Prestigio o abolengo o pedigrí universitario

Quien esto escribe, ha de advertir que ha estudiado en estas universidades que poseen cierto prestigio o abolengo o pedigrí universitario y ha alcanzado los grados académicos, hasta de quinto nivel, es decir, el grado de doctor, que algunos venezolanos con pena étnica dan en llamar en lengua anglosajona "phd", expresión concreta de la ignorancia aprendida y de la estupidización e imbecilidad aludidas por Arturo Úslar Pietri, hombre de derecha y cofrade de dictaduras, quien también era buen pensador. Además, tengo los ojos azules, soy caucásico y "pelo é fique", porque en mi árbol genealógico hubo el negro parejo y la negra sandunguera, causantes y víctimas de tantos cachos, todos silenciados por la moralina cristiano pablista.

El caso es que la universidad venezolana, venida de la tradición medieval en cuanto a su estructura, es fundamentalmente, desde la modernidad periférica, bananera y protomayamera, reproductora del Estado burgués, sin excepción, tanto las emblemáticas (por su longevidad como por su renombre mediático o bien ganado), como las creadas en revolución, es decir, en los últimos dieciciséis años, desde que el Presidente Comandante Hugo Chávez, asumió las riendas de la nación hasta el presente, con un obrero, convertido en presidente, para mayor ira de la mayoría de universitarios, quienes históricamente, han sentido desprecio y cierto asco por la clase obrera, dada la naturaleza para los cuales fuimos formados en estas universidades y paradójicamente, siendo seculares, en el papel, hoy son sembradíos de politeísmos santerías, brujerías y sensiblerías, muy alejadas de centros del saber y conocimiento científico.

El caso es, que a propósito del novísimo Sistema Nacional de Ingreso (SNI), implementado por el Ejecutivo Nacional, para garantizar el derecho al ingreso a las universidades de todos los bachilleres, sin discriminación, exclusión o sectarismo, el criterio de "importante" entre las universidades ha aflorado en boca de bachilleres, padres y representantes, medios de comunicación, profesores universitarios y autoridades universitarias, sustentado en una especie de baremo oculto sobre la cual miden y tasan el prestigio o abolengo o pedigrí universitario, para, en lo inmediato, descartar al otro, empinarse por encima de los demás y preservar las tribus o nichos de supuestas "élites", cual "democracias de aristócratas", al mejor criterio del ensayo poético Ariel (1900), del uruguayo José Enrique Rodó.

Primero, salieron las autoridades universitarias de las universidades emblemáticas, con su moralina celestinada, para defender su derecho a discreción y su cuota material y concreta de definir quién entre y quién no, cual Caballeros de la Mesa Redonda, amén de las jugosas tajadas que dejan las Pruebas Internas o Pruebas de Vocación, que de vocacional tienen lo que Barak Hussein Obama de "santo".

Luego, salieron unos pobres muchachos, estudiantes universitarios, manipulados y alienados, con voz meliflua, criticando que los otros bachilleres no merecen ingresar a dichas universidades públicas, si no pasan las humillaciones y calvarios que ellos pasaron, claro, lo argumentaron con aquello de que "no es justo", sin terminar de explicar qué.

Y en esa línea se lanzaron los medios, incluso, hubo un programa televisivo de un canal dedicado al golpismo en Venezuela, en el que con sesgo hicieron un programa especial, sectario, filofascista, discriminador, vulgar y vomitivo, dedicado a atacar el derecho al ingreso universitario para todos, además de jerarquizar que existen universidades "importantes", dado su prestigio, abolengo y pedigrí a las que no puede entrar tanto "pataenelsuelo", que bien pueden ocupar su espacio en esas "universidades tapamarilla" que se han fundado en revolución.

No podemos olvidar a los puritanos sepulcros blanqueados que se ofendieron porque la ciudadana Fiscal General de la República (FGR) dijo que a muchas mujeres le pidieron cama por un cupo, verdad tan clara como que la tierra es redonda, porque la prostitución simulada, en este sentido, era la común forma de canje entre los babosos profesores y empleados, a cambio de sexo sabroso de sus límpidas carnes femeninas y cuando no podían, pues recurrían a la moneda de curso, vendiendo los cupos en sumas estrafalarias, que nadie puede ocultar, precisamente en esas universidades "importantes".

Resulta pues, que lo de "importante" es en cuanto a una escala de valores muy ruin, producto de los vicios del capitalismo. Ninguna universidad es más importante que otra. Ni la ULA, UCV, LUZ, UDO, UNESB (mal llamada USB), ni UNEXPO, ni ninguna otra nucleada en la secta fascista llamada AVERU, son más importantes que las otras. Cada una, sí, ha brindado importantes aportes a la ciencia y han sido eficientes reproductoras de mano de obra medianamente calificada para el trabajo explotador al servicio del Estado burgués, por lo que se convirtieron en brazos políticos de la US Embassy en Venezuela, gobernados por el señor del megáfono y con rectores de muy bajo nivel y solvencia académico-intelectual. Hubo incluso, por decir lo menos, uno de los del Opus Dei, que desde su cuenta institucional de Rector, culpó al Presidente Nicolás Maduro por la muerte de la modelo y actriz, Mónica Spears y lo acusó –de manera impúdica- de armar a los colectivos, pero le importa un rábano que un obrero se muera de cáncer y de mengua por no tener una póliza de seguros.

Todos sabemos que muchos inmorales padres compraban el cupo para que su vástago estudiara en estas de estudios hasta el día en que apareció el Sistema Nacional de Ingreso (SIN). Es decir, sobre un acto de corrupción se pretende formar en valores a una hija o hijo. Pero, eso del título, da la prestancia y caché. Y si estudia una cerrera lucrativa, mejor, para que a bisoños "usurpatítulos" los llamen "doctora" o "doctor", sin serlo, por una razón pequeñoburgués, propia del capitalismo: los pone socialmente, por encima del resto de los mortales y sienten que son más importantes o más gente, ya que traen el trauma del complejo de inferioridad y la pena étnica que deja marcas en la piel, así vistan de la Tommy, Náutica, Columbia, Polo o Mario Hernández, aunque coman sardinas con leche condensada o no paguen el condominio.

Y así, por ese camino hubo un ciudadano que me dijo que su hijo, con un promedio de catorce puntos, no estudiaría en la UBV, porque eso es para marginales chavistas. Así es que él prefería robar y matar pero mandaría a tu bebé a estudiar a EEUU.

Por otra parte, las universidades fundadas en revolución, son idénticas a las otras emblemáticas, que no son, ni más, ni menos importantes que éstas. Pero, sucede por ejemplo, que en la UBV y en la UNEARTE, el noventa por ciento de los estudiantes son militantemente antichavistas y el cuerpo profesoral siente pena de ser trabajador de estas universidades, amén de que muchos de ellos, dedican tiempo valioso de clases, para la prédica que contribuya al derrocamiento del gobierno que preside el obrero Nicolás Maduro, de donde le nació el mote abyecto de "Chaburro" simple y llanamente, porque no es un egresado universitario.

Afortunadamente, el obrero presidente Nicolás Maduro, no es egresado de ninguna de nuestras universidades venezolanas, porque fuese así, sería, seguramente, un pedante, arrogante y supiera muchas estupideces aprendidas, y a estas alturas, ya nos hubiera entregado, hace ratos, a manos del imperio y de sus plutócratas criollos. Simplemente, sería un adeco más o un melifluo de partido aurinegro. Tenemos la certeza, dado su perfil psicológico de que Nicolás Maduro no fue nunca el semanero echa paja. Afortunadamente, viene de la clase obrera el chofer de autobús.

El problema de fondo es uno. No hay universidad para un Estado bolivariano socialista y chavista. Seguimos reproduciendo el mismo Estado burgués, razón por la cual, es en cualquiera de de estas universidades, con pedigrí o sin pedigrí, cual perros de raza, en donde se están macerando los contingentes de mujeres y hombres de derecha. Estos son fascistas que odian al chavismo y serán capaces de matar, porque cualquier muchacha o muchacho de los que con el Comandante Hugo Chávez y Con Nicolás Maduro, ha salido de la miseria y de la pobreza, hasta llegar a la universidad, cuando llega a ella, aprende a tener pena étnica, reniega de sus orígenes y procedencia, odia a los de sus clase, porque en este modelo de universidad le enseñan a parecerse a esa nueva clase o élite de estúpidos al servicio del modelo de Estado burgués, concentrados en lo que llaman "clase media", que no es más que el vulgar remedo de la "burguesía", clase social a la que jamás pertenecerán.

Por otra parte, ni las bases chavistas en estas universidades, ni quienes dirigen la política de Estado en diecisiete años de revolución, no hemos sido capaces de acometer la transformación universitaria, porque, técnicamente, estamos esperando a que San Pedro agache el dedo. Incluso, nuestros leguleyos abogados, formados para servir a ese Estado burgués, ponen cara de sabio y afirman a pie juntillas, que la aberración injusta e inicua de que un hijo o hija de un profesor universitario tenga cupo es un "derecho adquirido", como el de "Prima Nocta", por encima de la equidad que nos alude la letra del artículo 6 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 2000), que nos dice que somos un Estado social de justicia y de derecho.

No hay universidad importante, ni más importante que otra. Las universidades en el Estado socialista, solo gozarán del prestigio, en tanto y en cuanto sirvan al Estado Comunal y a los cinco objetivos históricos del Plan de la Patria. La universidades tienen que llenarse de pueblo y ser del Pueblo. El abolengo y pedigrí podemos dejarlos para los animales de raza. O transformamos la universidad o esta revolución desaparece. Un buen inicio de la justicia social y el derecho, es la entronización del nuevo SNI. Vamos a protegerlo. Y al que no le guste, háganos el favor de irse para no volver. En El Arepazo de EEUU lo esperan.



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Luis Alexander Pino Araque


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