4 de Febrero 1992: Fractura del Bipartidismo Representativo

La lucha del Pueblo Bolivariano no ha cesado, son tiempos de reflexión y debate. La derrota política y caída del régimen dictatorial de Marcos Pérez Jiménez marco un ciclo de posibilidades pre-revolucionarias que fueron traicionadas por el pacto de New York y el Pacto de Punto Fijo.  AD y COPEI imponen una forma de gobierno de "democracia representativa" que descansaba tras bastidores en la llamada "alternabilidad democrática" y contaba con el aval de EEUU.  Se implanta un régimen de "democracia" para los ricos y sus partidos y dictadura para los pobres y sus organizaciones.  

21 años del 4 de Febrero de 1992 han transcurrido, siendo 1998 el año de la fractura del modelo "democrático" burgués y su forma de gobierno representativo.  Al presidente Chávez le fue dado el poder para dirigir un proceso de cambios profundos; a su vez él delegó por vía Refrendaría en el pueblo la aprobación de la Constitución Bolivariana de 1999.  Estructura que daría piso al nuevo gobierno anclado en principios como la democracia protagónica y participativa.  Para dar cumplimiento a los desafíos que el fluir histórico nos reclama, debemos avanzar en la búsqueda colectiva de la emancipación como pueblo en lucha permanente contra el capitalismo, la alienación de la conciencia y la cultura de dominación burguesa.

Una corriente histórica que se levanta con bríos más allá de nuestro continente contra el  capitalismo global, las multinacionales económicas y financieras, el guerrerismo del imperialismo y sus aliados  y ondea con fuerzas las banderas del humanismo, la solidaridad, el socialismo.

Debemos mirar la realidad cara a cara. No hemos derrotado al enemigo histórico de nuestro pueblo, la derecha se resiste, el gobierno y la clase gobernante no terminan de probarse. Esa es la verdad, digámoslo sin miedo, después de todo, el Pueblo Bolivariano ha rescatado en varias oportunidades a la revolución. Frescos en la memoria colectiva viven los recuerdos del 13 de Abril 2002, la retoma de las plantas petroleras, el 07 de Octubre, el 16 de Diciembre 2012 y el 10 de Enero 2013 así lo demuestran.  Solo el pueblo salva al pueblo. La voluntad política de cambio de este pueblo, marca la direccionalidad del proceso bolivariano. ¡NO VOLVERÁN!  A 21 Años del 4F, el viejo Estado y forma de Gobierno Burocrático no termina de Morir.  Una Nueva Institucionalidad Revolucionaria debe nacer y nos toca parirla en las luchas como pueblo.

Debemos reconocer que aún tenemos un Estado cuarto republicano. Moribundo como la constitución sobre la que juró Chávez, pero todavía la estructura y su tejido de operados políticos y económicos capitalistas donde se soporta permanece.  Los mecanismos burocráticos generan la inercia que frena el avance de lo que trata de constituirse.  Hay que provocar la ruptura definitiva del modeloNo basta cambiar nombres de instituciones.

No se ha cambiado esencialmente su funcionamiento, composición, su razón de existir, no han cedido la administración y control de gestión a los trabajadores: condición indispensable de la transición revolucionaria para el ejercicio del poder por parte del pueblo trabajador. El llamado poder popular no termina de expresarse, de adquirir cuerpo propio, está secuestrado por la burocracia.  Los consejos comunales y las comunas ordenadas por el mismo Comandante no se constituyen, el Presidente ha reconocido que su sueño de las Comunas está completamente estancado.  Hay una ley, un ministerio, pero los avances en la realidad son muy pocos, casi inexistentes.  Los procesos de empoderamiento y constitución deben generarse al calor de las luchas, de la propia experiencia de la gente.   Las formas orgánicas del movimiento popular no se decretan, además la idea dominante de la apropiación y acumulación de la renta han prevalecido al mercantilizar y someter al clientelismo las relaciones con los denominados proyectos comunitarios.

Otra de las determinantes claves del proceso bolivariano es la relación con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Esta clave histórica cívico-militar ha estado presente en toda nuestra historia.  Irrumpió el 4F.  Continuamos avanzando en la  concepción del Pueblo en Armas, una nueva doctrina para la defensa que sintetiza la resolución del pueblo dispuesto a tomar las armas de ser necesario para la defensa del proceso bolivariano.

Pendiente está: agrupar a la mayoría de los trabajadores y organizaciones existentes del movimiento sindical revolucionario. Sus dirigentes tienen pendiente su legitimación por parte de sus bases y probarse al calor de las luchas, no solo las de carácter reivindicativo sino principalmente las políticas y estratégicas de transformación revolucionaria para demoler el viejo modelo productivo capitalista.  Una orientación que tenemos que darnos como clase y que requiere de una Asamblea Constituyente del Pueblo Trabajador que permita madurar en el debate su papel como sujeto esencial del proceso revolucionario.

Avanzar en el debate y construcción de una democracia socialista radical, salir de esa dinámica recurrente que nos atrapa entre lo electoral representativo y esa maquinaria traga conciencias de la nomenclatura del PSUV.  Por eso el primer gran debate estratégico es: cómo construir esa Nueva Institucionalidad Revolucionaria. Y eso solo puede hacerse apelando a las Claves Constituyentes del Proceso Bolivariano, es decir, con la activación inmediata de una verdadera participación del pueblo trabajador movilizado, en los debates, en la toma de decisiones administrando y controlando las instituciones en el ejercicio pleno de la democracia directa, participativa y protagónica.

Construir el Liderazgo Colectivo. Garantía del Golpe de Timón

Desde el 4 de febrero de 1992 Chávez es el principal protagonista de la política venezolana junto al Pueblo Bolivariano.  Un liderazgo que se fue construyendo en un proceso de identidad extrema con los sectores más oprimidos de un pueblo que había estallado de indignación y odio contra el neoliberalismo durante El Caracazo.  Un pueblo siempre insurrecto.   La actuación del arañero de Sabaneta creo una relación íntima, un punto de contacto único, sin mediación, directo, con el Pueblo Bolivariano. Se fue construyendo una enorme confianza en su palabra y su persona, un liderazgo además de político, espiritual, sentimental con un pueblo que se identifica con su color, con su condición, con su discurso. Un pueblo que elige un socialismo bolivariano, difuso, antiimperialista y en el que sobrevive un estado capitalista que empuja hacia atrás las conquistas populares del proceso y que por eso mismo provoca conflictos, contradicciones y choques. En el último período, su enfermedad, desde que apareció, consolidó al extremo esa relación, agigantando el sentimiento de familiaridad, de cariño, de amor, hacia el líder.

Estamos frente al desafío de la construcción de un nuevo liderazgo, que debe ser colectivo. Ese nuevo liderazgo tiene que ser esencialmente político y se encuentra, en algunos cuadros que hacen parte actualmente del equipo de gobierno en distintos niveles de responsabilidad. Pero sobre todo se encuentra en las decenas de miles de hombres y mujeres anónimos que en cada momento difícil salieron, salen y saldrán a poner el cuerpo para marcar direccionalidad para la acción revolucionaria de nuestro pueblo.

Ese pueblo bolivariano siempre en lucha permanente que organizó el rescate el 13 de Abril, los que comandaron sobre el terreno la recuperación de la industria petrolera, los que luchan día a día para que los avances de la revolución no retrocedan o se estanquen por la arbitraria acción de la burocracia. Son los que no esperan privilegios de un Estado corrupto y corruptor. Son los que cada vez que el propio liderazgo de Chávez estuvo en peligro empujaron acciones que cambiaron la situación y lo recuperaron. Hay que repetirlo una y mil veces. NO HAY PUEBLO VENCIDO.

Con el pueblo, con todos, con sus sonrisas, con sus sueños libertarios hay que trabajar y construir ese nuevo liderazgo colectivo; SI TODOS SOMOS CHÁVEZ, TODOS DECIDIMOS: hay que revolucionar las formas de organización popular, de los trabajadores y sobre todo las de acción y dirección política. Se puede crear al calor de los debate un instrumento político que colectiva y democráticamente se erija en momento constituyente permanente.

Por Ahora... El tiempo nos designa una enorme responsabilidad histórica. Tenemos que: “Hacer irreversible la Revolución Continental”.

A 21 años del 4F a profundizar la revolución,

¡Somos un solo pueblo. No Volverán!

La Crisis del Capitalismo es Global

¡Impulsemos El Socialismo Internacional!



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Jairo Hernández


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