Muere Chávez y Venezuela tiene una nueva fe

El presentimiento lo dijo. Fe y fortaleza Venezuela. Bolívar y Chávez; ¿para qué más? El resto es menos difícil.

Sucedió por Chávez. Claro que también Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Honduras, Uruguay, Paraguay y, por supuesto, Nicaragua y Cuba.

Pero, ¿América Latina y el Caribe serían igual si en Venezuela un soñador no se hubiese atrevido a expulsar los mercaderes del solio de Bolívar?

No, por supuesto que no. Ni Venezuela, ni América. Tampoco Argentina sin los Kirchner. Maravillosa irrupción de casos, asombrosamente revolucionarios e institucionales.

El golpe fue golpe. Aunque se reversó, y Chávez logró que el estado funcionase para los pobres y para la Patria Grande. Porque hay más patria en la América pobre, que en todas las dehesas heredades del expolio colonial.

En todo caso con Chávez ya son cuatro los depuestos. ¡Cómo será la celebración de los conspiradores exitosos!; con todo y que Chávez dijo de todo, pues nunca paró de hablar lo que había que hablar y cómo hablarlo. Le faltaron, eso sí, tres periodos más. Periodos que ahora debe asegurar el sentimiento y la conciencia dolida del pueblo herido en lo más hondo. Lo mataron los yanquis! Que nadie lo dude o distensione el nervio! Oligarcas temblad! Que nadie pida respeto. El respeto brota natural o no es respeto. Dejadles mostrar su proverbial vileza, su macabro oportunismo. Que celebren, que no los queremos mamasantos ni taimados. No; es momento para que celebren tal cual lo querían ver: “con las patas pa´ lante”. Así lo vieron hoy. En las alas del raudo huracán, pero así lo vieron hoy; veinte años antes del País Potencia del Cuarto Plan de la Patria, lo lograron.

Si no se cambia de táctica. Si se insiste en un estilo que solo Chávez podía, porque su singularísimo y carismático estilo, la cosa no va a aguantar. Porque Chávez como persona, como histrión hacía posible el fenómeno mediático que daba dimensión al esfuerzo institucional asistencialista, productivo e independentista.

Seguramente el presidente pensó que podría subsistir al cáncer. No me explico el papayazo dado a la pitioposición, dejando al garete la sucesión constitucional perteneciente por derecho al partido victorioso. No pensaba morir, a pesar del diagnóstico. Pero, seguramente, tampoco pensaba que fuese reinfectado. Y eso, también pudo pasar. Lo cierto es que mataron al juglar.

Mataron a Chávez, mientras afinaban el Vaticano para la reconquista americana. No habrá imperialismo yanqui con una CELAC de a deveritas. Ellos están claros en una cosa: Pudieron finalmente con Chávez. Nicolás es otra cosa; la residualidad afanosa de un Chávez impactado por la propia urgencia del pronóstico. Bastará que caiga Maduro, para que el PSUV se anarquice en las disputas y suspicacias.

Sin Chávez la gente siente que una época y una épica llegaron a su final.

Todo lo bueno nos lo quitan. Y.. ¿saben por qué? Por necios. Por querer creer que en verdad tenemos derecho a sentirnos dueños de algo que celan y codician los herederos del feudo colonial.

Chávez se presentó dispuesto a golpear los golpeadores del pueblo. Y nos sedujo con su intrepidez y, luego, con su labia, y esa zurda conducta que iba regando la bonanza petrolera sobre la marginada sociedad.

¿Qué es esta noche Venezuela sin Chávez? A estas alturas de la noche la Venezuela decorosa se pregunta, ¿a dónde inhumaremos sus restos? Aún así no saben que esta noche el corazón venezolano yace tan vacio, que en el podrá caber el martirizado cuerpo del gigante. Denle a cada venezolano doliente un trisito de Chávez, que comulgue con él y lo atesore en su alma agradecida y dolida; que así jamás habrá lugar a que el profanador magnicida prolongue su necrofilia.

Ahora sí, Venezuela sin Chávez es otra cosa. Primero lo secuestraron para matarlo. No pudieron, por aquello de todo lo inaudito que caracterizó la vida pública de este ser tocado por sinigual estrella. Descartada el escrutinio, el golpe y el magnicidio evidente, ensayaron la guerra biológica que, al final, les funcionó. En todo caso se trata del cadáver de un hombre en la más alta cima del amor devoto de su pueblo. Todos lo vieron, lo oyeron, lo tocaron. Todos se impregnaron de héroe. Todos podrán decir yo estuve allí, yo lo conocí, yo lo toque, yo voté por él. Y lo dirán con piel grifa y con la voz quebrada frente a la admiración de sus nietos.

Ahora, a cuidar a Maduro y la organización. A convertir el PSUV y el centralismo democrático en un fortín inexpugnable capaz de echarse al hombre el País Potencia Proyectado por el Plan de la Patria. A conjurar la amenaza del desmadre; que la derecha jamás tendrá la más mínima consideración con los chavistas, salvo con los infaltables traidores. Estigmatización, persecución, cárceles y muerte. Y, aún así, van a entronizar un chavismo que les sirva a la conveniencia de su juego seudo-democrático, seudopacifista y de integración especial con los clientes del imperio. Hasta un TLC podríamos ver.

¡Ese será un garrotazo mucho más duro, que el propio asesinato del presidente constitucional más elegido y querido de todos!

jorgeeduardosotomonte@yahoo.es



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