La complejidad del mundo universitario (V). Tareas pendientes

Con estos artículos culmino por ahora las reflexiones que he venido realizando, junto al acompañamiento de Maiz Vallenilla, de Rigoberto Lanz, Alex Fergusson y de Vladimir Acosta. Otros eventos en los que se ha analizado a profundidad este tema tienen que ver con lo que hace el Centro Internacional Miranda donde se han dado foros acerca de la Transformación Universitaria y recientemente sobre la Calidad de la Educación.

Tomando en cuenta su heterogeneidad, desigual desarrollo, especificidades regionales y su compleja trama de intereses, considero que algunas de las tareas pendientes que desde el sector universitario se deben acometer tienen que ver, entre otras con las siguientes:

1.- Se debe construir un verdadero sistema de educación universitaria eliminando la dualidad de lo que hoy existe y donde se eliminen igualmente las odiosas desigualdades y discriminaciones existentes entre las universidades "tradicionales" y las emergentes, entendiendo que estamos en una sola república con un solo estado, leyes para todos y donde la autonomía universitaria debe desarrollarse con criterios de responsabilidad y no de confrontación con el estado que financia a las universidades. Ello debe ser bien entendido tanto por las autoridades de las universidades como por el propio estado venezolano. Este sistema puede transversalizar las actividades de las universidades tomando en cuenta el Plan de la Patria, unos "pensa" actualizados en función de las nuevas realidades nacionales, latinoamericanas y mundiales y la eliminación de la fragmentación de los saberes en las universidades y donde lo académico esté por encima de lo presupuestario -administrativista.

2.- Discutir y aprobar una nueva Ley de Educación Universitaria, tomando en cuenta lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la Ley Orgánica de Educación, sobre todo los fines de la misma y concretando lo establecido entre los artículos 32 y 36 de la Ley Orgánica de Educación. Recordemos que Chávez vetó la Ley de Educación Universitaria, aprobada previamente por la Asamblea Nacional. El Presidente, alegando razones técnicas y políticas no firmó el ejecútese de la LEU, pidiendo a la vez un gran debate nacional y en las universidades acerca de la formulación de la ley que debe regir en las universidades. Las universidades no hicieron absolutamente nada en ese sentido. Eso ocurrió en enero de 2.011. Por tanto, es tiempo de retomar este tema, vital para la normalización y transformación de las universidades en favor de la nación y no de grupos, clanes y/o mafias académicas. No está demás decir que cualquier decisión que provenga de la Asamblea Nacional, del gobierno bolivariano, o de instancias judiciales que vayan a favor de nuestro pueblo encontrará resistencias de parte de las autoridades, gremios y organizaciones estudiantiles oposicionistas. Pero hay que avanzar en ese sentido. Seguir en la inercia sería seguir afectando los intereses de las mayorías nacionales.

3.- Desarrollar un Reglamento electoral único para universidades públicas que elijan autoridades. En función de lo anterior, considero que es imprescindible, para darle una salida a la situación de anomia reinante hoy en las universidades que eligen autoridades, proceder a la elaboración y aplicación de un Reglamento Electoral único que concrete lo establecido en el artículo 34 numeral 3 de la Ley Orgánica de Educación. A propósito de ello, es propicio referir lo que ocurre en la Universidad nacional Abierta, donde se realizarán elecciones como lo dice la LOE, con la participación de toda la comunidad universitaria (empleados, obreros, estudiantes, profesores y egresados) en igualdad de condiciones de sus derechos políticos, es decir, con el voto llamado 1X1. Una persona, un voto.

4.- Nuevo mecanismo de rendición de cuentas para universidades. Las autoridades universitarias se jactan de que rinden cuentas y que por ello el gobierno debe enviarle los recursos que demandan. Sin embargo, quienes estamos dentro de las mismas, sabemos que esas rendiciones de cuentas por lo general son tardías, deficientes, mal elaboradas y no enmiendan los errores que son detectados año tras año por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). Por ello debe generarse un mecanismo más eficiente de rendición de cuentas, muy bien especificado, que sea rápido y eficiente y no se convierta en la excusa permanente de las autoridades de generar conflictos aduciendo tardanza del gobierno en remitir los recursos. De allí que sea necesario entonces sancionar autoridades que incumplan con los aspectos administrativos. Simplemente hacerles cumplir lo que está en las leyes venezolanas. El gobierno debe retomar la rectoría de las universidades con autoridad y severidad.

5.- Nuevo mecanismo de asignación presupuestaria. Este es otro tema grueso en la política universitaria. Se debe establecer parámetros claros en la asignación presupuestaria a las universidades. Tomar en cuenta la matrícula estudiantil, tipo de carreras (o Programas Nacionales de Formación), número de docentes y por supuesto, investigación y extensión universitaria. No es posible que universidades autónomas que son 5, más las experimentales tradicionales que son 6 tengan un 70% del presupuesto de todas las universidades cuando apenas concentran un 20% de la matrícula universitaria del país. Y no es posible que las universidades (sobre todo las de AVREUO) que manejan más recursos al final del año tengan remanentes enormes producto de la no ejecución del presupuesto asignado y de los créditos adicionales, contradiciendo de esa manera el discurso oposicionista de que el gobierno las tiene "asfixiadas" presupuestariamente. (Continuará)…



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Cécil Gerardo Pérez


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