Según
la Real Academia Española, ciencia es: "Conjunto de conocimientos
obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente
estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales".
Sostenemos
que el socialismo es una teoría científica porque demuestra que las
relaciones de las personas en la economía, determina su clase social e
impone la conciencia y la conducta en la lucha (de clases) para la
supervivencia histórica.
Sirviéndonos
de la metáfora, afirmamos que el socialismo no representa la medicina
de todas las enfermedades, sino el laboratorio que genera infinitas
fórmulas de sanación a partir de rigurosos diagnósticos sobre el
heterogéneo universo de las patologías humanas; y es esta cosmovisión
dialéctica la diferencia entre los científicos marxistas y otros
epistemólogos.
La
frecuente asunción de "verdades" sin respaldo material ni método
definido que las explique en un contexto global, es un antiquísimo vicio
de empiristas (palpan pero no razonan) y dogmáticos (creen razonar más
allá de lo palpado) que en el pasado condujo a importantes destacamentos
revolucionarios a los abismos del subjetivismo, la intuición y retórica
laxa.
Prágmaticos,
metafísicos y empiristas del pensamiento (antimarxistas todos) aun
pregonan en el siglo XXI que un acuerdo entre explotadores y explotados
restituirá la serenidad de la nación y por esto conviene aplicar un
"bypass" a la contradicción social del capital y el trabajo. Quizá sea
su divorcio de la ciencia lo que les impida darnos el por qué de su
frenética e inmotivada postura.
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales.