--Es un hombre extraordinario-- Dijo un hermano campesino y artesano del páramo, mientras en el descanso de la siembra se limpiaba el sudor con su fuerte mano, cuando conversamos del proceso revolucionario y el liderazgo del Comandante.
En tanto, la neblina ocultaba el espejo de la laguna y un águila se deslizaba desde la Sierra Nevada para sobrevolarnos en círculo. Luego de observar el águila ascendió a las alturas. Y continuamos el diálogo.
--La capacidad demostrada por él desde el momento que apareció en el ámbito político para resolver problemas difíciles de la nación venezolana, no dejan lugar a dudas para calificarlo de genial y en consecuencia es un genio.
--Asimismo, con sabiduría lo percibe el Comandante Fidel. El sol no se puede tapar con un dedo.
--Es que el don se le da a quien lo tiene, por algo lo repetían los viejos.
--Lo contrario de no hacerlo sería torpe y mezquino cuando se mira la generosidad y el honor.
Así terminamos la faena de ese día y nos despedimos. Esa tertulia llevó a pensar en la genialidad de Chávez para esta nota. Es de advertir que no se hace como lisonja, porque se debe ser franco y objetivo (humilde) al descubrir la verdad. Los ególatras sobran y no serían capaces de admitirlo en su mismidad arrogante girando en el yo-yo.
Menos tiene que ver con la errada tesis medievalista del mesianismo, cuestión de creencia religiosa y condicionamiento cultural, visión del eurocentrismo, aparte de subjetiva.
Chávez es un hombre concreto y no virtual. La actitud disciplinada, con conocimientos previos de investigador y luego los obtenidos en el transcurso del ejercicio presidencial, lo muestran como persona de acciones concebidas, estratégicas, de planificación anticipada.
Actúa con lógica dialéctica y de manera científica, por tanto es difícil que improvise y si en apariencia lo hace es porque se fundamenta en la experiencia de un saber adquirido que lo hace intuitivo y eficiente como un buen profesor con destrezas didácticas.
No es el político tradicional, es más que eso. Se adelanta a las victorias y lleva al adversario al terreno previsto.
En verdad no hace falta poner ejemplos para demostrar las apreciaciones que aquí se hacen porque su vida ha sido pública y notoria, no existe ningún venezolano que lo desconozca. Aparte de la popularidad mundial. La mayoría del pueblo lo respeta y admira con el afecto familiar de hermano, hijo, padre o abuelo.
También hay quienes son hostiles hacia él, sea por rencor, desprecio o envidia. Pero con dignidad los disculpa y los ama. Ello le hace un Ser Humano con mayúsculas, en su alma sólo hay amor al prójimo, la energía telúrica que lo vitaliza y desborda. Lo que habla de su calidad, del nivel espiritual otorgado por la sensibilidad a toda prueba, la lectura permanente y los valores inculcados en el hogar desde la niñez.
Si nos preguntamos ¿qué es un genio? Quizás no alcance la definición precisa, pero sí mediante ciertas palabras alegóricas de las cualidades para serlo: inteligencia, inspiración, digno, agudeza, talento, ecuánime, penetración, imaginación, prudencia, creatividad.
Él se sobrepone con voluntad a las dificultades para superarlas y entregarse íntegro al proyecto histórico que estremece los cimientos de la humanidad no sólo con sentido ético sino que va más allá de la dimensión racional porque roza lo intangible y lo incomparable.
Entonces Nietzsche acierta cuando explica su concepto del genio. En ese instante se piensa en el Comandante porque las palabras del pensador lo aclaran cuando escribió: “Se entrega a una idea, a una causa grande, a una patria: todas estas cosas son malentendidas. Él se derrama, se desborda, se gasta (…) pero se le ha regalado una especie de moral superior”.
Como diría Unamuno, “un hombre de carne y hueso”, con la percepción del Quijote que remonta las edades con Rocinante y su Dulcinea es la patria soñada en la esperanza del pueblo.
De tal manera lo predijo el profeta Alí Primera cuando de nuevo miró a Bolívar cabalgando por la sabana y la cordillera para consumar la Independencia y hacernos libres como el viento cimarrón.
Es el Comandante un visionario, héroe, poeta, estadista, guerrero, niño soñador, joven audaz, estudiante lúcido, adulto curtido, caballero, maestro, sabio mayor y chamán. Es el filósofo indispensable para llevar las riendas de la República y acrecentar la conciencia del pueblo.
Con conocimiento mueve al pueblo, éste a él y la historia. Sabe lo que hace y para qué. Es pensamiento que primero se forja en la práctica para la paz y la libertad.
Un hombre síntesis creado por el trabajo de la humanidad durante generaciones, por eso se encuentra en el ápice del tiempo para trascenderlo como a sí mismo, porque ya no se pertenece desde que asomó su perfil en la historia.
El genio que aparece y actúa cuando el pueblo está preparado, ni antes ni después.
Camina pleno de humildad y valentía, según cantó el poeta Machado: “Al andar se hace camino, / y al volver la vista atrás/ se ve la senda que nunca/ se ha de volver a pisar”.
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