El Perfil del Buen Gobernante

En la procura de acentuar el titulo del presente escrito, se hace necesario a la luz de la mayoría de los Diccionarios, particularizar el concepto de gobernar, veamos: (a) procede del latín gubernare ‘dirigir un navío’ y éste, del griego kybernaein, con el mismo significado, palabra que también está en el origen de cibernética. En este sentido, para poder llevar su nave a buen puerto, el timonel debe adoptar decisiones complejas, teniendo en cuenta numerosos parámetros simultáneamente, por lo que su profesión se parece un poco al funcionamiento de una computadora, pero también a la tarea de dirigir una nación. (b) “es ejercer la dirección, la administración y el control de un Estado, ciudad o colectividad”; (c) es asumir la conducción de una determinada Jurisdicción en representación de la ciudadanía llevando a cabo un plan que beneficie y mejore la calidad de vida de los pobladores, orientados hacia el desarrollo integral de la ciudad; (d) es sinónimo de compartir poder (pues en un gobierno democrático se aceptan los puntos de vista de la sociedad civil y del sector privado, tomándolos en cuenta al momento de tomar decisiones); ordena y organiza su jurisdicción, y se mantiene comunicados con sus representados y con el sector privado.

Una vez expuestos los particulares insertos en las notas esenciales del concepto gobernar, procederemos a los elementos o caracteres que deben estar presentes en el perfil del buen gobernante:

El gobernante debe anticiparse a los problemas y jamás negarlos o crearlos, concibiéndolos como situaciones superables, como circunstancias que se pueden solucionar a corto, mediano o largo plazo, dependiendo de la naturaleza del caso..
El gobernante nunca debe eludir, encubrir, esconder, esquivar los problemas que recibe bajo el pretexto que son heredados de las administraciones anteriores, en todo caso se deben aclarar ante la opinión pública pero de igual modo se deben enfrentar y con coraje.
El gobernante nunca puede prometer lo que desconoce si se podrá hacer, para no causar falsas expectativas, esperanzas, anhelos o simplemente crear engaños.
El gobernante debe siempre construir una sociedad más justa y amante de la paz, creando recursos, fuentes, espacios y circunstancias positivas para luego repartir con justicia.
El gobernante debe utilizar y sembrar las semillas para crecer, para resolver, para crear y enseñar a pescar en su propio territorio.
El gobernante debe rodearse de gente con competencia en la materia, con gente de dialogo, de paz, de armonía, para trabajar en equipo y nunca de manera individual.
El gobernante debe gobernar con justicia y sin intereses personales; pues para gobernar con justicia, ha de conocer el significado de esta palabra para practicarla sabiamente, con el entendido que una persona al conocer la justicia necesariamente ha de gobernar justamente.
El gobernante debe accionar de forma democrática, asumiendo que la democracia es parte de la cultura del pueblo.
El gobernante debe armonizar indubitablemente los conceptos de autoridad y liderazgo.
El gobernante debe promover la participación de la sociedad civil y otros actores políticos – sociales – económicos; debe promover el cuidado del medio ambiente; debe respetar los derechos humanos; debe buscar la equidad de género y la igualdad de oportunidades; debe mejorar la calidad de vida de sus representados; debe realizar e impulsar siempre una planificación participativa y nunca cogollérica.
El gobernante en su relación con la ciudadanía debe ser horizontal, pues debe comunicarse con ellos y tomar en consideración sus aportes u opiniones, con mucho respeto, en aras del logro de los objetivos y metas propuestas de manera conjunta.
El gobernante debe gerenciar, mediante un óptimo manejo de los recursos, con actualizaciones permanentes y la conjunción del Poder Popular en sus diferentes expresiones: Consejos Comunales, Consejos de Obreros, de pescadores, de amas de casa, de jóvenes, de las comunas, entre otras.
El gobernante no debe contentarse con acercarle el poder al pueblo, debe entregarle, previa organización y capacitación de la comunidad, el poder al pueblo, tal como lo prescribe el artículo 184 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El buen gobernante debe saber persuadir, sin engañar, sin mentir, sin crear falsas expectativas, comunicar en todo momento lo que hace, lo que se encuentra incluyendo las trabas y lo que se hará.
El gobernante debe soñar despierto, debe aspirar y concretar acciones encaminadas con mucho amor a una sociedad más justa, equitativa y armoniosa.

Para finalizar se hace también necesario advertir que los particulares expuestos jamás deben tomarse de manera taxativa, pues existirán otros sin duda alguna, que conjugarán la acción del buen gobernante en cualquiera de las instancias que le corresponda, sea nacional, estadal o local.

servioparedes@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5726 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter