Aunque sea un pequeño porcentaje de lo que la empresa gasta en propaganda, movilización de trabajadores para marchas, o logística para fiestas y mítines sin sentido de la realidad, pero inviertan algo por Dios. No es posible que a cada rato ocurran incidentes como el sucedido en el Edo. Anzoátegui, donde se derramaron miles de barriles de crudo, según lo informado en algunos medios.
Lo que pasa con la gasolina, por ejemplo, también debe llamar la atención. Largas colas para comprar el combustible se forman en algunas ciudades del país y la información de las causas, así como la respuesta de la empresa ante esta problemática brilla por su ausencia. No nos hacemos ilusiones de que VTV u otro medio de propaganda investigue e informe al respecto, así que la información de los ciudadanos, así como las redes sociales juegan un papel primordial para hacer la crítica y las recomendaciones oportunas.
Para nada es un secreto las condiciones en que se encuentran algunas refinerías, que ha llevado al país a tener que importar gasolina terminada o en el mejor de los casos, componentes para su preparación. Algo que además de las pérdidas económicas que causan a la nación, es una verdadera vergüenza para un país petrolero como el nuestro. Igual comentario merecen los continuos derrames y manchas ocurridos en el Lago de Maracaibo y en otras zonas donde se carga y descargan crudos y derivados.
Todo esta situación lamentable tiene como causa la falta de mantenimiento y la inconsciencia de personas que priorizan los recursos para actividades que no tienen nada que ver con la industria, mientras las instalaciones caen en abandono y el personal deja de recibir la formación adecuada para llevar a cabo los trabajos de mantenimiento que requiere una empresa de esta magnitud.
Pareciera que nada escapa a la desidia que carcome las entrañas de esta sociedad. Pero qué podemos esperar en un país cuyo Gobierno que se hace llamar "revolucionario" y "chavista", ante tal situación de calamidad social y económica, se encarga de estrenar un programa radial de salsa y emplea los recursos en actividades que sólo están diseñadas para mantener la estupidización y alienación de las masas.
Hoy más que nunca decimos: ¡Viva Chávez y abajo la mediocridad!
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