda. ¿Fin de la historia? No, la historia continúa escribiendo páginas grises y oscuras. El socialismo es la única alternativa para salir del círculo tenebroso del capital neoliberal depredador.

El problema es la hipnosis colectiva en la que estamos inmersos debido a la insaciable propaganda consumista que consume nuestras vidas y salir de ese estado hipnótico sólo es posible con un SHOCK en nuestra conciencia. Un shock que nos eleve el nivel de conciencia para saber crudamente el pantano social donde nos encontramos. Simón Bolívar libró una guerra heroica para derrotar al invasor español y salió derrotado por la traición de sus compatriotas y “hermanos” de Colombia. Hugo Chávez realizó un superesfuerzo para traernos de nuevo el ideal bolivariano y cultivarlo en pensamiento y acción. Su encomiable misión logró el despertar de millones de conciencias aletargadas en el criminal bipartidismo que azotó al país y muchos respiramos aliviados al ver que la esperanza no estaba perdida. ¿Aró en el mar? Los hechos dicen que sí y la batalla por el no aún persiste. El problema es que los que detentan actualmente el poder bregan por el SÍ y nos llevan casi toda la ventaja.

Nunca se habían construido tantas viviendas en Venezuela, nunca hubo tanta atención médica al desposeído, tanta facilidad para la educación, en fin, nunca hubo tanta inversión social que los socialdemócratas llaman “gasto”. Pero el estado burgués sigue intacto y así no habrá salida a una transición al socialismo. Vivimos en realidad un estado de anarquía total y con eso no llegaremos ni siquiera a un estado de bienestar. El Poder Judicial está muy descompuesto desde hace décadas y los progresos han sido mínimos. Leyes que no se aplican, funcionarios corruptos y sin castigo. Escasez inducida de alimentos y rubros de primera necesidad y el gobierno ha sido ineficaz en resolver un problema que debió atacarse hace meses.

Los ministros están desprovistos de toda ideología socialista. Los alcaldes y gobernadores, en su mayoría ladrones del erario público, no hacen su trabajo y las calles son un desastre lo mismo que los servicios públicos y no hay ley que les exija resultados prometidos. La burocracia es tan asfixiante que pretenden combatirla con más burocracia. Recuerdo al nefasto presidente Caldera cuando creó el ministerio para la desburocratización el cual no hizo absolutamente NADA. Hemos sido gobernados, antes de Chávez, por mandatarios que no se preocuparon por elevar el nivel cultural del pueblo, ni siquiera para cambiarle el rostro deteriorado de las principales ciudades y pueblos con mucho legado de nuestra historia ancestral y así promover el turismo. Es una vergüenza llevar a extranjeros a conocer el casco histórico de muchas capitales por culpa de alcaldes y gobernadores incultos que sólo ven el dinero como un fin para lo que fueron electos. No hay autoridad contundente en calles y en autopistas sin vigilancia policial nocturna. Nosotros queremos el ejercicio de la ley en manos de autoridades honestas.

Desde el hogar debe venir esa educación, afincarlo en las escuelas y liceos, inculcar a los alumnos el amor patrio y la conciencia social para que avancemos a una vida mejor. Hay que meterse barrio adentro para que veamos, como decía Chávez, como ladra la pobreza y el desamparo de miles y miles de niños abandonados por sus padres y migrando entre las miserias. Si eso no se ataca jamás llegaremos a ningún puerto socialista. El desencanto está creciendo. La subcultura de “cuanto hay pa’eso” tiene que ser abordada con inteligencia o seguiremos arando en el mar hasta que el capitalismo nos consuma. Hay mucha anarquía y pocos resultados en combatirla. Estamos hartos de discursos, queremos que se aplique la ley con todo rigor. Seguimos esperando por los ladrones de CADIVI, por los comerciantes que obtienen dólares preferenciales y nos venden a dólar negro. La SUNDECOP es un fracaso y basta visitar cualquier comercio y lo palparemos en su cruda realidad. ¿A dónde llegaremos? Es mejor callar y mantener la esperanza bolivariana.

Un gobierno de derecha nos llevaría ipso facto al abismo. Y un gobierno que se alíe con la burguesía parasitaria también. Rescatemos al menos el brío del comandante Chávez y su ideario anticapitalista para que la esperanza reviva. ¿Quien os oirá?...


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Efraín José Granadillo


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