Era preferible la carretera

Valía más la pena irse sin pensar en nada mientras fuera posible no pensar

La carretera es una cosa larga muy larga

Igual que la vida misma, igual que los sueños de los hombres

¿Qué idea puede existir en una hoja de rutas?

La hoja de rutas es el fin de toda idea, el fin de todo

¡Viva la carretera! Y que Dios nos asista…

Dostoievski

Desde que puedo recordar los pasos recorridos. He sido un fracasado. Nunca pude concluir nada. A mi madre le decían –“te sacaste la lotería con ese muchacho”. Toda mi maldita existencia fue el mortal combate entre esa frase rebotando en mi mente y yo.

A penas comencé  a vislumbrar y a respirar el verdadero sentido de la existencia cuando, cansado de ser humillado y marginado, comencé a leer a los verdaderos escritores de todo el mundo (seres que también fueron marginados o que se auto-marginaron). Con esas lecturas comenzó mi angustia/interés por entender, por medirme en todo momento y en todo lugar: doblarme en un Actuar y Observar.

Pero al mismo tiempo empecé a entender la verdadera tragedia de mi país y de mi pueblo. Nos sentimos tan solos y  tan despreciados porque desde tiempos innombrables ha caído sobre nuestra dignidad y sobre nuestra alma colectiva una verdadera tormenta de sin-amor, de menosprecio por lo que somos; simplemente no hemos entendido lo que, como país/pueblo, somos. No sabemos ni nos interesa nuestra historia. No nos sentimos merecedores de una vida digna basada en nuestras propias creencias y creaciones nacionales. Simplemente no sabemos de dónde sacar el preciado líquido, la sustancia primordial para de ella beber y regenerarnos año tras año, mes a mes y día a día. Marchamos porque sí. Abrimos y cerramos porque pareciera una norma invisible que hay que seguir.

Cuando en este contexto aparece alguien como el Presidente Chávez, que nos habla de Patria, de un héroe que se llamó Bolívar, nacido aquí en nuestra tierra; cuando alguien así aparece para abrir una pequeña rendija en el continuo y cansado vivir, simplemente no entendemos. Es el destino que nos pide que tomemos las riendas de nuestra vida, que nos pide asumir nuestra propia responsabilidad en base a las angustias/preguntas claves y seminales: ¿Por qué vivo en este territorio? ¿Qué somos como agregado humano viviendo juntos? ¿Dónde está aquello que nos permite justificar los nacimientos, las muertes, las uniones, las separaciones?

A mis amigos y amigas compatriotas les digo. En estas horas históricas para nosotros como pueblo, como conjunto, es cuando debemos preguntarnos con más fuerza qué queremos ser. Para qué queremos vivir juntos en este territorio. El llegadero es este. En todos estos años de gobierno socialista, la frase más trillada era y es “con Chávez todo, sin Chávez nada”. Hemos llegado entonces a la NADA. A ese vacío eterno. Ese vacío siempre estará como telón de fondo en nuestra existencia. Nos queda ver como comunidad, como agregado, como pueblo el cómo lo vamos a llenar.

El mejor homenaje que le podemos hacer al compatriota Hugo Chávez es preguntarnos ¿Soy verdaderamente Revolucionario? Entendiendo por Revolucionario aquel Ser que se lanza contra cualquier injusticia u ofensa que trate de llenar nuestra vida, la tierra que conocemos y que nos vio nacer. Este pedazo surgido de la desintegración del sueño de Bolívar. Es el destino que toca a nuestra puerta nuevamente. La voz del viento que una vez más nos pregunta - ¿Estás listo? ¿Cuándo vas a tomar las riendas de tu vida? ¿Cuándo vas a tomar conciencia del nosotros? ¿Cuándo vas a interesarte por el infante herido? ¿Cuándo vas a voltear a darle la mano a tu hermano del campo y de la calle? ¿Cuándo cargarás tus pocas cosas y te irás por esa carretera? ¿Cuándo a recorrer pueblos y espacios olvidados? Para llenarlos con los frutos de tus reflexiones y la esperanza que se desprende de tus angustias, ¿Cuándo?

jportillo34@yahoo.com