Las y los guerrilleros se nos mueren

Que balance, no del 2013 comenzando el 2014; quiero escribir unas notas con un balance preocupante de los históricos.

Nos ha dejado un sabor amargo las noticias de la muerte de camaradas; digo muerte aunque los fuimos a sembrar; pero se nos murieron ¡coño! y es verdad se nos fueron bien muertos, aunque tengamos más vivas que nunca sus enseñanzas, sus principios y su pensamiento. Se nos murieron los guerrilleros y guerrilleras.

Yo se que son bastante, pero en este momento estoy recordando a Luis Villafaña( Negro Hereje), a Rigoberto Lanz y a otros y otras desconocidos y desconocidas por ciertas juventudes; me estoy refiriendo específicamente a Francisca Giuliani ( Paquita Giuliani) y Aníbal Castillo ( el Botánico). Ambos militantes y combatientes de la resistencia contra la dictadura y la democracia punto fijista.

Mi más humilde homenaje a sus servicios para con la patria es recordarlos como eran y que fueron para mí en la conversa y en la acción.

A Paquita la conocí por la Sierra Maestra del 23 de enero, siendo apenas un quinceañero militante del PRV- RUPTURA y ella con unos treinta encima; a ella la buscábamos para que hablara en nuestras tarimas; por dos razones: una por su encendido verbo antiimperialista, antisistema que nos gustaba, nos moralizaba y nos curtía para el combate y por otra parte porque era la que peleaba con los cuerpos represivos para que no se llevaran a los muchachos. De su militancia no tengo exactitud; creo que era del partido comunista, lo que si se que no era adeca ni copeyana. y bien recia y fuerte que era la caraja

Por mucho tiempo y lugares de esta historia y geografía nos acompaño Paquita y nos acompañará en cada tarima, en cada flor y en el combate diario por la vida y el amor.

A Aníbal Castillo lo conocí teniendo yo unos cuantos años más que cuando conocí a Paquita. Nos encontramos en una reunión política por Catia la Mar, donde el se residenciaba en aquellos momentos; digo residenciaba por decir que lo podíamos localizar, aunque era bien difícil de localizar en un lugar fijo, por aquello de la cultura de la preservación de la vida que enseña la persecución y la clandestinidad.

Con toda una experiencia guerrillera que no se llevó a la tumba, la fue sembrando en cada lugar que pasaba: en la ciudad, en los barrios, en el campo y últimamente en el estado Bolívar con los mineros y con nuestros hermanos de periquera en las riberas del rio la Paragua. Anibal es en esas regiones del estado Bolívar fue el más fiel defensor e impulsor del proyecto Educativo Nacional ( PEN), cuando lo metió en su mente y alforja y se lo llevó para que lo conocieran nuestra comunidades originarias, por allá por el año dos mil.

Paquita y Aníbal, tengo una gran preocupación (la misma que tenían siempre ustedes), es que la escuela de cuadros, la que potenciaría los relevos de la revolución, sigue siendo una propuestas de muchos. Compas desde donde ustedes estén, carajo, iluminen y empujen para que se haga verdad esa vaina.

¡¡¡ HONOR Y GLORIA EN MAYUSCULA Y EN DOLOR MAYOR!!!


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Bartolo Hernández


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