PDVSA sin Ramírez ¿Y ahora adónde irán nuestras gotas de petróleo?

La última voluntad del Comandante Hugo Chávez en materia petrolera fue que PDVSA llegara a producir 6 millones de barriles de petróleo diario en el año 2019, así consta en el vigente Plan de la Patria convertido en la República por la soberana Asamblea Nacional.

En el presente sólo se producen alrededor de 3 millones de barriles y diplicar esa cifra supone voluntad política para cumplir esa meta y promover una ampliación de la capacidad instalada en PDVSA para contar con la infraestructura, tecnología y demás recursos.

En este panorama, en mi carácter de ex asesor político en materia petrolera durante 4 años y luego de mi renuncia voluntaria con pase a otro destino, saludo la labor del ahora ex presidente de PDVSA, el ingeniero Rafael Ramírez. Hecha esta salvedad, luce conveniente profundizar en el análisis. En 1998, la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia hizo que PDVSA dejara de ser un tema exclusivo de cúpulas económicas, entonces gente de a pie empezamos a interesarnos por su funcionamiento. Chávez pasará a la historia como el líder político que en 2002 le arrebató PDVSA al imperialismo estadounidense y sus lacayos venezolanos en la antigua junta directiva estatal. Chavistas ilusionados de la época gritábamos la consigna: Limpieza en PDVSA.

A ese éxito patriótico se le sumó el giro de PDVSA como instrumento de inclusión social con misiones en alfabetización, educación, alimentación, salud, vivienda, entre otras muchas. No menos importante fue la recuperación de los precios petróleo que en más de una década promedian cerca de 90 dólares y antes del chavismo fluctuaban por 7 dólares.

Ahora bien, todas esas victorias prevalecieron hasta la desaparición física del Comandante Hugo Chávez, pues ocurre que en etapa posterior han surgido nuevas contingencias económicas negativas que amenazan con destruir las conquistas sociales que fueron bandera de la Revolución Bolivariana. Ratificamos que hay una guerra económica en ejecución, sólo que debemos advertir que ese es el comportamiento lógico de los capitalistas contra un régimen que no les brinda tantos privilegios como ellos quisieran.

Es ingenuo aspirar que mediante el "diálogo", los magnates de Fedecamaras, Consecomercio, Venancham se convertirán en maduristas o chavistas. Serán siempre capitalistas movilizados por el interés de máxima ganancia. Culpables seremos los revolucionarios si nos dejemos hacer la guerra económica y perecemos por falta de alimentos y productos básicos.

Como socialistas científicos sugerimos una estrategia basada en la realidad de los hechos. Vital es asumir hoy como urgencia la recuperación de la seguridad alimentaria prevista en el artículo 305 constitucional y para ello hay que relanzar la "PDVSA productiva", aprovechando la reciente designación del nuevo Ministro de Energía y Petroleo así como el nuevo Presidente de PDVSA, a fin de que se hagan acompañar de nuevos rostros revolucionarios, eficaces y eficientes que impulsen el aumento de la producción petrolera.

En efecto, sin abandonar la política internacional de petróleo a precio justo ni sumergirnos en un modelo extraccionista pitiyanqui de producción exorbitante que agote las reservas nacionales, es recomendable encarar el reto tecnológico y financiero de producir en cantidad acorde con el siglo XXI, superando sin pretextos los tres millones de barriles diarios y lograr cifras sustancialmente mayores.

Venezuela debe protegerse de escenarios presentes o futuros que lo empujen al abismo del endeudamiento con mecanismos transnacionales que podrían comprometer el porvenir de nuestros hijos. Obviamente esa renta petrolera incrementada deberá ser limpiamente administrada por un Estado vacunado contra la corrupción y el burocratismo.

Es vox populi que el parasitario capitalismo venezolano (porque chupa del Estado, importa productos, pero no produce internamente nada) se ha destacado por su mil millonario desfalco al Estado y es así que aun lucha por apropiarse de los "petrodólares" con fines ilícitos.

Que sepa nuestro pueblo que más allá de discursos populistas y eterna venta de esperanzas, el sector social que capte la mayor cantidad de "petrodólares" de PDVSA, será en la práctica el verdadero dueño y beneficiario del petróleo venezolano. Tales divisas deberían ser mayoritariamente para alimentos y medicinas bajo control del Estado, junto con más inversión en misiones sociales pero nunca para negocios de repugnantes elites "cadivistas" o "sicadistas". Desde el hallazgo del pozo Zumaque en 1914, anhelamos el uso de la renta petrolera para industrialización y diversificación de nuestra economía.



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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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