(La Zona Educativa del Estado Sucre: un caso de investigación)

La vieja cultura política en las Zonas Educativas impide los cambios en la educación del nuevo sujeto, para la transformación de la sociedad Venezolana

“El patrón de medición-dice Mészáros- de los logros socialistas es: hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general”
Hugo Chávez Frías
Golpe de Timón (Oct-2012)

La construcción del socialismo revolucionario requiere de instituciones que no reproduzcan la cultura de la dominación y esto demanda, de acuerdo a lo que yo he aprendido en mi larga trayectoria de lucha por la construcción de movimientos sociales, políticos y culturales de pensamiento crítico transformador, de una formación histórico-cultural con pleno conocimiento de nuestras raíces y acervo histórico como pueblo. Demanda estimular y valorar la cultura como un hecho de producción del nuevo sujeto revolucionario, con el fin de superar la imposición de una cultura oficial que impide la valoración de la diversidad pluricultural como forjadora de la transformación de la realidad y como fuerza generadora de recursos creativos y constructivos para desarrollar una democracia auténtica y el poder de autodeterminación hacia la arquitectura de la verdadera soberanía nacional y el socialismo, a través del desarrollo de una cultura participativa y de gestión en los asuntos públicos. Gestión que supere, mediante la formación en valores socialistas, el individualismo, la competencia, la opresión, la discriminación de cualquier tipo y otras formas de intolerancia y dominación social, las cuales provienen de la dominante división social del trabajo que reproduce las relaciones de vida de la sociedad capitalista.

En tal sentido, la hermenéutica crítica provee al ser humano de una teoría política con interesantes elementos para el desarrollo de una cultura política que implica una nueva manera de pensar, hacer y decir las cosas en lo cotidiano y en las acciones concretas, tal como lo plantean los zapatistas:

· No se trata de hacer escena política, aparecer en los medios o copar cargos burocráticos

· No se trata de estar en la jugada política, buscando protagonismo en los centros de poder como forma para lograr el ascenso social

· No se trata de hacer profundos análisis como retórica intelectual o para consumo de ghettos

· No se trata de un proceso sin sujetos, sin inserción local, regional o nacional

Se trata de impulsar el desarrollo de una nueva mentalidad, una nueva conciencia para la formación de un sujeto integral (crítico, autónomo, democrático) basándonos en dos premisas:

a. Un proceso de formación permanente (ser investigador, educador, comunicador, organizador) y;

b. La construcción de un nuevo paradigma (generar pensamiento crítico propio, propiciar el autodesarrollo, estimular la creatividad y la producción de conocimientos individuales y colectivos)

Todo esto configurado en las siguientes tesis organizativas:

1. La estructura de funcionamiento que se adecúa a tales criterios es la del Colectivo de Trabajo Revolucionario. (Estructura que nunca ha podido constituirse en las Zonas Educativas, dependientes del Ministerio del “Poder Popular” para la Educación, porque allí se mantiene una lógica basada la cultura capitalista de la división social del trabajo, con una figura presidencialista -Director(a) de Zona- que aprueba y desaprueba lo que debe hacerse de acuerdo a la calificación de su gestión y no al desarrollo del proceso revolucionario, menospreciando las cualidades que surgen del trabajo diario y otorgando mayor centimetraje a las cifras frías que evidencian el “cumplo y miento” de la tarea. Negando la revolución como un proceso continuo y obligando en la práctica que ésta se convierta en simple burocracia esclerotizada).

2. La democracia directa debe ser la que gobierne para todos los cargos o responsabilidades: elección directa, rendición de cuentas, revocatoria de mandato y rotación de cargos, distribución democrática y participativa de recursos con el fin de evitar el manejo doloso de los recursos financieros que entran por presupuestos, sin ocultar la información al respecto ni restringir el acceso a los documentos que comprueben la honestidad o deshonestidad de los funcionarios encargados de su manejo. Por eso, es necesaria una gestión que trabaje en colectivo, delegando funciones y colegiando las decisiones transcendentales para propiciar la eficiencia educativa en el pueblo, como condición indispensable para abolir la conformación de sectores por amiguismo o intereses particulares, el burocratismo, el método y el estilo descalificador (chismes y corrillos), la negligencia y la irresponsabilidad, el pantallerismo y la charlatanería, el irrespeto a la condición humana y la imposición de criterios sin argumentos convincentes. Los valores antisocialistas que abundan en las instituciones públicas, como en el caso de la Zona Educativa, descalifican las políticas emprendidas por el gobierno revolucionario, debido a la mediocridad académica y humana de algunos funcionarios que ocupan cargos relevantes en ellas, cuando exhiben una descarada falta de conciencia revolucionaria que los mueve a trabajar por unos supuestos derechos que se inculcan como merecidos, aludiendo el don divino de creerse seres de elevada estatura cognitiva más que por el deber de servirle al pueblo como instrumento de emancipación. Por lo tanto, niegan el carácter democrático, contralor y decisorio de las asambleas de ciudadanos y se guían por la visión reduccionista de quien todo lo puede porque se le ha asignado el poder de firmar y decidir omnipotentemente. Lo cual determinó el fracaso en la formación de los docentes durante la implantación del Currículo Nacional Bolivariano (CNB), cuando los formadores o facilitadores para la aplicación del CNB demostraron tener mucho menos formación que una gran cantidad de docentes inmersos en el proceso y con actitudes negadoras del carácter ético y democrático de la educación. Reduciendo la práctica de la educación, a decir de Freire, a un conjunto de técnicas, ingenuamente consideradas neutrales, por medio de las cuales el proceso educacional queda reducido a una operación estéril y burocrática.

Si queremos encontrar las causas de la derrota del 6D debemos entender que tanto la Zona Educativa como cualquier otra estructura heredada del estado burgués reproducen las relaciones de poder del modelo capitalista y con esa lógica actúan para mantener el estatus quo que no permite ningún tipo de transformaciones y persisten en continuar desempeñando la praxis que se deriva de la vieja cultura política. Por eso, no entendieron o banalizaron la estrategia del punto y círculo diseñada e implementada durante el año escolar 2011-2012 para cambiar la práctica educativa en los planteles seleccionados y le restaron importancia a los conocimientos producidos durante su ejecución en los planteles, descartando la evaluación de la experiencia y su respectiva sistematización en función del crecimiento didáctico-pedagógico del trabajo de los colectivos conformados por los actores del proceso educativo, para impedir que los docentes resaltaran ante la luz pública que la única experiencia exitosa la tuvieron en los proyectos desarrollados con estrategias aportadas por el Programa Todas las Manos a la Siembra. Además, en otras áreas, le niegan a los docentes el acceso a las orientaciones curriculares formuladas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación, bien sea por deficiencias de la planificación o para mantener la dominación a través de la posesión del conocimiento.

En otra acción obtusa y de evidente regresión ideológica y epistemológica, el colectivo de gestión zonal y los “jefes” de municipios escolares entorpecieron el debate para enriquecer la propuesta de formación de los supervisores y para la restructuración y transformación de los municipios escolares, porque le restaba poder a la burocracia educativa enquistada en esas instancias, la cual se empecina en continuar manteniendo la estructura organizativa de unos municipios escolares que, con su deficiente trabajo, le restan significado a los fundamentos, principios, fines y objetivos de la educación liberadora propuesta por la Revolución Bolivariana y Socialista,. Esa propuesta de reestructuración y transformación de los Municipios Escolares, construida a solicitud del devaluado Colectivo de Gestión Educativa Zonal (o de investigación y formación como actualmente lo llaman) a partir del diagnóstico realizado a la supervisión educativa en el estado, apuntaba hacia la formación de los supervisores y la democratización, organización y adecuación de la supervisión en articulación con lo planteado en la Resolución Nº 058 y de acuerdo a lo establecido en el artículo 43 de la Ley Orgánica de Educación (LOE), la cual caracteriza a la supervisión educativa como “parte integral de una gestión democrática y participativa, signada por el acompañamiento pedagógico” de una praxis educativa entendida como “La didáctica centrada en los procesos que tienen como eje: la investigación, la creatividad y la innovación, lo cual permite adecuar las estrategias, los recursos y la organización del aula, a partir de la diversidad de intereses y necesidades de los y las estudiantes”(LOE-Art. Nº 14). Esto demuestra que la Zona Educativa se constituye en la principal violadora de lo establecido en la LOE, porque no activa los procedimientos pedagógicos, políticos y legales para que se cumpla durante el ejercicio educativo. Como manifestó Chávez (Oct. 20-2012) “creo que tenemos una nueva arquitectura legal, jurídica, empezando por la Constitución; tenemos leyes de consejos comunales, leyes de comunas, economía comunal, las leyes de los distritos motores de desarrollo; pero no le hacemos caso a ninguna de esas leyes”; La Zona Educativa es una institución donde sus funcionarios trabajan para el cumplimiento tareas que tiene como objeto responder con cifras a los requerimientos del Ministerio de Educación, sin otorgarle ninguna importancia al valor cualitativo de las políticas públicas. No interesa a los “jefes” que los y las estudiantes estén generando aprendizajes con las Canaimitas o la Colección Bicentenario, sino cuántas Canaimitas o cuántas colecciones se entregaron. No se interesan por la sistematización de los aprendizajes sino por cuántos docentes asistieron a los talleres; entre otros elementos que por no ocupar más espacio en este artículo me limito a mencionar.

Algo parecido ocurrió con la conformación de los Consejos Educativos propuestos en la Resolución Nº 058, que tienen como propósito democratizar la gestión escolar, con base en el modelo socio-político de la democracia participativa y protagónica establecida en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Concentrados en el cumplimiento de la tarea para constituir los Consejos Educativos con la intención de presentar las cifras para quedar bien ante la Ministra durante ese período y se conformaron aceleradamente sin constatar que los y las protagonistas del proceso educativo y comunitario asimilaran cualitativamente el propósito de los mismos. En tal sentido, fuimos el estado con más Consejos Educativos conformados para la fecha del 19 de diciembre del 2012, pero contradictoriamente ninguno funciona porque no se promovió ni planificó la formación escolar y comunitaria para hacer de esa propuesta un triunfo de la Revolución Bolivariana, como iniciadora de una organización efectiva, para que la escuela se convirtiera en Centro del Quehacer Comunitario y la comunidad como Centro del Quehacer Educativo.

Tantas improvisaciones y desaciertos devalúan la calidad del trabajo revolucionario, en aras de las transformaciones necesarias desde el interior de la Zona Educativa, que provoque “El cambio cultural” como dijo el Presidente y Comandante Supremo Hugo Chávez Frías (Oct. 20- 2012), para pasar del proceso de transición a la construcción definitiva del Socialismo Venezolano, mediante la generación de una praxis diferente de sujetos verdaderamente revolucionarios, formados en una teoría revolucionaria que los ayude a entender que “Todo esto tiene que ir impactando en ese nivel cultural que es vital para el proceso revolucionario, para la construcción de la democracia socialista del siglo XXI en Venezuela” y entender que “transformar es dejar el mundo un poco mejor que como lo encontramos. Es llenar de valor a quien quiere cambiar para construir una subjetividad diferente, una forma de entender el mundo y entenderse a sí mismo, comprometida socialmente”. (Monedero, 2012).

Toda la cultura administrativa en educación sigue siendo la misma que se organizó en la democracia representativa Puntofijista, creada para generar una conducta positivista, tecno-instrumental en los ámbitos de trabajo, tanto de la Zona Educativa como de las instituciones escolares. Los espacios de funcionamiento de las coordinaciones raramente tienen oficinas y escritorios adecuados, reducidas a pequeños compartimientos en estado de hacinamiento, que cercenan el derecho a la producción intelectual, pero acondicionadas para ser vigiladas y controladas por la mirada y el oído policial del “jefe” de turno, y muchas veces intervenidas reiteradamente por las jefaturas de División al tomar decisiones unilaterales que vulneran la autonomía de las coordinaciones y su colectivo, con el fin de desmoralizar al personal de una manera discriminativa y vejatoria del derecho al trabajo, propia de la división social del trabajo capitalista, la cual quebranta la dignidad de los trabajadores y trabajadoras y los coloca en condición de minusvalía frente al patrono. Además de ser una de las instituciones que viola la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (Art. 26 y Art. 48) al mantener una nómina invisible e ilegal de personas trabajando (docentes, administrativos y obreros) en una determinada ocupación sin percibir ninguna remuneración por tal concepto, sólo con la esperanza de recibir un empleo que las libere de su condición de pobreza, el cual toca a muy pocas personas porque los “jefes” y sus jefes políticos se los despojan para venderlos descaradamente con el fin de obtener una renta producto de una conducta delictiva u otorgárselos a familiares, amigos y allegados que conforman la clientela electoral, como una práctica heredada de la vieja cultura de compra de conciencia que crea desesperanza y descontento popular en contra del gobierno y el proceso revolucionario, se llenaron las escuelas de docentes, administrativos y obreros colaboradores sin tener como cumplirle lo prometido, el cargo. Es tanto así, que los políticos de Sucre piensan que la Zona Educativa es una institución apetecible de dominar porque ocupa el segundo lugar como mayor empleadora del estado, la cual garantiza los votos, mediante la asignación de cargos, para hacer realidad sus proyectos políticos personales. Toda esta situación conspiró en desmedro de la moral, la ética y la confiabilidad de la Revolución Bolivariana en las esferas públicas. Una revolución que nació con la propuesta educativa de las Escuelas Bolivarianas como alternativa generadora de la transformación cultural de la sociedad desde los espacios pedagógicos. Había que descalificar la educación bolivariana, ese fue el objetivo.

Finalmente, creo que hay que investigar la forma como se utilizan los recursos financieros aportados por el MPPE a las Zonas Educativas, las cuales tienen registradas algunas compañías de maletín que se dedican a buscar los requerimientos para satisfacer las necesidades de los planteles en cuanto a mantenimiento, aumentando los costos de esos rubros por encima de lo que cuesta en el mercado, colaborando con la distorsión de las cadenas de comercialización del mercado capitalista neoliberal ; y en el caso de las Escuelas Técnicas Agropecuarias en lo referente a alimentación de animales e insumos para la siembra, configuran facturas como si esas empresas fueran distribuidoras de esos productos, y sólo alcanza proveer precariamente la alimentación de los animales, cuando viene estipulado para realizarse durante los cuatro trimestres del año. Los casos más denunciados fueron los de Programa Alimentario Escolar, donde se presentaron casos denigrantes de corrupción con la compra de los alimentos para los niños, los cuales fueron denunciados infinitas veces para que se tomaran medidas, que nunca fueron suficientes para acabar con el cáncer que está hace metástasis en la descompuesta sociedad capitalista venezolana.

Con esta cultura político-administrativa que se desarrolla en la educación será imposible construir la Pedagogía Liberadora y, mucho menos, la transformación de la sociedad.

“O inventamos o erramos”

“Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras. A este régimen ya no lo aguantan (refiriéndose al Neoliberalismo): no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, ni lo aguantan los pueblos… y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra”.
Papa Francisco

azuldemanicuare@gmail.com


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