Ya todo está decidido. El 7 de Octubre dos grandes fuerzas históricas se enfrentarán una vez mas. Por una parte las fuerzas históricas herederas de la colonia, el vasallaje, la dependencia, representadas por la oligarquía, la burguesía y los terratenientes con el apoyo de una importante masa del pueblo que comparte esa ideología de la esclavitud, la dependencia, la explotación y los modelos culturales basados en la dominación capitalista. Son los que creen de verdad que la sociedad dividida en clases es la razón de ser de una perennidad absoluta, inconclusa, definitiva y manifiesta y que las desigualdades derivadas de ello es el sistema ideal y único de la convivencia humana basada en la verticalidad económica y social. Esa meta-teología-económica está incrustada en el ADN cultural de millones de venezolanos de todas las clases sociales. Es la cultura del trabajo basada en la explotación del hombre por el hombre impuesta y aceptada desde la cruz como una maldición bíblica. Esta ideología nos atraviesa longitudinalmente de pies a cabeza y la proyectamos positivamente desde la miseria de nuestra propia resignación, de nuestro conformismo, y que nos hace reaccionar con el cinismo aprendido en nuestra formación familiar y a su vez programado y afirmado desde el propio sistema educativo.
Por otra
parte están las fuerzas impulsadas por el espíritu revolucionario nacido
del ímpetu libertario de nuestro pueblo que desde las primeras
rebeliones de esclavos nos llevó a liberar a gran parte de nuestra
América. Esa Vanguardia que se opuso a las fuerzas colonialistas que aun
hoy dominan el pensamiento y la cultura de gran parte de nuestro
pueblo ya demostró una vez que tenía la verdad y la razón histórica. Que
era importante y necesario crear Repúblicas Independientes del
coloniaje español contra los que ayer y hoy defienden cualquier forma de
coloniaje. Esa vanguardia de nuestro pueblo impulsada por el deseo y
la voluntad de independencia y libertad, será la que se habrá de
enfrentar el 7 de octubre a las fuerzas más retrógradas de toda nuestra
historia. La lucha esta vez es de la vida contra la muerte representada
por las fuerzas del fascismo mundial, que conducen a las ovejitas de
nuestro pueblo al matadero electoral y que de vencer causaran la muerte
de la V República y la devastación de nuestro querido país. Estas
fuerzas oscuras dispuestas a vencer de cualquier manera no tomarán en
cuenta para imponer sus medidas si la diferencia fue mucha o poca. De
todos modos el Fascismo acabará con todo vestigio de revolución.
Por eso sorprende la posición del sector reformista que conduce el proceso revolucionario, cuando plantean que se tiene que ganar con una amplísima diferencia como condición para poder profundizar los cambios. El Fascismo solo le basta una pequeña diferencia para acabar con nosotros. Por eso la Vanguardia del pueblo Venezolano, tiene que plantear, mas allá del resultado electoral, la razón histórica de la revolución y de la independencia, y recobrar la calle para exigir los cambios que hagan irreversible este proceso: contra el reformismo, las posiciones tibias, las ambigüedades, la corrupción y el burocratismo. El movimiento popular debe imponer su agenda de lucha contra toda cooptación. Entonces es cuando la Vanguardia vence y toma el poder.