El sacudón universitario: ¡La universidad consejista!

El llamado del Presidente Maduro a terminar con el Estado burgués y al sacudón antiburocrático en las instancias del gobierno nacional, así como en las de los gobiernos regionales y municipales, pareciera que expresa el golpe de timón al que convocó en sus últimas exhortaciones el Comandante Chávez. La promesa hecha por el compatriota Maduro de aprobar la creación de los Consejos del Poder Popular en cada ministerio sería una demostración de ello.

La desburocratización, en tanto desarrollo del proceso contralor y decisional popular-democrático de la gestión gubernamental y en todas las instituciones públicas, es la vía para proceder a desmontar la estructura contrarrevolucionaria oligárquico-burguesa de la capa burocrática que ha privatizado las funciones y servicios del Estado-gobierno al ponerlas al servicio de su beneficio grupal, favoreciendo con ello la corrupción. La burocracia más allá de manifestarse en el comportamiento antidemocrático de un funcionariado, es una relación social expropiadora de la participación popular, por ello es que en cada nivel de gestión o administración gubernamental hay que crear una instancia de poder paralelo antiburocrático que haga contraloría y pueda intervenir en las decisiones a tomar sin entrabarlas. De aquí que los Consejos Democráticos del Poder Popular pueden ser el instrumento estratégico para lograr la desburocratización del proceso revolucionario. La clave de este proceso radicaría en garantizar la gradual transferencia del poder decisional al pueblo y a los trabajadores, o su apropiación radical por éstos.

Además, y esto es lo más importante, esta forma de ejercicio contralor y decisional anticipa y afianza el tipo de democracia socialista a consolidar. Es imprescindible que las formas del Poder Popular empiecen realmente a sustituir las formas de poder burocrático capitalistas. Y esto se logra fundamentalmente

1°) sobreponiendo las formas de democracia directa a las delegativas o representativas, la revocatoria inmediata de mandato por incumplimiento, la rendición permanente de cuentas de los responsables electos o designados, la rotación de los cargos sin concesión de prorrogas o reelección de los electos o designados, etcétera, y

2°) garantizando la apropiación por el pueblo y los trabajadores del poder decisional que ha expropiado la burocracia, sin remuneración ni posicionamientos neoburocráticos por ello, y simplificando los procesos y procedimientos que fueron complejizados burocráticamente para que sirvieran de excusa sobre la imprescindibilidad de los expertócratas-burócratas para detentar sus posiciones.

Una de las instituciones que por su cometido sociocultural podría rápidamente iniciar el proceso de desburocratización y de ejercicio de la democracia socialista a través de la constitución de los Consejos Democráticos de los Trabajadores podría ser la universidad. Es notorio su entrabamiento burocrático-estructural o entropía institucional que impide su transformación socialista. La posibilidad de su transformación revolucionaria radicaría en desatar procesos que revierta sus dinámicas a nivel estructural, de gestión y de funcionamiento. Para ello se requeriría la construcción de un movimiento social institucional aglutinador de las fuerzas de cambio revolucionario y su respaldo por el MPPEU bajo un plan de acción que especifique los cambios en las dinámicas indicadas.

Los Consejos Democráticos de Trabajadores (docentes, administrativos y obreros) al margen de los burocratizados sindicatos y gremios, junto a los necesarios Consejos Democráticos de los Estudiantes (sustitutos de los oportunistas Centros de estudiantes y las mafiosas FCU), y su convergencia organizada con los Consejos Comunales de las territorialidades de cada institución universitaria, al actuar contraloramente con sus voceros paritarios sobre cada instancia de gestión o administración, pueden constituir la fuerza imprescindible para impulsar y sostener en el tiempo la transformación antiburocrática de esas instituciones. Esta fuerza actuaria, en concordancia con el MPPEU, sobre todos los ámbitos y esferas que implican la vida institucional universitaria (formación integral, investigación e innovación científico-intelectual-cultural, de vínculo o interacción comunitaria, administrativo-funcional, gestión político-institucional, etcétera).

En fin, el cambio revolucionario dependería, como lo ha sustentado el Movimiento 3 de Octubre de la UNESR, de que se sustenten todas las demás transformaciones en la estructura universitaria del poder popular: la UNIVERSIDAD CONSEJISTA.

diazjorge47@gmail.com


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Jorge Díaz Piña

Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magister en Enseñanza de la Geografía (UPEL), Licenciado en Ciencias Sociales (UPEL). Profesor universitario de la UNESR

 diazjorge47@gmail.com

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