Pensamiento Juvenil: una mirada desde la Educación Venezolana

En estos tiempos presenciamos cambios constantes en el mundo, producto del avance tecnológico y la ciencia. Ante esto es necesario hacer ciertas reflexiones de los nuevos modos de pensar de los jóvenes y de qué manera el escenario escolar actúa, se involucra, se sitúa frente a esta realidad.

Abordar el modo de pensar del joven pasa por resaltar la realidad de lo cotidiano, lo efímero de su transitar por diferentes espacios. Espacios que no sólo se ven organizados por lo que pasa allí y el ahora, realidad que se expresan de manera diversa de lo cerca y de lo lejos tanto en el tiempo como en el espacio, entrando en juego lo mass-mediático. Ante esto los espacios escolares han venido perdiendo fuerzas, es decir, educarse trasciende sus muros, se evidencia una desterritorialización (léase Roberto Follari), entrando en juego lo virtual.

La Juventud de hoy no se aferra a la racionalidad cartesiana, más bien busca liberarse irse a lo práctico, a lo vivencial y a lo menos problemático. Hay una adicción socialmente promovida, formando nuevos modos de subjetividades que bajo un deseo responde a las necesidades sociales. Reflexionar desde este escenario nos permite ir en búsqueda de desarrollar procesos pedagógicos que contribuyan a la formación de las y los educando ajustada a los nuevos tiempos contemporáneos.

Han surgido espacios mediáticos de educación no convencionales, que colocan en cuestión el papel de la institución escolar, como productora del conocimiento, de valores, de cultura, entre otros. No quiero decir con esto que la escuela va a desaparecer, sino que comienza hacer desplazada, se está debilitando, pierde fuerza. Hoy el saber social se actualiza mediante la información (cultura mass-mediática), la tendencia es hacia la imagen, se desarrolla un lenguaje informatizado y computarizado, ese lenguaje de iconos, códigos, conforman una racionalidad. En este sentido se plantea lo siguiente:

Cómo el docente está reflexionando las nuevas formas de pensar de los jóvenes, como es sabido, en los escenarios educativos contemporáneos, la enseñanza se ve marcada por lo instrumental, con estrategias que se alejan del contexto socio-cultural real, dominando una práctica educativa ajena a las necesidades exigencias del educando. Por tanto esta práctica recorta la realidad cotidiana a la que se asocia al niño y adolescente de hoy día. Es importante resaltar que la resistencia a los cambios y a la búsqueda de nuevos conocimientos, el apego al paternalismo ideológico y la indiferencia en aplicar criterios éticos en su quehacer diario, ciega y no deja comprender el rol del docente como emancipador y esperanzador en dar respuesta adecuadas y diferenciadas a necesidades diversas, grupales o individuales.

Nuevos modos de ver el conocimiento a partir de los avances tecnológicos, informacionales, en la sociedad juvenil actual, se muestra que hay una inquietud, cuando presenciamos que la tecnología ha originado variedad en los procesos sociales, culturales, entre otros. En el cual la imagen televisiva, que mantiene como valores fundamentales las del consumo, se ha convertido en gancho sutil de impacto en los referentes cognitivos del joven, aflorando modos de vida múltiples, acompañados por subjetividades diferentes, de pensar el mundo a su manera, con su propia mirada, lo que viene a fracturar la lógica unívoca del pensar para todos. Normalmente, nuestra actividad educativa está condicionada por múltiples limitadores que encuentran resonancia en la televisión, los videos – juegos, entre otros, los medios sobre los cuales, ni la familia ni el profesorado ejercen mayor control en términos de consumo. Tal circunstancia genera un verdadero desorden en nuestra juventud.

Pensar otros modos pedagógicos que orienten el pensamiento juvenil en los nuevos contextos socio-culturales. Como hemos venido señalando, el discurso en educación se ha apoyado en un racionalismo separado de las energías prevalecientes en el joven. Esto permite demostrar la debilidad de esta razón abstracta para ver la vida plural. Hay que pensar en la necesidad de asumir otros modos pedagógicos que guíen el pensar en el adolescente. La idea es ir apuntando hacia nuevos modos de pensar que acojan una razón comprensible, sensible, crítico, emancipadora y autocrítico. Buscar caminos que inviten a ver de otra manera un mundo lleno de imágenes, sentimientos diferentes y plurales. Debemos aprovechar las habilidades que trae el joven y como expresa Morín (2001), “la curiosidad, la cual, muy a menudo, es extinguida por la instrucción, cuando se trata, por el contrario, de estimularla o, si está dormida, de despertarla.”(p.39).

Este planteamiento permite que el profesorado reflexione en el marco del comportamiento que asume la juventud actual, y así ponerse a tono con las exigencias de hoy en día, con el fin de no mutilarle sus experiencias significativas y así moldearlas durante el desarrollo del proceso enseñanza y aprendizaje. Son cuestiones que a primera vista suenan fuerte, y que no se pueden alcanzar a corto plazo. Pero por algún lado tiene que comenzar, y esto es una manera de motivar. Hoy en Venezuela tenemos el proceso de debate y construcción colectiva que brinda la consulta educativa en la idea de consolidar una educación de Calidad.


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