El botarata de Chávez nos quiere gobernar

Y nosotros le decimos no, que no, porque no, hasta que Insulsa el de la OEA, decida, que va a hacer con él, por mal gobernante y por traicionar la “democracia” a que nosotros como escuálidos apátridas queremos y deseamos para siempre en que no se meta con nosotros y nos administre la hacienda pública como dios manda: todo para nosotros –el grupito de Fedecámaras y asociados- y nada para él con la estricta constancia que el petróleo es nuestro y lo que deja su renta, lo compartiremos con nuestros aliados los yanquis y al que no le guste nuestro capitalismo que se vaya para Cuba a soñar como debería ser.

Eso de regalar lo nuestro, no se compadece con las tradicionales estadísticas –según lo que es de dios es de los ricos-, porque los pobres jamás llegarán al cielo por falta de imaginación que a nosotros nos sobra y, de acuerdo a la ética capitalista, el que más tiene más vale y más lejos deberá llegar, con eso está de acuerdo Insulsa, porque las leyes habilitantes son la bandera de la destrucción de la nación, como se lo demostramos en consonancia con las sumas y las restas que inteligentemente hizo en su presencia Ismael Concepción García, recogiendo la nieve que goteaba en Washington con la vista de su ilusión siempre puesta en el futuro de Venezuela que quiere como si la hubiera parido con cesárea.

Lo de Insulsa es importante resaltarlo, ya que él es la tabla de salvación de todos los que pensamos de igual forma, aunque los puntos y comas nos separen, siempre llegamos a lo mismo: Venezuela para los venezolanos con un parlamento en menoscabo con una mayoría oposicionista en contrario al reducto de los chavistas.

Hay una única conclusión que se debe respetar por principio condicionado sine qua non y, es que, lo que es bueno para la pava también es bueno para el pavo y así quedó demostrado con la visita de los cuatro representantes de la MUD que como los cuatro mosqueteros fueron a desenvainar las espadas de la intervención a la OEA y, mejor no pudo ser lo que se trajeron de allá, lo que tiene que ser respetado por el Gobierno Nacional de acuerdo a nuestra Constitución que nos alumbra de las falsedades que nos quieren meter al filo de la media noche sin vaselina.

Al fin somos felices al sacarle un sí a Insulsa sin compromiso alguno, en que nos ampara la Carta Democrática de los pueblos de América, la que no hay motivos para desconocerla, siempre y cuando la invoquemos cuando la democracia esté en peligro a las puertas de una dictadura que no es la mediática.

Así como Insulsa lo dijo, lo decimos nosotros, no hay motivos para sentar a Venezuela en el banquillos de los acusados internacionales, claro que no hay motivos y, eso quedó bien claro, una vez que se leyó nuestro documento, en que pusimos los puntos sobre la íes y, eso bastó y sobró para saber que la OEA queda en Washington y a Washington hay que ir para poder ver la nieve caer, lo que no ocurre en nuestro país desde que los adecos dejaron el poder de la contaminación de sus actos y como egoístas que son nos dejaron en la amargura de la espera que todavía no llega.

En fin, todo sucedió tan rápido que Ismael García vuelve feliz con cinco años menos y antojoso como es se cortó el pelo allá y comió palomitas de maíz, perros caliente no, porque los hot dog le dan cosquillas en el estómago y lo ponen de mal humor y quiere morder como un perro viejo, no así las papitas fritas que le comen la emoción que no tiene y a él le gustan con mantequilla por ser coriano y que quede claro que es de Coro.

Los días con sus horas allá fueron de apuros, ya que todo se hace al caliente por lo frío y fríos se vinieron llenos de sueño por trasnocho de esperas en que los embarcaron los yanquis que no dan el vuelto, pero más vale pájaro en mano que en árbol y las esperanzas jamás se pierden y ellos como perdedores siguen con la misma cartilla política hasta que Insulza los llame de nuevo y, otra desenlace preocupante: ninguno de los cuatro hablaba inglés que, si no es por que “burro con sueño” llamaba a cada momento a Manuel Rosales al Perú se quedan viendo los rascacielos de su cobija en el hotel que, dejó al descubierto el sobretodo de su desvergüenza que usaron se los alquiló Simón Alberto Consalvi de cuando fue canciller en el pasado de sus días sin el Movimiento 2D.


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Esteban Rojas


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