Pensabamos que el resultado electoral y la desfavorable inclinación de la balanza comicial para el chavismo iba a ser tomado muy en serio por el presidente para, no solo dárse golpes de pecho por sus errores, sino emprender verdaderas acciones para remover esas máculas que llevaron a la notable desaceleración del crecimiento de votantes para esa tendencia política. Ha vendado sus ojos al querer maquillar cifras.

Sin embargo, la porfía vuelve hacerse evidente en las designaciones a candidatos para los comicios regionales por parte del chavismo. A pesar de que la decisión fue anunciada por los dirigentes del PSUV, es de manejo general el conocimiento de que esta selección vino directamente del presidente de la república, quien no quiso hacerlo ver así para evitar que su imagen como político se vea más desmadrada (mexicanismo por afectada) a futuro cuando el resultado negativo de algunas de estas escogencias de candidaturas comience a manifestarse.

El más significativo rechazo de estas designaciones "dedocráticas" lo obtuvo Francisco Rangel Gómez quien optará a reelegirse por la gobernación de Bolívar. Es que sin ser habitante del terruño guayanés, la nefasta gestión de este funcionario público es reconocidísima a nivel nacional.

Otras candidaturas presentadas por el partido chavista también fueron rechazadas de plano, entre ellas la de Francisco Ameliach en Carabobo, región donde ya se da por seguro el fracaso de intentar recuperar la primera magistratura regional actualmente en manos de Henrique Salas Feo, que a todas estas luce con chance de reelegirse dada la poca aceptación que ha despertado la postulación de Ameliach. ¿Nadie le diría al presidente que existe un alcalde en tierra carabobeña de apellido Lacava quien ha tenido un buen desempeño en su gestión y que ha logrado proyectarse a nivel regional?

Dicen que los refranes son sabios y como que se cumple esta premisa en este caso: "La culpa no es del ciego sino de quien le da el garrote". La responsabilidad en la merma de seguidores del oficialismo y la mala captación de nuevos electores es solo del mismo presidente Chávez, quien está haciendo gala de su tozudez una vez más, la misma que ha llevado a fracasar en problemas aún más graves como el descontrol de la delincuencia, la corrupción desmedida, la anarquía imperante en los bajos estratos sociales y la decadencia moral.

No sé cuántos serán los que sienten el mismo nivel de descontento que yo pero, mi inconformidad e incredulidad en el rumbo que ha tomado la revolución me ha llevado a pensar en dar un paso al frente en la conformación de una tercera alternativa que se pueda abrir paso entre la derecha descontinuada que no merece regresar al poder y la revolución desvirtuada que ha obviado problemas medulares de nuestra sociedad como la delincuencia, corruptela, invasiones, apropiaciones de espacios públicos, marginalidad, arrabalerismo y la pérdida de valores.

No sé si es una aventura desmedida pensar en esta posibilidad de impulsar un movimiento de esa naturaleza, siendo que podría ser una tarea ardua debido al acaparamiento que ostentan ambos grupos políticos de la opinión pública, imposibilitando el acceso de otras formas de pensamiento a los medios de comunicación. Pero bien vale la pena de intentarlo y así tratar de darle solución o al menor atenuar a niveles tolerables estos problemas y otros males que aquejan a la sociedad venezolana.

Simplemente pienso, que se pueden conservar algunas cosas buenas de la actual gestión y a la vez atacar con fuerza los problemas que ha dejado de lado esta revolución.