La hegemonía del petróleo

El petróleo es un recurso muy potencial en nuestro planeta, usado en mayor medida como fuente de energía y explotado en el último siglo con una relevancia extraordinaria e incomparable con cualquier otro recurso, siendo consumido vorazmente por los grandes países industrializados y representando un factor determinante en el crecimiento y desarrollo de las naciones, es aquí en donde adquiere su valor hegemónico y no necesariamente por sus ínfimas cualidades.

Como se ha mencionado, el uso principal del petróleo es como fuente de energía a través del consumo masivo de sus subproductos primarios (gasolina, gasoil, entre otros), sin desconocer el tan variado aprovechamiento del hidrocarburo en la industria petroquímica y manufacturera. Pero en el presente y como tema necesario de análisis nos toca cuestionar el hecho de que éste recurso natural ha puesto las cadenas a los países subdesarrollados, siendo explotados y subordinados a los países más poderosos, resultando en un desarrollo desigual y desproporcionado.

Aún más profundamente, el petróleo ha ejercido su hegemonía en la mentalidad y en la toma de decisiones de los líderes políticos quienes han presidido el gobierno en la República Bolivariana de Venezuela, sin menoscabo de ser comparado al de otros países que ostentan de éste mineral, en donde se han soportado tanto de éste recurso para planificar su modelo de desarrollo que han terminado por subestimar y casi olvidar por completo las demás potencialidades de su territorio y su pueblo quienes pudieran aportar en el camino creador de un desarrollo integral.

Si observamos desde lejos y muy a groso modo los momentos históricos de la humanidad, pensamos en aquellos recursos de la tierra que potenciaron los procesos civilizatorios que dieron nombre por ejemplo a la Edad de Piedra, la Edad de los Metales, caracterizadas por la explotación y diversificación de usos de éstos elementos y que los determinaría en una sociedad más evolucionada; comparándolo hoy día con el polémico concepto de desarrollo, nos hace considerar que pudiéramos estar hablando de una "Era del petróleo" en donde todo gira en torno a éste recurso, tal como lo menciona:

"Teniendo en cuenta que nuestros sistemas económicos y nuestra cultura dependen de los consumos energéticos y que el petróleo proporciona alrededor del 35% de la energía total consumida y el 90% de la utilizada en transportes, puede entenderse que todo lo que gira en torno del petróleo esté condicionando la dinámica política de nuestro planeta. Estamos viviendo en la era del petróleo". (Víctor Bronstein – 2003 Editorial staff, encrucijadas # 45)

Por otra parte, el petróleo no debe seguirse concibiendo además como una maldición… epíteto que hoy por hoy aparece en tantas lecturas académicas y artículos de prensa, web y otros; un adjetivo que aunque lamentablemente cierto si lo relacionamos a las coincidentes condiciones de pobreza y desigualdad que imperan en muchos de éstos países; no ha sido culpa de su existencia como recurso natural, sino culpa de quien lo ha administrado y lo ha condicionado como elemento de aprovechamiento y no impulsor de la transformación al desarrollo.

En un verdadero discurso apolítico, debemos comenzar a obviar las avasalladores críticas de los diferentes periodos de gobierno que han imperado en nuestra nación y quienes se atañan la responsabilidad unos con otros; reconociendo que no es culpa de una o de la otra, sino de todos, quienes no hemos logrado asumir que el problema es el modelo rentista - extractivista que se nos impuso y que se ha convertido en ley desde su aparición a finales del siglo XIX y que tanto gobiernos de derecha como de izquierda han promovido el mismo fin al denominado "oro negro" impulsando la consolidación del neoextractivismo.

Como se manifestó anteriormente, ha sido un modelo inducido, impuesto por los países que nos aventajaron en los procesos de trasformación de los recursos naturales y nos condicionaron como meros donadores de estos bienes; una práctica que es evidenciada al analizar los estancados o bajos niveles de desarrollo que preponderan en la mayoría de los países periféricos o del tercer mundo, salvo casos excepcionales como el noruego, quienes desde que comenzaron con su explotación entendieron que no deberían apoyarse únicamente sobre él, sino que idearon un sistema más equilibrado y diverso para sostener y sustentar su desarrollo.

Anticipándonos un poco, es preciso y oportuno que comencemos a cuestionar con seriedad y responsabilidad la figura que representa el petróleo como eje modelador del desarrollo que se quiere y valorar que en la búsqueda de una verdadera independencia nacional, tal como es planteado en el primer Gran Objetivo Histórico, señalado en el Plan de la Patria 2013-2019, debemos dejar de depender progresivamente de éste recurso natural no renovable y comenzar a diversificar con fuerza los motores de nuestra economía y diversos pilares que garanticen un desarrollo sustentable y sostenible en el tiempo.

Twitter: @BUSTAFAC

apumax80@gmail.com

Atentamente: Ptte. (GNB) Alexis Bustamante, Lcdo. Biología y Química, Maestrante en Extracción de Crudos Pesados, Doctorante en Cs. Para el Desarrollo Estratégico, Gestión de Políticas Públicas… y finalmente un ciudadano ocupado en analizar nuestra realidad y nuestras opciones!



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