La verdadera utopía

El maestro que cambiará a la humanidad

La educación ha sido la piedra angular que fundamenta la estructura moral, ética y motora del poder. No hablo de poder en términos negativos solamente sino en general del poder, el cual según sea el proceso educativo, alterna entre los astutos codiciosos y las mayorías.

El estado caótico de la humanidad en este momento histórico pareciera acercarnos a un umbral insospechado de destrucción global, física y espiritual, lo cual es indicativo en sí mismo de que la más profunda raíz de la formación moral, ética y espiritual del ser humano ha sido todo un desacierto.

Venezuela revolucionaria una vez más se atreve temerariamente a retar las estructuras anquilosadas del sector minoritario de los astutos codiciosos que manejan los hilos de la humanidad, proponiendo una nueva visión que catapulte al nuevo hombre para un nuevo mundo.

No será fácil, por no decir que será imposible, hacen falta pues hombres con una colosal voluntad y una determinación de diamante que impulse el nuevo rumbo.

Los venezolanos debemos tenernos por los más privilegiados por contar en nuestra reserva espiritual e intelectual con gigantes en este campo, solo citaré a cuatro de ellos, aunque hay muchos más, me refiero a Simón Rodríguez, Simón Bolívar, el MAESTRO Prieto Figueroa y el gigante Hugo Chávez Frías.

Meditando largamente el asunto y en plena ebullición del tema educativo me atreveré a escribir quizá una de las más temerarias utopías que imaginación alguna pueda concebir.

El Maestro o Maestra debería ser la persona más perfecta y llena virtudes, cuyo testimonio de la comunidad no deje duda alguna sobre su capacidad integral para guiar mentes geniales, éste o ésta no requeriría un título como maestro en universidades cuyos pensum están tan caducos como los métodos coercitivos aplicados.

El Maestro o Maestra debe tener amor a la vida ejemplificado en su propia persona, en disciplina, empatía, orden, amistad, madurez y en sabiduría para llevar el hogar, debe tener amor a sus estudiantes al punto de conocerlos en lo personal y conocer su hogar y procedencia.

Es la comunidad la responsable de decidir quién es el Maestro o la Maestra y la comunidad aportara recursos materiales y humanos para la enseñanza.

Tenidas estas consideraciones, pienso que no deberían haber muchos maestros sino pocos con grandes virtudes que a su vez se rodeen de equipos de ayudantes para la pedagogía.

Por ejemplo: Un maestro podría ser una persona bien madura que sienta pasión por la educación, un trabajador honesto de cualquier área, conocido por todos en la comunidad, éste a su vez sabrá quiénes de esa comunidad puede aportar conocimientos en las diversas áreas.

La geografía, los hidrocarburos, la agricultura, la ecología, la conservación de la tierra y sus recursos y la prevención de catástrofes, la cultura integral y las artes, deben tener presencia desde el primer contacto del estudiante con la instrucción, todo esto adaptado a los diversos niveles. Esos son nuestros principales productos y el modelo educativo arcaico que tenemos no permite fácil entrada de estudiantes a esas áreas tan sensibles para la vida de nuestra patria.

El Maestro debe tener conciencia de la importancia de saber transmitir ue las ciencias exactas como matemáticas, física, química y biología en suma de ellas son la vida del planeta por tanto no deberían darse por separado.

El maestro deberá tener la sabiduría para formar equipos con la ayuda de la comunidad y todos deben cooperar, por ejemplo si en la comunidad vive un juez, éste deberá prestar su servicio a la escuela aportando su conocimiento adaptado a el nivel correspondiente, lo mismo un bombero, un médico, cualquier otro profesional, no profesional e n el sentido académico solamente sino aquel que ejerce una profesión de hecho: mecánico, carpintero, etc. La comunidad es pues es reservorio de conocimiento.

La educación debe ser entendida como la búsqueda perenne e indetenible de la verdad, por ello la historia debería ser la columna vertebral de toda instrucción ya que los hechos irrefutables son el fundamento de toda conclusión, norma, enseñanza o formulas y métodos, éste principio debe ser aplicable absolutamente a todo proceso de enseñanza y en toda materia.

El estado docente será el primer responsable por la educación pero solo en su rectoría, es decir, el apoyo a la comunidad en sus metas propuestas según sus necesidades en función de sus potencialidades, porque será la comunidad quien tome las riendas directamente en el proceso educativo, pero eso solo puede ser posible en un estado comunal.

La comunidad participará directamente en este proceso, para eso sería indispensable reducir el claustro a su mínima expresión, siendo utilizados espacios ideales como áreas verdes parques entre otros, en los que cualquier ciudadano fuera de los estudiantes pueda aportar, sea ama de casa trabajadores, porque finalmente todos somos estudiantes.

La educación debe expandirse por todas las esferas sociales y por todos los espacios comenzando por el hogar, y proyectándose bidireccionalmente con la comunidad y de allí con mundo.

El proceso educativo debería ser andragógico y motor generador de nuevas ideas a través de la retroalimentación colectiva donde el maestro funge como facilitador y orientador no como autoridad académica y última palabra en virtud de su título.

El Maestro o Maestra no deben preparar al estudiante para un oficio sino para la vida, ese debería ser el titulo o meta del nuevo hombre, que no tendrá una licencia sino una capacidad comprobada en áreas específicas.

El modelo de lograr las metas se haría con intercambios de saberes entre escuelas comunitarias ubicadas geográficamente a la mayor distancia posible una de la otra, para unificar criterios y crecer juntos en el concepto de integralidad de la patria.

Una de las mayores quejas de los maestros en el actual sistema es su situación económica, pero en un sistema altamente productivo de una comunidad eso no debe ser causa de incomodidad alguna para el Maestro o Maestra porque la comunidad estaría estrechamente relacionada con el proceso educativo por tanto sería la fuente o soporte económico del proceso por vía tributaria. Otra queja muy legítima es que hay demasiados alumnos por maestro, pero en el sistema utópico que propongo, el Maestro gerencia el intelecto de la comunidad y forma equipos para atender diversas áreas del saber, de ese modo distribuye mejor a los estudiantes según su verdadera vocación.

El nuevo Maestro o la nueva Maestra, tendrán verdaderamente sobre sus hombros el impulso de los genios del mañana.

Para mí esto es ideal, pero es una utopía, porque el actual sistema está totalmente prostituido, enfermo y contaminado con toda clase de vicios morales y éticos, producto de una cultura maldita que heredamos de siglos, en los que el burocratismo, las cuotas políticas de poder y la corrupción moral han llevado a colocar a la cabeza de esos galpones, llamados centros educativos, a verdaderos déspotas, que por rendir cuentas a sus mentores políticos coaccionan y exprimen hasta el punto de fundir y agotar a los maestros ya deficientes con que contamos.Recomiendo altamente la película "El maestro" de Cantinflas. "El primer poder que debe tener el pueblo es el conocimiento"

Hugo Chávez Frías.









Esta nota ha sido leída aproximadamente 3277 veces.



Amilcar Briceño


Visite el perfil de Amilcar Briceño para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Amilcar Briceño

Amilcar Briceño

Más artículos de este autor