Que Maduro no beba ni de las botellitas de agua

Alejándome de la fuga de cerebros de Aporrea, a pesar de que nuevamente leí al Sr. Beltre, dominicano, que debe estar riéndose de todos los huyentes porque su artículo produjo una estampida, y él volvió como si nada, y podríamos decir que aun lamentándolo se limpió la “casa de las opiniones” de los que no entienden de política, no entienden la del gobierno del Psuv, su cúpula, que es la de Maduro a favor de darle gobernabilidad a un país al que estaban haciendo ingobernable. Pactos de sacrificio cuando tiene una especie de espada de Damocles muy poderosa, capaz de todo. ¿Entienden? Y no es que el mejor hijo de Chávez está vendiendo revolución, por el contrario, a mi juicio, está reparando todo lo malo que hizo el gobierno de su papá, el nuestro, y conociéndolo bien está aplicando lo que era necesario. Y lo que falta.

Yo he criticado algunas veces con fuerza pero no para someter al escarnio opositor nuestra compleja labor de gobernar en el capitalismo purito buscando iniciar un socialismo que ni los dirigentes altos y medios, ni los miembros de las comunas conocen, mucho menos a fondo, con sus excepciones, pero jamás echarle mierda a nuestro líder presidente de turno, aunque sí a muchos ministros y presidentes de instituciones que ni conocemos.

Conociendo la alta malevosidad de la oposición capitalista, más la de los agregados pajúos humildes que se les pegan creyendo que lo que el gobierno ha programado, y lo que hace, va contra ellos, hay que evitar que le hagan a Maduro lo que le hicieron a Chávez. A Chávez lo amenazaron de muerte de cualquier manera, unas que conoció y miles en estado teórico, y sus asesores de seguridad, de aquí y de allá, lograron blindar los posibles atentados lógicos. Chalecos, carros blindados, maletines antibalas, posibles francotiradores, en fin un carajazo de aspectos pero descuidaron la comida, la bebida, la piel. Alguien mencionó que la inoculación de ese extremadamente salvaje cáncer fue en una visita a Trinidad, y posiblemente por agentes del Mossad, de las organizaciones más preparadas en el planeta para cometer atentados, más que la CIA.

Hay muchos camaradas bien capaces de gobernar con eficiencia, haciendo equipos eficientes también, pero no es fácil conseguir un Líder. Fíjense, un Chávez sale cada siglo y en todo el planeta. Maduro se formó en esa universidad chaveriana y sigue fortaleciéndose en sus principios y enseñanzas, y se guía nada menos que por el Plan de La Patria por él elaborado, el maestro mundial que partió de sus ilusiones y metas plasmadas en el Libro Azul.

A cuidar a Maduro, sabiendo lo de las amenazas de magnicidio nos da escalofríos cuando aparece en un evento masivo, en una bicicletada, en fin donde esté expuesto a las acciones de la pólvora. Pero siendo del conocimiento colectivo de que para disimular no harían algo tan extremadamente visible (aunque a los gringos les importa todo un coño) nos preocupa verlo levantar e injerir un jugo de caña, un vaso de papelón con limón o unas simples botellitas de agua. ¿Quién garantiza la proveniencia de esas botellitas? Los de compras para la presidencia se conforman contener un proveedor confiable, amigo, pero desconocen que sinvergüenzura mortal, de envenenamiento progresivo estén realizando. Y así con otros renglones. Informarse quienes limpian las habitaciones todas donde Maduro descansa. Revisar minuciosamente cada espacio, cada sitio donde sentarse, etc. Una revisión exhaustiva tal como vemos e las películas. Se requiere de personal extremadamente formado en esas lides y acuciosos por demás, maliciosos en extremo.

Perdimos a Chávez, no podemos perder a Maduro.


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Simón Lacise


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