Ahora bien,
si la respuesta a la pregunta: ¿esto es una revolución? es no, entonces debemos
parar y hacer una reflexión. Y para esa tarea podemos empezar por la última
afirmación.
6. Mientras
los chavistas sigan creyendo que salir de la pobreza significa que “hay que
salir de abajo”, es porque piensan que hay un abajo y un arriba (lo que me
recuerda una serie inglesa sobre sus castas) y que abajo es peor y arriba es
mejor. Salir de abajo además implica que habrá algunos que están abajo y se
quedarán allí cuando yo salga, por lo tanto yo estaré por encima de los de
abajo y seré mejor que ellos. Así, “salir de abajo” reconfigura todo para que
todo quede como estaba. Resulta que pareciera que muchos pobres que en
Venezuela han salido de la pobreza crítica debido a las gestiones de este
gobierno y ahora ya no quieren “juntarse con esa chusma”, tal como lo expresaba
aquel famoso pobre que alardeaba de clase media. Y es así como se ven jóvenes
que están estudiando en la UNEFA
o en la BOLIVARIANA,
porque esas universidades fueron creadas para que todos los bachilleres
pudieran tener estudios universitarios, queriendo diferenciarse del Canciller,
“porque no está lo suficientemente preparado”.
5. Ya en
este gobierno procuramos no hablar de “gasto social” sino de “inversión
social”, como si cambiando una categoría capitalista por otra categoría
igualmente capitalista, cambiamos algo. Inversión es un término que se refiere
a la posibilidad de recibir plusvalía a cambio del trabajo de otros; por
ejemplo, si se invierte en la bolsa, el trabajo de los obreros de las empresas
en que invierta aportarán mis “ganancias”, lo cual hará más difícil ver que se
trata de plusvalía; si se invierte en una empresa la plusvalía la quitaré
directamente de las personas a las que yo les pago, que trabajarán por una
parte (cada vez menor) de lo que yo cobro por su trabajo. Es por eso que cuando
se habla de inversión social, aunque parezca que suena más humano, no estamos
haciendo cambio alguno, porque parece que el dinero perteneciera al gobierno o
a los gobernantes, que están haciendo el favor de gastar o invertir en la
educación o en la salud de la gente común. Así, los beneficiados por algún
programa de este gobierno salen en las entrevistas diciendo: “Gracias a mi
presidente” o “gracias al señor ministro tal”. Y me quedaré con una deuda
porque ellos invirtieron en mi.
4. La
infraestructura de una nación es importantísima. Debemos tener dónde vivir, por
dónde trasladarnos de un sitio a otro, cómo recibir los bienes que importamos o
mandar los que exportamos. Es indispensable que la gente tenga hospitales a los
cuales acudir cuando tienen una apendicitis o un infarto o un cáncer; es
importantísimo que los niños tengan lugares a los cuales acudir a aprender las
herramientas fundamentales que le ayudarán a elaborar razonamientos y adquirir
conocimientos técnicos. Es deseable que las personas tengan acceso a momentos
libres en que puedan disfrutar de solaz en instalaciones limpias, bonitas,
ordenadas. Pero también habría que comprender que la infraestructura, tal como
todo lo que hay en el planeta, tiene necesidad de mantenimiento; y mientras más
“espectacular” sea un edificio más tendrá necesidad de reparaciones. Entonces
sería bueno hacerle caso a algunos arquitectos que han estado toda su vida
pensando la manera de hacer edificaciones que se adapten a nuestros climas, a
nuestras realidades culturales y a nuestras posibilidades económicas, para que
sean sustentables y sostenibles en el tiempo.
3. Normalmente
cuando se habla de beneficios reales se refiere a DINERO. Hay becas para
estudios, hay pensiones y jubilaciones para viejos y no tanto, hay subvenciones
a la comida y hasta a los televisores led, hay ayudas para hacer viajes de
turismo al exterior, hay computadoras y libros regalados. Hay “beneficios” como
nunca se había visto. Solo que sigue pareciendo que el dueño de ese dinero nos
los está dando graciosamente porque es demasiado bueno. Es así como se ve
personas en televisión exigiendo al gobierno que les de una casa o que les
termine de construir la que está incompleta a causa de una estafa. Y peor aún,
se ve grupos de muchachos siendo ayudados por el Ministerio de la Juventud, con la donación
de un secador de pelo o una moto, porque ellos quieren montar una peluquería o
ser mototaxistas. Y mucho peor aún, en los grandes hospitales se están haciendo
cirugías plásticas de mamas, porque esos postgrados son los más buscados y los
quirófanos que deberían estar siendo usados para cirugías necesarias están
siendo usados para convertir a las mujeres pobres en mejores putas. Nuestra
finalidad no es dar o recibir beneficios sino tener vidas que nos hagan crecer
como personas y que nos permitan subsistir.
2. El
chavismo creció, efectivamente, creció lo mínimo que podía crecer. Y creció
porque Chávez es un monstruo comunicacional, como nunca se había visto en la
historia de la política de este continente. Pero el chavismo creció tan poco
que decreció. Porque la campaña de la oposición pudo convencer a los nuevos
votantes que “no se junten con esa chusma”. Lo triste es que no hubo dos
millones más de jóvenes de clase media alta; hubo probablemente unos dos
millones más de pobres que ahora se creen clase media porque salieron de abajo
secándole el pelo a los vecinos con los secadores que les regaló este gobierno.
Es que claro, no hay duda que visto desde el punto de vista de una peluquera,
Capriles es mucho más atractivo que Chávez, eso lo dicen todas las revistas de
moda; es indiscutible. Por eso, si lo que tenemos en la cabeza es un problema
estético, no necesitamos una revolución, necesitamos un cirujano de los que en
el Pérez Carreño hacen tetas.
1. El
problema no es que Chávez estuvo enfermo para la campaña y no pudo hacerla
completa. El problema es que no hemos logrado hacer entender a la gran mayoría
de la gente que el problema no es Chávez o la oposición, comoquiera que ella se
llame, sino que el problema es EL CAPITALISMO y lo oprobioso, lo rastrero, lo
cobarde, lo infame, lo desesperanzador, lo humillante, lo catastrófico que es.
El capitalismo está acabando con el planeta y con las especies que hay en él,
incluyendo la humana, porque puede, tal como el alacrán picó al sapo que lo
trasportaba a riesgo de ahogarse: esa es su naturaleza. Mientras no logremos
que los pobres entiendan que tenemos que organizarnos en contra del CAPITALISMO,
para acabar con él y construir una forma de vida y no un modo de producción, el
chavista se convertirá en el mejor gobierno de que tengan memoria los
venezolanos. O no, porque puede ser que esa memoria sea borrada por los
aparatos ideológicos del estado burgués, que están para eso.
Y somos los
chavistas los que debemos comenzar a hacer el trabajo con nosotros mismos,
porque no hay nada más terrible que ver un funcionario que se dice chavista
teniendo actitudes continuistas. Porque por mucho que hablemos de socialismo,
de revolución, de cambios, si no cambiamos nosotros no lograremos convencer a
nadie que hay un cambio. Altas funcionarias que viven pendientes de la
peluquería o llenan consultorios de cirujanos plásticos o altos funcionarios
cuyos asistentes son sus familiares sin compromiso alguno con este proceso o
nombramientos a dedo porque no hay confianza en que el pueblo ya está
empoderado o se puede empoderar son el tipo de cosas que no deben pasar. El
trabajo político pasa por la formación ideológica, tanto de los funcionarios de
alto nivel como de todos los niveles del partido, en función de preparar al
soberano para detentar el poder desde el poder comunal.
Una vez un
diputado barloventeño revolucionario dijo al entrevistador: yo soy venezolano y
como tal, me criaron endoracista, pero todos los días trato de cambiar uno de
los paradigmas con que crecí y estoy haciendo mi trabajo; y me duele todos los
días, pero ya casi me creo que “Black is beautiful”. En cambio ayer un
gobernador que dice que es revolucionario dijo: aquí estamos inaugurando esta
comuna, porque no solo son edificios, sino que tiene su panadería socialista y
su escuela y su fábrica de puertas socialistas (no entendí si las puertas eran
las socialistas); supongo que él cree que "la comuna" es un nombre que sustituye a "la urbanización".
La autocrítica constante es la única forma de ser
revolucionario.
Siempre ... Venceremos!!!