29Abr. 2015.- Son más de 60.000 madres procesadoras y también padres colaboradores quienes, cada día, se encargan de alimentar a 4.352.972 niños en el territorio nacional, pero además con una particularidad: Lo hacen desde el amor, la entrega y necesidad de protección que sólo las madres y padres pueden ofrecer a sus hijos.
Es así como Saidubi Núñez, madre procesadora de la Escuela Experimental Luis Beltrán Prieto Figueroa, situada en el estado Miranda, define esta hermosa labor que llega a los sitios más recónditos del país, a los 335 municipios, sin excepción.
Para la Agencia Venezolana de Noticias contó que su incorporación como madre fue motivada, hace cinco años, cuando su hija, recién cumplía seis años de edad, y entonces le tocaba ingresar a primer grado.
"Estar en la escuela con ella me permitía cuidarla: Ella se iba y regresaba conmigo", señaló con total satisfacción.
Hoy, luego de cinco años en esta institución, donde se requiere cumplir con un amplio plan de trabajo para alimentar a una matrícula de 2.800 estudiantes, asegura que se siente madre de todos.
"Cada comida se prepara con todo el amor, con el amor que una madre puede ofrecer ", expresó.
Así como Saidubi en esta escuela laboran otras 15 madres, quienes todos los días deben cumplir el cronograma de trabajo. Antes de las 7:00 de la mañana llegan a la institución y no paran hasta pasadas las 2:00 de la tarde cuando culminan esta larga rutina.
"La comida es variada, por ejemplo, preparamos un rico pabellón, al día siguiente carne con lenteja; el otro pollo, sopas; también les damos sus frutas, como patilla, melón, y cuando es lechosa si hacemos jugo porque es más difícil que se la coman", comentó.
Las madres y padres procesadores son figuras esenciales del Programa de Alimentación Escolar (PAE), creado por el comandante Hugo Chávez en el año 2000 como una herramienta para combatir la subnutrición y la deserción escolar.
Cuando comenzó el programa, el acuerdo con las madres y padres era asignarles un apoyo económico mensual, además de los suministros para hacer la comida. Sin embargo, el plan fue creciendo en número de niños y las madres demandaron mejoras económicas.
El año pasado, el presidente Nicolás Maduro creó la Corporación Nacional de Alimentación Escolar (CNAE) para incorporar a las madres y padres procesadores al sistema de seguridad social, con la asignación del salario mínimo mensual.
Antes de su incorporación al CNAE, el trabajo de Saidubi no se detuvo. Cuenta con orgullo que su labor no es sólo un asunto monetario, sino que "me sentía útil a la patria porque trabajaba con mucho amor para los niños que los siento como si todos fueran mis hijos".
Saidubi es también una de los 335 madres y padres procesadores que hasta este martes se dan cita en Caracas para participar en el Primer Congreso Nacional de la Cocina Escolar, que abarca áreas de aprendizaje, como procesamiento de alimentos, mantenimiento de los equipos que se encuentran en las cocinas escolares, la higiene, técnicas de almacenamiento y conocimientos sobre la administración de la cocina y sus alimentos.
Venezolanidad en la comida
Al hacer su intervención en este encuentro, la presidenta del Instituto Nacional de Nutrición (INN), Marilyn Di Lucca, se refirió a la importancia de trabajar, desde las escuelas, en una alimentación sana, segura, sabrosa y soberana, que incluya elementos de la venezolanidad en la comida.
"El llamado es a rescatar nuestras tradiciones y a sentirnos más venezolanos a través de lo que comemos", dijo.
En este sentido, destacó que la alimentación debe ser vista como un derecho y no como mercancía, pero además como un derecho que debe incluir las tradiciones del pueblo de Venezuela.
"Incluir una alimentación más sana, disminuir las grasas, disminuir los azúcares. Hacemos un alerta importante al consumo de las bebidas, mal llamadas refrescos, que son bebidas gaseosas que nos están haciendo tanto daño", alertó.
