Gestión pública, propaganda y unidad política para defender la Revolución Bolivariana

Lo objetivo (la misión administrativa) se sustenta en el positivo balance de metas logradas por el Gobierno Nacional, y lo subjetivo (la misión comunicacional) se encuentra representado las tareas políticas para el establecimiento del diálogo; ambos frentes de lucha revisten enorme importancia para la victoria electoral en 2012 y la profundización de la democaracia popular iniciada a partir de la Constitución de 1999.

Nótese que la actual difusión mediática de las exitosas políticas públicas de la Revolución, en el marco de un plan comunicacional del Estado que no depende exclusivamente de la figura presidencial, es hoy un significativo acierto para contrarrestar las difamaciones oposicionistas que pretenden invisibilizar los loables avances en materia de inclusión social.

En cuanto a lo subjetivo, la invitación al debate constructivo, a la cooperación en el ejercicio de la función pública entre todos los actores políticos contribuye al mantenimiento de la convivencia social entre los simpatizantes del proceso bolivariano y esa otra mitad del universo votante que optó (septiembre 2010) por una alternativa distinta a la del PSUV y sus aliados.

Desde nuestra perspectiva es necesario que el llamado a todos los sectores para trabajar juntos en la solución de los problemas prácticos que apremian a nuestro pueblo, sea entendido como una eficaz herramienta para contrarrestar la falacia comunicacional oposicionista respecto a que la dirigencia revolucionaria incurre en una excesiva ideologización que la aleja de las deudas sociales. Por tal motivo, luce conveniente levantar la bandera de la cooperación en nombre del bienestar del pueblo, urge transversalizar (en instancias locales, regionales y nacionales) políticas que hagan realidad este exhorto a la cooperación entre adversarios en el ejercicio de la función pública, para así desenmascarar y restar adeptos a los voceros alarmistas y falsificadores de la contrarrevolución que realmente estimulan una división política radical y beligerante entre los venezolanos.

En cualquier caso será siempre recomendable advertir como consuetudinariamente lo hacemos desde nuestra óptica marxista, que el diálogo que anhelamos los revolucionarios se ve severamente dificultado por la lucha entre dos vanguardias ideológicas cuyos intereses son recíprocamente incompatibles y contrarios. Así ha ocurrido desde los tiempos de la esclavitud y en la historia de todas las sociedades hasta nuestros días. De modo que tal como lo hemos subrayado en reflexiones anteriores, el escenario político hace evidente la desafortunada brecha que existe entre las loables intenciones del “diálogo” hoy ensayado por el liderazgo revolucionario y las condiciones objetivas generales (una de ellas la disputa por la renta petrolera) que dificultan su real concreción.

En definitiva, el tiempo histórico demanda un amplio debate al interior de las fuerzas revolucionarias en un marco de respeto a la heterogeneidad y las propias identidades (polo patriótico) de cada uno, esto a los fines de definir e instrumentar el plan coordinado de acciones ideopolíticas idóneas que nos otorguen la unidad de lucha, el predominio del auténtico ideario socialista y la erradicación de vicios como el reformismo y el burocratismo.

*Constitucionalista y penalista. Profesor universitario.

http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

jesussilva2001@cantv.net


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Jesús Silva R.*

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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