Trinchera Bolivariana

Socialismo, humanismo y felicidad

Existe la tendencia actual de expresar que al socialismo debemos humanizarlo. Craso error, pues el humanismo es intrínseco al socialismo. El marxismo, corriente originaria que propone al socialismo como sistema económico y político de la nueva sociedad, es una de las formas de pensamiento que mejor heredó las prácticas del humanismo de la antigüedad y la actualidad.

En este orden de ideas, observamos en las propuestas de Marx, Lenin y Guevara, e incluso, en la del Comandante Chávez, la idea de propiciar la aparición del “hombre nuevo” cuyos valores socialistas y humanistas servirán para dar paso a la nueva sociedad donde no existirá la explotación del hombre por el hombre, premisa fundamental de la rapacería capitalista.

Para Marx, el ser humano es sobre todo, el conjunto de sus relaciones sociales "... la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de sus relaciones sociales". Relaciones que representan la unidad de lo espiritual y lo material, establecidas a través de la interacción del hombre con la naturaleza en el proceso de producción y reproducción de su vida material y espiritual.

En esto coincide el Che con el viejo Marx: “La Revolución no es únicamente una transformación de las estructuras sociales, de las instituciones del régimen; es además una profunda y radical transformación de los hombres, de su conciencia, costumbres, valores y hábitos, de sus relaciones sociales”.

Mientras que para Lenin: “…el carácter esencialmente humano de la sociedad futura estará dado en las posibilidades que tendrá el hombre de desplegar todo su potencial humano, hacerse verdaderamente un hombre rico, un individuo cuya vida abrace una esfera de variadas actividades de relaciones prácticas con el mundo, que lleve una vida multilateral, que su pensamiento tenga el mismo carácter de universalidad que cualquier otra manifestación de vida de este individuo”.

Debe señalarse también que el comandante Hugo Chávez, propulsor del socialismo del siglo XXI, es muy estricto en su visión del “hombre nuevo”. Considera que los venezolanos “se han corrompido por los valores capitalistas estadounidenses y necesitan un nuevo código moral humanista”. Explica además que en este sentido trata de dar el ejemplo, pues “yo no tomo en verdad (...) de vez en cuando me fumo un cigarrillo, pero nunca en público”, destacando que como antiguo jefe de tanques disfruta pasear en un carro Tiuna hecho en nuestro país, pero no tiene interés en cosas materiales, mucho menos en autos de lujo.

Así tenemos pues, que estos grandes líderes del pensamiento socialista concuerdan en señalar la importancia del ser humano y sus valores para concretar el socialismo, llevándolo de lo utópico a lo real. Educar al hombre para renovarlo es condición indispensable para la consecución de la mayor suma de felicidad posible para todos sus congéneres, tal como lo preconizó el Libertador Simón Bolívar, uno de lo mejores exponentes del humanismo en el siglo XIX.

Decía Bolívar en 1805, cuando apenas contaba 22 años: “…en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despeje de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo”.


Dice Hugo Chávez en la actualidad: “En el presente, despejar la incógnita del hombre en libertad significa luchar sin tregua contra todo lo que lo explota, todo lo que lo domina, todo lo que lo oprime. Es por eso que hoy más que nunca, no puede sino verificarse en el Nuevo Mundo como se está verificando: Nuevo Mundo, esto es, Nuestra América como encarnación de la causa de la humanidad”.


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Ritcher Antúnez


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