Un gran reto, un nuevo desafío se le presenta a la revolución bolivariana ante la reacción de la derecha nacional e internacional. Estamos, como lo decía el comandante Chávez, en el epicentro del huracán; fenómeno brutal que sigue golpeando con fuerza mediante su estrategia macabra: golpe de estado, paro petrolero, invasión paramilitar, asesinatos selectivos, campañas mediáticas, guarimbas y una grosera y desmedida guerra económica.
Se descubre en esta estrategia del caos, del odio y de la muerte, la esencia fascista de quienes han fungido como líderes de la oposición venezolana. Invocamos a sectores de derecha con vocación democrática y sentido de patria, a conformar una oposición racional abierta al debate, con propuestas viables en el orden constitucional, que contribuya a la paz de ésta república. Sin embargo, aun enfrentando esta agresión permanente, nuestro país, ha obtenido el reconocimiento oficial de organismos internacionales en materia social.
Un gran evento democrático, las elecciones legislativas, marcan un importante hito en la revolución bolivariana; esta coyuntura histórica definirá el estado político real de la revolución y establecerá nuevas pautas y ritmos de este proceso transformador. La derecha fascista y la oligarquía pretenden cobrar en votos sus actos criminales, en esta guerra silenciosa, apátrida y artera a la que han sometido a nuestro pueblo. En cualquier circunstancia, la revolución debe replantearse en este tercer ciclo (2009-2019), en todos sus ámbitos: ético, político, económico y cultural.
En lo ético, arreciar una lucha sin cuartel contra el burocratismo, la corrupción y los privilegios. Que se sienta el peso del estado para minimizar o erradicar estos males. Que prevalezca la auténtica conducta socialista, que no deje rendija por donde se pueda permear la moral revolucionaria. De igual forma, en lo político, en cualquier escenario postelectoral se debe convocar a un gran debate, donde confluyan todas las fuerzas de izquierda, sin distingos, que permita avanzar en un verdadero esfuerzo unitario, esencial para la consolidación ideológica. Partiendo de un análisis profundo del legado de nuestro máximo líder; guiados por el plan de la patria.
En lo económico, nuestro comandante fue imperativo: pensamiento científico, planificación científica, en base a un diagnóstico científico. Que se revise en base a esta orden directa e inequívoca, todo en materia económica, tarea que permita reimpulsar grandes proyectos de desarrollo para la producción nacional. En el tema de las expropiaciones, evaluar las empresas intervenidas por el estado que permitan corregir errores o desviaciones, así como reimpulsarlas en todos sus órdenes. Reactivar todas las zonas industriales del país, implementando proyectos ambiciosos a mediano y largo plazo, que impacten en positivo, el desarrollo real de la pequeña y mediana industria que afecte significativamente la importación de rubros, principalmente los relacionados con la petroquímica, las industrias del hierro y aluminio, proveedores naturales y directos de la materia prima. En el área de la agricultura, retomar grandes proyectos que apuntan hacia la definitiva soberanía alimentaria, reconociendo las tierras cultivables, estudiando a fondo las realidades sectoriales y regionales, para establecer la factibilidad del cultivo a gran escala y conformar complejos industriales que sean abastecidos desde sus propias regiones para contribuir también con la agroindustria. Crear pues, las condiciones para la repoblación del campo, "sembrar el petróleo" y que deje de ser retórica la diversificación de la economía, objetivo vital para la Venezuela potencia, anunciada en nuestros objetivos históricos del II plan socialista de la nación.
En materia cambiaria, aplicar con rigor el análisis científico, que exigía el presidente Chávez, comisionando para ello a las máximas personalidades con autoridad en este campo. Asumir un modelo de cambio de divisas que muestre resultados inmediatos, mediatos y a largo aliento, que vaya desmontando el mercado paralelo, factor principalísimo del desequilibrio de nuestra economía.
En estas humildes reflexiones, hemos tratado de expresar, con respeto, con espíritu revolucionario, con esmerada autocrítica, con carácter inclaudicablemente chavista, la responsabilidad de hombres y mujeres formados y forjados en esta lucha por la independencia, por el socialismo y por la patria. En cualquier circunstancia, sea cual fuere, debemos defender esta revolución, por la cual se han ofrendado grandes sacrificios y vidas humanas.
La historia ahora nos reclama un replanteamiento del proceso, sin concesiones al enemigo, enmendando lo que haya de ser, para que renazca la esperanza y se imponga la paz. Sobre esta premisa, la valoración de las conquistas y la conciencia del pueblo chavista serán determinantes para la victoria. CHÁVEZ VIVE! Y VIVIRÁ POR SIEMPRE!
FRENTE BOLIVARIANO DE TRABAJADORES DE FOGADE "ABREBRECHA"
