La universidad tiene que desprenderse de su condición refractaria

El sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos decía, palabras más y menos,  la reforma universitaria está unida a esa misma condición que muestre el Estado. Si cambia, la Universidad también lo hará, si se transforma lo mismo ocurrirá en las aulas universitarias, si se paraliza a la Universidad le tocará la misma suerte. La Universidad de hoy, la mundial, la de Latinoamérica, la nuestra, está  fuertemente atada a la segunda Ley de la Termodinámica. En la lógica del gobierno académico, en el tratamiento de los problemas universitarios, en la burocracia asfixiante están las claves para explicar la desconexión que tiene la Universidad con la realidad circundante. Aun así, hay un padecimiento paradójico la Universidad Moderna, la medieval, está ahí con todo su prestigio, con todo su hormigón, con el más puro conservadurismo. Todos los que participan en la toma de decisiones son los más fieles guardianes de este modo. La universidad no es una isla, más bien una península unida a la sociedad, que es más, en realidad,  un hecho complejo, cambiante, que no admite determinismos, donde hay confluencias entre lo dado y lo posible. Donde la comprensión epistemológica viene a lo que algunos autores denominan fallas de borde y razonamientos de umbral; y a lo que el sociólogo chileno Hugo Zemelman identifica como la búsqueda de espacios distintos y modalidades culturales diferentes, dirigidas a dar nuevas lecturas a las comunidades. Entonces ¿por qué la Universidad está cercada? Las respuestas están en los vectores del poder que se mueven en su interior. Chávez advirtió esto y colocó un eje transformador en la pulsión territorial que caracteriza las UPT, relativo al desarrollo sustentable, al ordenamiento de tierras de uso agrícola, donde haya señales claras que favorezcan la acumulación de experiencias por parte de actores de la educación universitaria, destinadas a la promoción de nuevos  patrones de asentamiento.

Un relanzamiento de la idea posibilista de la UPT del Oeste de Monagas, tiene lugar en este momento; los primeros movimientos vislumbran que el objetivo está plenamente identificado, con todas las probabilidades de éxito, dado el entusiasmo mostrado por la comunidad universitaria, y los entes rectores: gobernación, alcaldías, consejos comunales. Nuestro Oeste toca directamente al Este del Municipio  Freites (Anzoátegui), flanco decidido con la idea. Tres nuevas carreras, por lo menos, serán necesarias: Ing. Agroalimentaria, Ing. En Electromecánica (mercado laboral cautivo con las termoeléctricas regionales) y Medicina Integral Comunitaria. Esta última en alianza con la UBV Monagas y la UNERG. Está claro que esta UPT del Oeste de Monagas vendrá a consolidar una vieja aspiración de zamoranos y vecinos que concurrieron al nacimiento de un viejo Programa de Formación de TSU, para después erigirse como UPT Sede Punta de Mata. En ningún caso, para dar paso a rivalidades o esterilidades. Contamos con una estructura con un eficiente personal de servicios y administrativo, una matrícula en ascenso y docentes de alto rendimiento académico, que tienen en su juventud, su mejor tarjeta de presentación.



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