Clavos en el ataúd

 

Una carrera como la de LETRAS, en una Patria como la Americana, en una tierra como la Venezolana, bajo un gobierno distinto al que actualmente existe, bajo la conducción legendaria y mítica de este Héctor de nuestra ILIADA, dejaría de ser, de existir. Tendrían que borrar de un plumazo, de los programas, obras inmortales, ensayos lúcidos y sentidos escritos por sus protagonistas, despachar de un solo tajo, amputar la literatura de la Revolución que no es otra cosa el origen del periodismo, la forja de los primeros Maestros y diplomáticos; las mismas obras de Colón, de Bernal Díaz del Castillo, de Juan de Castellanos, de Vasconcelos, Mariátegui, Mariano Picón Salas (sobre ese período y sobre tiempos más recientes como COMPRENSION DE VENEZUELA). Al tacho de la basura irían grandes testimonios como los de Bartolomé de las Casas, no sabríamos nada de Esteban Echeverría, José Hernández, José Martí, Mariano Azuela "Los de abajo", John Reed "México insurgente" o John Lynch "Las Revoluciones hispanoamericanas"; cuentos de Uslar Pietri como "Pataruco" o su novela "las lanzas coloradas", de Miguel Otero Silva "Oficina n° 1", "Casas muertas; relatos de José Rafael Pocaterra, "INOCENTES" como "La I latina" (donde se narra la tragedia de una maestra enferma, malnutrida, vejada por un hombre y olvidada de la sociedad y del poder, en una escuela ignota; ante la impotencia del niño que la ama y no logra descifrar la realidad miserable de su amada MAESTRA (así, con mayúsculas). O los relatos de Manuel Díaz Rodríguez como "Las ovejas y la rosas del padre Serafin" y "Ovejón" de Luis Manuel Urbaneja Achelpohl - que bien pudieran describir la conducta de la actual dirigencia opositora- de Mariano Picón Salas "Los batracios, de Pedro Emilio Coll, "El diente roto" que describe a muchos veleidosos sin fondo. ¡Ni qué decir de Arturo Uslar Pietri "De una a otra Venezuela"; El "cuento colombiano", Esteban Echeverría "Matadero", José Hernández "Martín Fierro", Alonso de Ercilla "La araucana". Y hasta CIEN AÑOS DE SOLEDAD, "La Mala hora", "La hojarasca"; “País portátil” de Adriano González León..¡Ni qué decir de Francisco Herrera Luque “Los amos del valle”, “La casa del pez que escupe el agua” y “Amanecí de Bala” de Chino Valera Mora o Poesía como "Canto General" y "Residencia en la Tierra" de Pablo Neruda y las Obras y biografía de Simón Bolívar. Por ello desaparecieron de los pensum cátedras como Historia de Venezuela e Historia de América. Por el mismo camino va la Hispanoamericana Colonial. Se podrá estudiar a André Gide, pero sólo bajo compromiso de que un libro como “viaje al Congo” deberá ser ignorado, porque nos habla de la esclavitud por parte de los ingleses y portugueses a los ricos pueblos de África, donde invita a mirarse en “el espejo del Congo” destacando su degradación, los índices de natalidad y mortalidad, las enfermedades inducidas, al punto que escribió una frase que a nuestro juicio, sería aplicable en cualquier tiempo y lugar a los imperialistas de ayer y de hoy y a sus secuaces: “ Hay tres clases de portugueses; los verdaderos portugueses, después los portugueses de mierda; y después la mierda de portugueses”.

Esto que respetuosamente expongo, lo advierto de todas las Escuelas de Letras, de tal manera que a medida que va pasando el tiempo, con la carreta de sus acontecimientos, voy sintiendo y oyendo cómo se van añadiendo clavos al ataúd de los que tradicionalmente han sido carreras como Historia y Letras. Lástima, dolor, ver una generación de mutantes, que han descartado la posibilidad de ver la historia con visión literaria y la Literatura con visión histórica, más cuando la tendencia es consolidar los estudios interdisciplinarios. Lo cual no excluye para nada, sino que substancia, enrriquece, los estudios estéticos, teóricos, filosóficos, interdisciplinarios.

En un escenario así, la Escuela de Letras quedaría reducida a un grupo de chauvinistas, felices de su desconocimiento y de su papel como sujeto histórico, auto-complaciéndose entre teorías asépticas, más caprichosas y surgidas a tirabuzón que axiomáticas y epistemológicas; que si al final no resultan ciertas, el diagnóstico será NADA SE HA PERDIDO, esto sólo LITERATURA (Y PIENSAN QUE AQUÍ NO EXISTE LA "MALA PRAXIS" SINO SÓLO EL VULGAR INTENTO). Y saldrán, con su cara muy lavada, precavidamente con su bufanda tratando de proteger su aliento, a tomarse un buen vino y semejante a aquel famoso Señor FUKUYAMA que se hizo rico vendiendo esa granada de humo que fue el llamado " fin de la historia" y que enriqueció las arcas de muchos postgrados en prestigiosas Universidades de Élite, del mundo, para después salir diciendo - con reconocible gallardía- "me equivoqué". La gallardía que no han tenido los que siguen diciendo que La historia llegó al llegadero, que "la soberanía es un asunto anacrónico", porque leyeron a ese autor. O semejantes a los Sres. Bush y Rumsfeld, quienes masacraron al legendario y glorioso padre de nuestra escritura, de la gran cultura desarrollada entre el Tigris y el Eufrates, el de los Puentes de Babilonia, lugar de origen de Las Mil y una noches, el hermoso y magistral pueblo de Irak, con base a calumnias;....y luego salieron, con su cara de alcohólicos cínicos (porque yo reconozco grandes borrachos en la historia) a decirle al mundo: "Nos equivocamos, no había armas de destrucción masiva en Irak". Y nada pasó. ¿Una escuela de Letras, anodina, amnésica, ahistórica, inconsciente, eso es lo que quieren algunos estetas, genialidades a las cuales asusta todo lo que huela a historia, a verdad, a recuerdo, a memoria colectiva, a pasado heroico; que tomaron la elección consciente (porque sí saben lo que hacen) de actuar unidimensionalmente y esperar el fin del mundo y de la realidad, hasta que venga el nuevo diluvio en este planeta enfermo y los agarre, como en las ruinas de Pompeya, abrazaditos a su metáfora?. ¡A buena hora me jubilé, no quiero estar en el aparato circulatorio de una enseñanza universitaria de las Letras, cuando eso suceda totalmente, porque sería yo un aislado trombo dentro de ella!. Espero mucho de mis colegas para que eviten eso, al menos en nuestra Escuela de Letras. Lo que falta es que destierren la Poesía. Es un clamor y un mensaje que envío, colocando -como dijo el gran Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa- mi "palabra al viento" con mucha fe, a quienes tienen en sus manos las cátedras, los alumnos, las bibliotecas, la dirección y el destino de las ESCUELAS DE LETRAS.

 

Gabriel Mantilla Chaparro

Prof. Titular. Jubilado. Escuela de Letras

Facultad de Humanidades y Educación

Universidad de Los Andes

Mag. Sc. Literatura Hispanoamericana

Pontificia Universidad Javeriana

Santafé de Bogotá



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