Ética y moral como factor fundamental de la revolución

Podemos entender el concepto de ética como el conjunto de valores y principios que determinan la conducta del individuo como ser social, así como también un marco referencial que trata de la moral y las obligaciones del hombre.

Estableciendo este concepto la ética se nos presenta como factor principalísimo en los modelos de sociedades y en la formación de diversas visiones en los ámbitos que la componen: económico, político, social y cultural. Pretendemos significar en esta afirmación, que la ética se nos rebela con distintos rasgos que obedecen a objetivos específicos relativo a sus esencias, moldeando conductas y actitudes acordes a sus actividades como: código de ética del periodista, código de ética del médico, código de ética de los jueces.

La mal llama ética del capital, por ejemplo, concibe una sociedad basada en códigos de individualismo, explotación del hombre, egoísmo, avaricia; en síntesis, subordinan el interés social al capital, a la concentración de grandes bienes y riquezas en una clase oligárquica dominante.

La ética socialista, por el contrario, se apoya en la lógica de la fuerza colectiva, en lo social (socialismo) por encima del capital (capitalismo). La ética socialista le da sentido y razón al desarrollo económico siempre que responda a los intereses supremos del ser humano en su conjunto.

Con estas precisiones abordamos a la moral y citamos una de las acepciones que nos procura el diccionario: “La moral no pertenece al campo de los sentidos por ser de la apreciación del entendimiento o de la conciencia”. Entendemos entonces como acto estrictamente individual la elección de valores y principios, pero que al identificarse con alguna ética establecida se transforma en moral colectiva.

En nuestro primer plan socialista de la nación (2007-2013) como también en el segundo programa de la patria (2013-2019) se destacan los principios y valores de honestidad, solidaridad, justicia, igualdad, probidad, y muchos otros, basados en un pensamiento profundamente humanista, que establecen una ética y una moral esencial para la construcción de nuestro proyecto revolucionario.

Sin la aplicación de la ética socialista, sin duda alguna no es viable el socialismo del siglo XXI, por lo cual, todo militante, todas las instituciones públicas, todo ente del estado, deben ser severos vigilantes de los dictados referentes a esta materia para el fiel cumplimiento del plan de la patria (2013-2019). Sin duda alguna quien contravenga todo lo referente a este campo debe ser considerado un factor perturbador y contra revolucionario.


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César E. Vargas V.


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