El retorno y el "eterno retorno" de Chávez

“No hay manera de escapar a la filosofía. Quien la rechaza
profesa también una filosofía, pero sin estar conciente de ella.”
Anónimo
Por; Darío Morandy
Desafiando el dogmatismo científico de su época, Friedrich Nietzsche
afirmó que toda ciencia y conocimiento está en función de la vida y el
poder. Que para comprender la historia no basta con estudiar solo
hechos verificables, es necesario considerar pensamiento, ideas y
sentimientos.
En su obra “Gaya Ciencia” (1.882) reivindica la vida y la alegría de
vivir. Un año mas tarde escribe “Así habló Zaratustra” (1.883-1.885) y
desarrolla el concepto del “eterno retorno”, según el cual “todo
acontecimiento tiene un principio del tiempo y un fin que vuelve a
generar a su vez un principio” por lo tanto la historia no es lineal.
Nietzsche narra magistralmente como, Zaratustra al descubrir esta
noción del tiempo y la historia se desmaya de la impresión y despierta
a los 7 días en medio de la alegría de sus congéneres que lo aclaman
como el maestro del “eterno retorno”.
El 30 de junio de 2.011 cuando Chávez anunció al país que le había
sido extraído un tumor cancerigeno y comenzaba el tratamiento
oncológico, utilizó este concepto de Nietzsche (muy discutido y poco
entendido) para informar al pueblo que estaba librando una batalla por
la vida que llevaba implícito su retorno sin problemas porque allí
estaba sembrado un proceso irreversible con una sólida carga de ideas,
pensamientos y sentimientos que, a decir de Nietzsche, son parte
esencial de la historia como contexto del “eterno retorno”.
Chávez retornó tratando de mantener el ritmo de trabajo derivado de
su compromiso histórico: Construir el Socialismo Bolivariano y
consolidar la integración de América Latina como una nación de
naciones. Cincel a cincel esculpió dos victorias muy importantes (7 de
octubre y 16 de diciembre) y esbozó las líneas maestras del Plan de la
Patria para el periodo 2.013 - 2.019.
Hasta ese momento a Chávez se le seguía teniendo como un hombre sano
y fuerte. Su salud nos parecía uno de los pilares inamovibles de la
Revolución Bolivariana. Su actividad seguía siendo infatigable,
siempre vigilante de las políticas públicas, con su carácter jovial
protagonizó una victoriosa campaña electoral llena de alegría,
juventud y colorido; parecía que para Chávez no existía el desgaste.
El desgaste vino y el 8 de diciembre de 2.012 Chávez anunció,
responsablemente, al país que la enfermedad reapareció. Necesitaba una
intervención quirúrgica urgente y nuevamente recurre a la esencia del
concepto del “eterno retorno” al asegurar que la Revolución
Bolivariana está blindada porque el nivel de conciencia popular
garantiza su carácter irreversible porque allí están sembrados el
pensamiento, las ideas, los sentimientos y los hechos históricos como
parte de la historia contemporánea venezolana y latinoamericana cuyo
mayor protagonista es y seguirá siendo el pueblo.
Inmediatamente se activó la sabiduría ancestral de nuestros pueblos
para llenar de luz una inmensa plegaria colectiva que se combina con
la fuerza creadora de un pueblo que está construyendo su propio
destino. Una plegaria que no ha cesado, como tampoco se ha detenido
la batalla cotidiana por la vida de la patria.
Inmediatamente los grupos opositores salieron apresurados a predecir
y celebrar el fin de la Revolución Bolivariana. Su primera estrategia
(muy básica por cierto) fue estimular la división del chavismo y
terminaron divididos entre quienes simulan querer a Nicolás Maduro y
los que fingen adorar a Diosdado Cabello.
Luego buscaron artificios jurídicos para declarar la ausencia
temporal o absoluta del Presidente Chávez. Saborearon un estrepitoso
fracaso. El 10 de enero el pueblo en movilización los derrotó y la
institucionalidad le cerró el camino jurídico a un nuevo modelo de
golpe de estado.
Ante estas contundentes derrotas la oposición se desespera y comienza
a acariciar, seriamente, el camino mas corto, busca los atajos
antidemocráticos. Se inicia una campaña para desestabilizar el país.
Provocan escasez artificial y estimulan la especulación para crear
angustia colectiva, incitan a la violencia en las calles y cárceles,
intentan desvirtuar la importancia del Poder Legislativo convirtiendo
la Asamblea Nacional en un campo para la confrontación física,
utilizan la quinta columna para sabotear las instituciones y con el
apoyo de las transnacionales de la comunicación (CNN en español, ABC y
El País de España, El Nuevo Herald de Miami, La Nación de Buenos, El
Mercurio de Chile, O Globo de Brasil; entre otros) desatan una
indecorosa campaña mediática internacional para sembrar el
escepticismo anunciando la muerte del Presidente Chávez de la manera
mas asquerosa y descarada, reñida con los mínimos principios de la
ética de la comunicación.
En este escenario Venezuela inaugura una nueva etapa política que
exige innovadoras estrategias y tácticas con un nuevo paradigma de la
comunicación. Tras la enfermedad de Chávez se demostró que este
proceso ya superó la simple conexión entre el líder y el pueblo para
consolidar un proceso político colectivo con características únicas
aunque los detractores sigan hablando de mesianismo como ardid
mediático para justificar el trato indecoroso, inhumano e irrespetuoso
que han brindado a la enfermedad del Comandante Chávez.
Chávez regresará al país para regocijo de su pueblo y sufrimiento de
la oposición. Cumplirá con la formalidad de su juramentación como
Presidente de la República y asumirá la dirección de una nueva etapa
que exige defender los logros alcanzados, profundizar los procesos en
marcha y abrir cauce a la consolidación de la verdadera unidad del
chavismo como consenso social.

Ahora bien, la intensidad del trabajo cotidiano debe recaer en
hombros del dirigentes nacionales y regionales que podrán garantizar
la direccionalidad del proceso, solo si lo hacen, en armonía con el
poder popular, colectivos organizados, grupos sociales, factores
políticos que integran el Gran Polo Patriótico y militantes del
compromiso permanente. Como gran comunicador, Chávez abrió el sendero
de un nuevo e imprescindible paradigma de la comunicación; otros
debemos desarrollarlo. La batalla cultural debe trascender del
burocratismo improductivo que todo lo obstaculiza.

Tanto el retorno como el “eterno retorno” de Chávez no tienen
discusión. Ocurra lo que ocurra, las ideas, el pensamiento y los
sentimientos están allí sembrados en el corazón del pueblo para
escribir la nueva historia de la Venezuela Bolivariana junto al líder
indiscutible de un proceso socio-político inédito.

Quienes hoy se deleitan anunciando su muerte tendrán que prepararse
para soportar la victoriosa algarabía popular que, en fiesta
callejera, anuncia el retorno de Chávez como Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela para su “eterno retorno”.

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Darío Morandy


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