Pagar recompensa por denunciar, es prostituir la revolución

Es innegable. La ofensiva puesta por los gobiernos nacional y regionales contra el contrabando, especulación, usura y desabastecimiento programado, ha sido exitosa y ha arrinconado a los delincuentes y toda tentación de delinquir por esta vía.

Pero, bajar la guardia o agregarle elementos distorsionadores, generarían efectos devastadores contra el Pueblo y contra el gobierno, por lo que, lo más recomendable sería que dejásemos que el nuevo Superintendente Nacional de Precios Justos, Andrés Eloy Méndez, ejecute la estrategia acordada con el Presidente Nicolás Maduro y las tácticas a las que haya lugar, dado el reacomodo de la burguesía parasitaria y delincuente, que ya anda buscando otros caminos, como la guarimba y el colapso total, que pretenden montar con apoyo de Fedecámaras-Venamcham-Cavecol y los cuarteles del Departamento de Estado norteamericano establecidos en Venezuela, gobernados desde la AVERU.

Por otra parte, el Pueblo organizado y la madurez política individual, son los motores que han permitido, ahora, ir un paso adelante con lo que conocemos como "Contraloría Social" y romper con la vieja tradición de fracaso de la IV República.

Pero, introducir con las palabras edulcoradas que se quiera, el "incentivo" o "pago" por denunciar o cantar la zona, es una grave distorsión, aunque esté preñada de buena voluntad. Sólo en Revolución (bolivariana, socialista y chavista), ha funcionado la Contraloría Social, porque hemos madurado, colectiva e individualmente y hemos entendido que "solo el Pueblo salva al Pueblo".

Por tanto, dar incentivos o pagar, rompe con la "ética" revolucionaria, que desde el Comandante Hugo Chávez ha aflorado colectivamente y con el Presidente Nicolás Maduro, ha sido el baluarte contra la feroz guerra económica desatada por los sectores fascistoides y parasitarios.

De manera que introducir el elemento del incentivo o pago, solo genera otros vicios y distorsiones, antiéticas, como la del "sapo" o "soplón", dado que su fin no es por el bien común o la restitución del estado de derecho, sino por fines crematísticos y promueve más vicios y lacras sociales, como los "cazarrecompensa", tan perversos como los prestamistas, los sicari y los trotaconventos.

En esta guerra económica, la tríada Pueblo-FANB-Gobierno, sin desespero, está. restituyendo el derecho al Pueblo, sin necesidad de copiar o emular ejemplos fallidos e inescrupulosos, que han sido practicados en países vecinos, cuyas secuelas son, por ejemplo, el asesinato de familias enteras, el desplazamiento, más soborno corrupción y muerte, porque han combatido fuego con fuego, desde la antiética, es decir, desde el mover las cosas, por el incentivo económico o la riqueza súbita, como han enseñado los gringos, con aquello de que "todos tenemos un precios".

En Venezuela se impone la "Contraloría e inteligencia social", gracias a la madurez política y revolucionaria del Pueblo que tiene ética revolucionaria y que cada día más, gradualmente, aunque con dificultad, se aleja de los vicios de la IV República y de los antivalores del capitalismo.


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Luis Alexander Pino Araque


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