Chávez: El círculo sagrado del retorno

Era hijo del los dioses. Desde niño veía al mundo con el nexo perdido por el resto de nuestra especie. Su vida era guiada para cumplir una misión de amor, palabra que encerraba la fuerza de su espíritu: ¡Amor!: Pregonó el amor desde la garganta renacida de Simón Bolívar y desde el uniforme digno de los soldados de la patria. En un camino glorioso de entrega y lucha recorrió su patria pueblo a pueblo hablando de la revolución del amor, de la justicia, la igualdad y la vida.

Era hijo del pueblo y de `padres humildes, maestros como él lo era por herencia y en largos años de batallas ya su rostro había abarcado los corazones de todo un continente como el ser elevado por la vida para ser vocero de los designios universales del destino de esta humanidad, su mano severa de libertador abierto ya el camino de la nueva y definitiva independencia. Cerró su victoria arremetiendo con su mensaje ya nítido, bajo una terrible tempestad, ante millones de mujeres y hombres y con el dios de la lluvia como testigo: Se abrió de par en par la puerta del futuro de la humanidad en la que nació con una victoria rotunda ante las fuerzas del pasado: y fue llamado desde lo alto a superar dificultades acompañado por sabios de la ciencia y por el inmenso amor de todo un pueblo que tomó las calles y plazas para levantar sus plegarias por su espíritu.

En momentos difíciles, donde los mortales nos hacemos pequeños ante las voluntades divinas que están más allá de nuestras manos, un volcán de sentimientos intensos y hermosos, de lágrimas y ruegos, de dolor y tristeza pero de fe y voluntad para cumplir sus mandatos se ha desatado, haciendo un inmenso círculo sagrado del retorno que abra ese camino entre el mundo de los dioses y su regreso a al nuestro.

Una ola infinita se desata en este instante en nuestro planeta ante la difícil hora, un ejército incontable de almas se visten de rojo, de amor, de sueño y de revolución, una llamarada incendia nuestra América y una multitud de seres humanos está gritándole amor para regresarlo y ese grito inmortal retumba en todo un continente que estremece las mismas predicciones de nuestros pueblos ancestrales y se hace evidente que Hugo Chávez Frías es en definitiva el comandante indiscutible del ejército del amor que hoy enarbola la bandera a la nueva sociedad libertaria y socialista.

Un círculo sagrado de mujeres y hombres del pueblo eleva el canto ante el dios del tiempo para que nos devuelva ese ser luminoso a quien ha llamado a sentarse en su templo, es un momento sagrado de la historia donde el amor de estos pueblos despiertos, se apertrechan con las armas de sus ideas, con los ojos abiertos ante el mundo, ante la vida y ante la muerte misma, se hace inmensa esta humanidad que de cualquier manera está ya empoderada de la gloria enorme con que lo ungiera su líder amado, su comandante presidente por quien pedimos.

Una batalla en la que no estarás con nosotros físicamente, será comandada por tu espíritu ya inmortal que habita en nuestras almas. Es el pueblo quien recibe tu herencia hermosa de libertad e independencia, es el pueblo quien lleva en la boca tus palabras para que se cumpla tu orden de mantener la unión y la batalla final por la nueva sociedad de la que nos enamoraste.

Un círculo sagrado. Un círculo perfecto. Comandante Chávez tu pueblo esta despierto, este domingo toda la patria se vestirá de gloria, cada parte de ella te elegirá de nuevo en cada uno de los soldados que nos ordenaste elegir, serán 23 gobernaciones que estarán ya listas para enfrentar el futuro contigo, por siempre.

Donde quiera que estés, en la altura del vuelo de tu águila, gira en círculos sobre tu pueblo y escucha nuestro ruego y nuestro clamor comandante amado: regresa!!!

¡Patria Independiente y Socialista; Viviremos y Venceremos!

brachoraul@gmail.com

@hombrenuevo


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Raúl Bracho


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