¿Analfabetas funcionales los profesores universitarios?

Todos los años los gremios de docentes universitarios, suerte de sindicatos, piden aumento de sueldos argumentando que sus ingresos no les permiten vivir de acuerdo a su “estatus social”.

En el mercado de trabajo los sueldos y salarios no se establecen de acuerdo a las aspiraciones del trabajador sino a su rendimiento. ¿Rinden los docentes universitarios venezolanos lo que espera el Estado de ellos? Es una pregunta pertinente, porque  a pesar de que la función de las universidades está claramente expresada en los artículos 2 y 3 de la Ley de Universidades vigente desde 1960 parece que los docentes universitarios no han entendido su significación.     

         Art.2.- Las universidades son Instituciones al servicio de la nación y a ellas corresponde colaborar en la orientación de la vida del país mediante la contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas nacionales.

     Los problemas nacionales más apremiantes han sido y son: Seguridad, Educación y Salud. Ninguna de las universidades venezolanas contribuye doctrinariamente al esclarecimiento de los mismos. Lo doctrinario se refiere al conjunto de ideas u opiniones filosóficas, políticas, etc., sistematizadas por un grupo humano con relación a un problema. No siendo así, debemos presumir que nuestras universidades carecen de la necesaria fortaleza institucional para emitir y sustentar opiniones que esclarezcan los problemas nacionales, porque su personal docente y de investigación no tiene la capacidad para hacerlo. ¿Quién o quiénes son los responsables? ¿El gobierno? No, la comunidad universitaria.

     Art.3.- Las universidades deben realizar una función rectora en la educación, la cultura y la ciencia. Para cumplir con su misión, sus actividades se dirigirán a crear, asimilar y difundir el saber mediante la investigación y la enseñanza; a completar la formación integral iniciada en los ciclos educacionales anteriores; y a formar los equipos profesionales y  técnicos que necesita la Nación para su desarrollo y progreso.

 

     La función rectora de una universidad se establece por su capacidad de medir los fenómenos, físicos, químicos, biológicos, sociales, políticos, etc., en el entorno socio-económico del país y discutir su interpretación para su control por parte del Estado.

     Somos un país cuyo presente y futuro está en la minería. Pero vivimos en un mundo convulsionado por una crisis económica, una crisis energética, una crisis alimentaria y la perspectiva de una crisis acuífera. Entonces lo prioritario para las universidades venezolanas es la enseñanza y la investigación científica en petróleo, gas, metalurgia, agricultura, ganadería y como preservar nuestro patrimonio ecológico y además, formar los profesionales en la cantidad y con la calidad que se necesitan.

      ¿Cuáles son los aportes teóricos de las universidades venezolanas al avance del país? ¿Cuáles los inventos y descubrimientos en materia de Hidrocarburos, Minería, Siderurgia, Agricultura y Ganadería, base de nuestro desarrollo económico y social? No hay ningún riesgo en dar una respuesta totalmente negativa. Muy a nuestro pesar debemos preguntarnos ¿Es que nuestros docentes universitarios son analfabetas funcionales, que aún no saben para que son creadas las universidades?

 

     En la práctica, tenemos en las universidades Rectores, Decanos, Directores de Escuela y de Institutos, miembros de los Consejos Universitarios, miembros de los Consejos de Facultad, Presidentes y miembros de las Asociaciones de Profesores (variante de un aparato sindical) que  han dedicado la mayor parte de su vida académica a la administración de los recursos universitarios con una total ignorancia de lo que significa ser un docente universitario y de como gerenciar una institución de educación superior. Los que les dan la cara a los estudiantes son en muchos casos docentes recién graduados, sin experiencia profesional ni docente, contratados a medio tiempo,  que de espaldas a un pizarrón repiten lo poco que entendieron de apuradas lecturas.

   La ignorancia y la desidia en las universidades es de tal magnitud que en la UCV, por ejemplo, no saben por qué el 50% de la matrícula estudiantil está formada por repitientes.

 

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