“La Formación Política en la Comuna”: crítica desde perspectiva liberadora

En estos momentos se despliegan importantes fuerzas del ministerio de las comunas para desarrollar una política de formación como parte del proceso de fortalecimiento a C.Comunales y para ir creando las condiciones para la conformación de las comunas.

Quisiéramos alertar desde algunas ideas sobre la cantidad de programas y planes de formación que se han intentado por el Gobierno Bolivariano y que este nuevo esfuerzo ministerial parece reproducir la esencia de los anteriores. Lamentablemente, cuesta encontrarse algún vestigio de la tradición revolucionaria del pensamiento popular de la educación freiriana o rodrigueana, de su radical concepción de las transformaciones, de la pedagogización de la política y de la politización de la pedagogía (síntesis acuñada desde el movimiento pedagógico revolucionario que empujo el PEN).

Preocupa, que desde estos planes dirigidos desde cualquiera de los ministerios, se reproduzca la racionalidad de la educación dominante, imponiendo métodos, programas, currículos, en fin reproduciendo un modo dominante de las relaciones sociales que sustentan al capitalismo.

Vemos como se entregan cartillas a montón, para ser reproducidas como pensamiento constituido, para repetir líneas e instituir una conciencia ya preestablecida por una supuesta vanguardia preclara que sabe que es lo que tiene que estudiar el pueblo para ser más revolucionario y ganar la batalla de las ideas.

Precisamente la batalla de ideas, es un escenario hermoso para acudir a lo mejor del pensamiento pedagógico de los que luchan, a la educación popular liberadora, al acumulado histórico de nuestros pueblos.

Por qué reproducir una relación social de dominio que bien está desenmascarada por los presupuesto pedagógicos e ideológicos acumulados por el movimiento popular y revolucionario, por qué pensar que existen unos que educan a otros, unos que saben y muchos que no saben y justamente en el campo de la lucha por una nueva hegemonía que predica la democracia del saber y el libre juego de las ideas.

Es que acaso, no hay historia, no hay procesos o aprendizajes que nos puedan mostrar otras formas de relacionarnos, de construir el conocimiento liberador, de forjar una nueva pedagogía política o una nueva cultura política que se deslastre de una vez por todas de la errónea concepción del aparato dirigiendo a las masas, adoctrinándolas y utilizándolas como cadenas de transmisión de un pensamiento ilegitimo y que en consecuencia apunta hacia el fracaso.

Ya nos avisa la historia de lucha de nuestro continente parafraseando a Mariátegui, el socialismo no debe ser ni calco ni copia, más bien Creación Heroica, de allí la certeza que la construcción de la conciencia revolucionaria, del conocimiento liberador, debe ser también una creación heroica de nuestro pueblo, debe ser la creación del pensamiento transformador en sí mismo una oportunidad para ir prefigurando la sociedad que queremos. Se trata de reconocernos en la lucha cotidiana contra el dominio y la explotación, de conocer, pensar y reflexionar esa cotidianidad de lucha, de resistencia y de avance revolucionario, como sujeto que aprende de sus experiencias y en el intercambio con sus semejantes, sin ninguna pretensión que la de solidariamente, afectivamente y amorosamente ir aprendiendo y articulando los saberes de la gente que lucha.

Asimismo, no se puede dejar de acudir al maestro de la patria, Simón Rodríguez, que en bastantes afiches y franelas aparece su rostro estampado como símbolo de la formación revolucionaria y bien que lo merece cuando plantea que la búsqueda debe estar dirigida hacia que el “pueblo aprenda a gobernarse” y en ese sentido pareciera posible decir en este marco, que el “pueblo aprenda a formarse”, que el esfuerzo por “educar a las masas”, o de “concientizar el pueblo”, pase más bien por propiciar que este como sujeto histórico, aprenda a formarse desde su propias lógicas de resistencia y desde sus valores de emancipación; y de esa forma ir contribuyendo a la construcción de unas relaciones donde no hayan educando y educadores, dirigentes y dirigidos, gobernantes y gobernados.

Finalmente, justo es acudir al pensamiento liberador de Paulo Freire, precisamente citado por el presidente y camarada Chávez, en unas de sus líneas para alertar sobre el modelo de formación que reproduce la dominación, aspiramos que pueda aportar al debate crítico, horizontal y solidario:

“La sectarización es siempre castradora por el fanatismo que la nutre. La radicalización, por el contrario, es siempre creadora, dada la criticidad que la alimenta. En tanto la sectarización es mítica y, por ende, alienante, la radicalización es crítica y, por ende, liberadora. Liberadora ya que, al implicar el enraizamiento de los hombres en la opción realizada, los compromete cada vez en el esfuerzo de transformación de la realidad concreta, objetiva.”

VIVA LA COMUNA

kalleklara@hotmail.com
Militante del M.R-Solidaridad


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Jesús E. Silva T.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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