Contra la hegemonía cultural capitalista

Vivimos una época de cambios trascendentales para la sobrevivencia de la especie humana y para la reorganización planetaria de las relaciones sociales de producción. El imperialismo estadounidense, el más poderoso y expandido de la historia de la humanidad está siendo cada vez más cuestionado.

Las grandes corporaciones y los estados capitalistas asiento de las mismas se defienden y utilizan todo su poderío militar, tecnológico, financiero y cultural para someter y despojar a países y gobernantes que confrontan al sistema. Potencias rivales ceden sus mercados, recursos y soberanía al poder estadounidense y actúan conjuntamente contra las economías emergentes. Expertos en publicidad, información, entretenimiento y educación idean formas cada vez más sofisticadas para ensordecer conciencias. Filósofos del desarrollo infinito buscan una manera elegante de justificar el dominio y hasta el exterminio de los humanos de segunda, población sobrante poseedora de la mayor parte de los recursos naturales aún disponibles en el planeta

Pero al 1% dominante no le está resultando eficiente actuar en tan distintos campos contra el 99. En estos últimos años, un número creciente de sus conciudadanos, especialmente jóvenes, han unido sus voces a las de las víctimas directas de sus prácticas expansionistas, de políticos de oficio y de intelectuales y artistas, para colocar a los amos del capital y a sus gobiernos en banquillo de los acusados. Muchos lo hacen aún con la esperanza de poder enderezar los entuertos, pero otros hablan de las contradicciones y decadencia del capitalismo y de la necesidad de construir un sistema nuevo más armónico con la naturaleza, más solidario y más justo.

Ambas visiones son de interés para una ofensiva comunicacional cultural internacional que acompañe a la ofensiva económica iniciada por el Gobierno. Contactar grupos como los que manifestaron la semana pasada ante las principales empresas de comunicación estadounidenses para exigir una cobertura amplia y veraz de los asuntos mundiales, o los jóvenes que se oponen en España al proyecto de ley contra la inseguridad, puede traducirse en el establecimiento de canales expeditos para dar a conocer la realidad venezolana y regional a los ciudadanos de a pie de esos países.

Los chavistas que hacen vida en Norte América y en Europa podrían servir de puentes entre nuestros jóvenes y sus pares comunicadores, artistas, políticos, truequistas, eco socialistas, etc. Conocer cómo caen los disfraces y caretas de la mafia del poder en su propio patio ampliará la comprensión del imperialismo y contribuirá al desarrollo teórico – práctico de estrategias para para enfrentar sus ataques contra nuestro país, así como como para combatir las manifestaciones endógenas de la lógica del capital que tanto daño hacen al proceso revolucionario.


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Mariadela Villanueva

Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular

 mariadelav@gmail.com      @mariadvillanuev

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