Universidad: Cultura, racionalidad y fanatismo

Se dan en estos días tensiones en las universidades Venezolanas. Comprender los motivos y la naturaleza de tales tensiones pasa por aproximarnos al concepto de "universidad". No se puede entender lo que significa la universidad, y la educación en general, sin aludir a la noción de "cultura", o más precisamente, sin considerar el carácter cultural de los seres humanos.

La realidad humana es fundamentalmente una realidad artificial, creada por nosotros mismos. Vivimos en medio de nuestros inventos. El niño en su proceso de socialización debe sumergirse en ese mundo de artificios y significados, puesto que el lenguaje como hecho simbólico es uno de los inventos más importantes, debido a que sin los conceptos no pudiésemos pensar. Pero ello implica además nuestra condición histórica, nuestra realidad cultural presente es el resultado de la acumulación de hechos realizados por nuestros antecesores. Si cada generación debiese reinventarse por completo desde cero entonces aun estuviésemos en la edad de piedra.

De allí el valor supremo de la cultura para el avance de nuestras civilizaciones. La función de la educación, y de la universidad, es fundamentalmente la del mantenimiento y renovación de la cultura.

Para el cumplimiento de tan importante función es imprescindible la presencia de la razón, de la racionalidad. Entre quienes se deciden por mantener la cultura y quienes desean hacer la revolución es natural la presencia de tensiones y conflictos. El asunto es cómo deben manejarse las confrontaciones. La universidad debe garantizar la racionalidad en la superación de las diferencias. Los estudiantes, y el ciudadano común, deben ser sensibles a la discusión racional. No puede hablarse de universidad, ni saberes, ni estudiantes al margen de los argumentos. Argumentar es sinónimo del uso del discurso para tratar a quien piensa distinto, argumentar es el anticipo del dialogo y la tolerancia, sin que ello implique la resignación frente a la imposición.

No debe haber en la universidad espacios para los fanatismos los políticos, ni de ningún otro tipo. Pensar en la universidad es pensar en la eterna lucha por deshacernos de los dogmas, de las imposiciones. Se trata de reducir el recurso de la fuerza ante la posibilidad del entendimiento. Una de las funciones más importantes de la universidad venezolana de nuestros días consiste lograr que quienes la integran se emancipen de las perspectivas sin fundamento y abracen la discusión racional. Pero ello implica aceptar la pluralidad, aceptar la crítica, aceptar que no hay una visión única de la realidad. Nuestra sociedad se evitará enormes peligros si la universidad cumple con el deber de conjurar al pensamiento totalitario que con tanta frecuencia se adueña de las pasiones juveniles, deseosas de transformar de cualesquier forma y a cualesquier costo las condiciones heredadas.

Daniel Varela

Profesor de UPEL-IPC

Cátedra de Filosofía



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