200 ideas para seguir transformando la educación venezolana (i)

Calidad de la Educación (VI)

Luis Bonilla-Molina

1. Llegando a la escuela/universidad en Bicicleta
El modelo de desarrollo emanado del capitalismo globalizado ha impuesto un patrón de consumo centrado en la innovación tecnológica y la rápida obsolescencia de todo lo que usamos. Esto ha traído enormes consecuencias en diferentes campos, pero especialmente en la salud, el medio ambiente y la estratificación social.
Romper con esta lógica del mercado sin quedarnos fuera de la innovación tecnológica internacional, es un desafío permanente de la revolución Bolivariana. Hoy es prácticamente impensable ver llegar a los maestros y alumnos/estudiantes a la escuela/universidad en bicicleta. Revertir esta situación implicaría no sólo un cambio en los hábitos de consumo, sino en los urbanismos de nuestras ciudades –ciclo vías, estacionamientos para bicicletas, normas de transito- con resultados e impactos positivos en la sociabilidad y la cultura de paz, además de rápidos efectos. En tanto, nuestras grandes ciudades ya no tienen capacidad para albergar un vehículo más a gasolina/gasoil. Muchas de ellas tienen una topografía plana o muy amigable para desarrollar otras formas de transporte. Ciudades como Ámsterdam, Paris, Bruselas o Beijing están recorriendo ese camino. Nuestra apuesta no es para negar la ciencia y la tecnología, sino para no dejarse dominar por ella.
Jorge Riechmann en el “El socialismo puede llegar solo en bicicleta” (2012) nos pasea por la necesidad urgente que tiene la humanidad de construir un modelo de ciudadanía que rompa con el humanocentrismo y recoloque al hombre como parte de la naturaleza, de la vida. El comandante Chávez insistió mucho en la recuperación de la bicicleta como medio de transporte urbano local, y así lo vimos montando en bicicleta –dando el ejemplo- y trabajando para la instalación de una fábrica de bicicletas en el país.
Cuando uno observa en películas como La Bicicleta Verde (2012) a Wajda, la protagonista del film ubicado en los suburbios de Riad, la capital de Arabia Saudita, peleando su derecho a disponer de una bicicleta más allá de las reglas culturales de esa sociedad -que no considera usual su uso por parte de las mujeres- no puede dejar de reflexionar sobre el hermoso cuadro de jóvenes llegando pedaleando a su centro de estudio, en un país que es petrolero. Pero además la bicicleta forma parte –en el film y la vida- de las luchas de igualdad de género que en todos los lugares del mundo se libran y, que en la escuela/universidad tienen un escenario pleno de desarrollo. Nuestra educación no sólo debe garantizar igualdad de oportunidades a todas(os) a la educación, sino trabajar por una educación no sexista en los textos, prácticas pedagógicas, diseños curriculares, etc.
Por cierto, en Venezuela vivimos recientemente un pequeño boom literario (2012/2013) con la trilogía de E.L. James, tituladas “Las cincuenta sombras de Grey”, “Cincuenta sombras más oscuras” y “Cincuenta sombras liberadas”. Tanto mujeres como hombres se disputaban en las librerías los ejemplares, cuyo contenido es un cuento de amor propio de la cenicienta –recién graduada y magnate- con escenas de bondage, sumisión y sado/masoquismo. Las representaciones y tramas de esta trilogía, que contienen una visión del cuerpo como mercancía y el sexo como placer hedonista, prácticamente pasó desapercibido para la academia nacional, a pesar del impacto que causó (y causa) en importantes capas de la población que lo leen y verán muy pronto en el cine. Seguimos insistiendo, la ideología hoy se trasmite con mucha más fuerza a través de la industria cultural que los propios partidos políticos. Lo cultural y lo educativo desde la perspectiva de dominación, tienen un lugar común de enunciación. Desde la emancipación ambas deben responder a los valores y moral consensuados por los actores claves del mismo.

2. Quien toma las decisiones en materia educativa?
Quienes quieren mantener el sistema mundo de dominación, tratan de ocultar que como diría Voltaire (1694-1778) “todo cambio emana de un centro”. Entonces, donde se toman las decisiones que marcan la orientación de los sistemas educativos nacionales? Las respuestas más comunes suelen ser (a) el gobierno, (b) el Ministerio de Educación ó (c)la UNESCO. En los países dependientes, neocoloniales e incluso del centro del sistema mundo, la respuesta correcta sería en ninguno de ellos.
A riesgo de simplificarlo, pero dados los límites de espacio de este trabajo haré un esfuerzo de síntesis. Hoy las decisiones en materia educativa se inician con las deliberaciones anuales del llamado G8 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia ). Instancia que se reúne estos días. Estas decisiones son legitimadas en el G20 (Unión Europea más G8 más países más industrializados y emergentes) que incluyen a la segunda/primera y séptima economía del mundo (China y Brasil).
Es muy importante que los educadores, los decisores educativos y la población en general le hagan mayor seguimiento a estas reuniones anuales. De las mismas emanan un conjunto de resoluciones públicas que suelen ser escuetas, pero que en si mismas contiene las primeras claves de la orientación que se le impondrá a los pueblos a través de gobiernos dependientes, en todos los campos, incluida la educación.
Para esta instancia la educación solo persigue la formación de la mano de obra calificada que requiere la producción en cada momento histórico. Por ello, los pedagogos tenemos que aprender a leer las decisiones educativas desde múltiples lugares de enunciación, en este caso desde la economía. Al ser el G8 una instancia de formulación de políticas globales y no una instancia operativa, estas decisiones requieren de los instrumentos creados a partir del Tratado de Bretton Woods (1944). En consecuencia, el Fondo Monetario Internacional convierte estos “papeles de trabajo” en hojas de ruta, para las decisiones que deben tomar los gobiernos y niveles de financiamiento, si aspiran obtener crédito de estas instancias globales.
El Banco Mundial (BM) estratifica las decisiones para cada sector, generando documentos y orientaciones específicas que en el caso de la educación comienzan a ser más concretas, así como ofrece una cartera de financiamientos mucho más amplia a los gobiernos y más específicamente a sus sistemas educativos, para emprender los cambios que derivan de las decisiones del G8.
Por su parte la Organización Mundial de Comercio (OMC) establece los ajustes en los mecanismos de intercambio, comercio exterior, regímenes arancelarios, etc.; contemplando líneas de trabajo para reorientar el consumo y la producción, lo cual implica tareas para los sistemas educativos.
Una vez que la ruta de ajustes para las economías y los sistemas de gobernabilidad nacional –incluido el educativo- está planteada, se presentan “recomendaciones” a los gobiernos que pueden ser parciales o sustantivas.
En el caso de la educación, que suele ser uno de los sistemas de gobernabilidad más complejos, tanto por el número de personas involucradas directamente: docentes, personal que coadyuva al hecho educativo, estudiantes/alumnos, padres, representantes y comunidad involucrada, como por la especificidad de los códigos de lenguaje del sector, se requiere construir un discurso que haga creíble, que genere la percepción de necesidad del cambio.
Ahí entra en escena una de las instancias creadas a partir de la culminación de la segunda guerra mundial, nos referimos a la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 1945), instancia que cuenta con un conjunto de instancias asociadas a la dinámica educativa. La UNESCO (1942/1945), UNICEF (1946), PNUD (1965), entre otros. Estas instancias convocan a reuniones temáticas, ordinarias y/o extraordinarias, para “traducir” a los códigos educativos las orientaciones que se inician en el G8.
Ideas como el papel de las universidades, la educación técnica profesional, la innovación, las tecnologías y las investigaciones asociadas a dinámicas de la producción capitalista en cada etapa, son asumidas bajo la urgencia de modelos de reformas educativas o integrales de los sistemas educativos nacionales. En la medida que pasan los años, se perfecciona el estilo de comunicación de estas “sugerencias” de tal manera que terminan apareciendo en público como decisiones consensuadas por los países.
Muchas veces los cambios propuestos van en contra de importantes conquistas de los pueblos en materia educativa; a esas operaciones de cambio es a lo que denominamos contra reformas.
La UNESCO cuenta con espacios como la Conferencia Internacional de la Educación (CIE) que se reunía cada dos años y ahora pareciera que va a ser cada cuatro años, las Conferencias sectoriales o el trabajo de las oficinas regionales que sufren la presión de las tensiones de cambio. Envalentonados con los primeros resultados de las incursiones armadas del imperio industrial militar en los últimos años, especialmente en Afganistán, Irak y Libia, recientemente algunos portavoces de derecha en UNESCO han llegado a plantear la necesidad de una reforma estructural de la UNESCO que pase por concentrarla en Cultura, pasando la agenda de educación al Banco Mundial, la eliminación de las oficinas regionales y orientar a la UNESCO como un organismo auto sostenible, al cual los países miembros le sigan o no aportando sus cuotas. Son tiempos de ofensiva neoliberal, donde nada pareciera estar a salvo, cuyas manifestaciones en los últimos tres años, trabajaremos en un artículo por separado.
Conforme a la magnitud de los cambios propuestos para los sistemas educativos nacionales se suelen (a) estructurar Comisiones Nacionales de Currículo, para que adapte los contenidos y materias a los nuevos requerimientos del mercado y/o (b) Comisiones Nacionales de Reforma Educativa que avancen en cambios más significativos que demanda el capital financiero nacional y trasnacional para los subsistemas o el sistema educativo nacional de conjunto. Así que preocúpense cuando se nombren Comisiones Curriculares de carácter nacional, la experiencia internacional no es muy alentadora.
Cuando los países no cuentan con recursos para adelantar estas “contra reformas” aparece el Banco Mundial ofreciendo carteras de financiamiento, que a la par que le resuelven un problema al sistema productivo capitalista, generan mayores niveles de dependencia de los países.
De allí la enorme importancia de lo que estamos haciendo en Venezuela, al decidir desde 1999, tomar de manera soberana nuestras decisiones. Esto no puede ser considerado un ejercicio de altanería, sino por el contrario de mucha humildad con resolución, por parte de quienes hemos decidido atrevernos a ser libres. La responsabilidad es enorme, se pierde de vista; los pueblos del mundo observan lo que hace Venezuela en materia educativa, para emular nuestras iniciativas exitosas Por ello, el tema de la calidad educativa adquiere especial connotación en la actual coyuntura, así como la tarea de sistematizar lo que se hace en materia de inclusión y de transformaciones de dinámicas pedagógicas con pertinencia social.
Lo dicho anteriormente implica que debamos abandonar instancias como la UNESCO, UNICEF, PNUD, entre otras?. Definitivamente no. Por el mecanismo de funcionamiento interno, que se corresponde al paradigma capitalista desarrollado entre 1950 y 1990, sobre la supuesta compatibilidad del capitalismo con el modelo democrático, estas instancias cuentan con mecánicas de trabajo que obligan a los debates y la toma de decisiones por votación de los países miembros. Allí los países que decimos romper con la lógica de dependencia podemos alzar nuestras voces, dando a conocer lo que hacemos, a la par que aprendemos con otros, especialmente con los pueblos y sus gobiernos que tenemos una perspectiva de cooperación Sur-Sur.
Por el prestigio que alcanzaron instancias como la UNESCO y la UNICEF en el impulso de la cobertura educativa y la calidad de la educación, hace que en instancias como éstas se acerquen y graviten buena parte del pensamiento pedagógico progresista mundial, lo cual revierte especial significación. En estos espacios nuestra voz es la de quienes postulamos una transformación educativa profunda para garantizar justicia social, económica y política.
En estas instancias Venezuela y los países que levantan las banderas de la defensa de una educación pública, gratuita y de calidad están llamados a generar consensos, acuerdos y votaciones que frenen políticas regresivas contra la educación.
El capital trasnacional suele intentar que las contra reformas educativas sean más rápidas que la propia lógica de acuerdo entre países que se estableció como mecanismo de toma de decisiones en UNESCO. Por ello, naciones imperiales como Estados Unidos y más recientemente Israel, mantienen un veto de hecho, a las actividades de la UNESCO. Esta decisión es apoyada por los sectores más conservadores de la sociedad norteamericana. A tal punto es la regresión política de la derecha gringa que su ultra derecha acusa a la UNESCO de izquierdista. Analistas que suelen opinar en Grumpy Opinions acusan a Obama de comunista por intentar establecer un currículo central que rompa con las dictaduras de las grandes corporaciones editoriales en materia de currículo.
En definitiva, la UNESCO es un espacio donde debatir y presentar las propuestas de educación que mas contribuyan a la igualdad social, la justicia, la democracia participativa y el desarrollo independiente de los pueblos. Lo que sí es importante subrayar es que enseñamos con el ejemplo, cuando vamos en contravía de la tendencia global que indica que las instancias supranacionales determinan la agenda educativa de los países. Las decisiones educativas en Venezuela no responden al interés del capital trasnacional y el debate de la calidad de la educación debe servir para reafirmarlo no para corregirlo.

3. La calidad de la educación en el nivel aula-plantel/Proyecto de país/Proyectos de integración regional y mundial
En las anteriores entregas trabaje los niveles (a)aula; (b)aula/plantel; (c) aula/plantel-comunidad y (d) aula/plantel-entidad federal. En esta oportunidad me dedicare a analizar el último de los niveles, el de la relación de la escuela/plantel/universidad, tanto con el proyecto de país como con la dinámica internacional.
La escuela/universidad está llamada a contener y desarrollar en cada uno de los procesos de enseñanza-aprendizaje al país como un todo, dotándonos de identidad y vinculando el horizonte estratégico de su praxis a la geopolítica de integración que postula e impulsa la revolución Bolivariana.
En esta nivel se expresa la disputa entre Estado Docente versus sociedad educadora. La educación emerge como derecho humano, camino para el acceso universal la cultura, los conocimientos, las artes, la tecnología, el disfrute del ocio productivo.
En este nivel, es necesario valorar (a) normas y marco jurídico en materia educativa, visto como sistema; (b) la noción de sistema educativo y sistema escolar y lo que se procura en cada uno de ellos; (c) el sistema educativo y sus elementos asociados (medios de comunicación, culturas, especificidades sociales, entre otros); (d) el sistema escolar y sus componentes (subsistemas, grados, desarrollo biopsicosocial de los niños, jóvenes y alumnos/estudiantes en general, los padres y representantes, la formación de los docentes, el pensamiento pedagógico de la revolución Bolivariana, entre otros); (e) el componente ético; (f) el modelo de sociedad que tenemos y la que queremos construir, para sólo mencionar algunos. Como en los anteriores artículos me referiré brevemente algunos de ellos, asumiendo que más adelante los trabajare en mayor detalle.
En la ciudad sitiada (2007) Zygmunt Bauman (1925- ) precisa que “a lo largo de la mayor parte del siglo XX, recorrió (el mundo) el espectro del Estado todopoderoso, que estaba listo para aprovechar la oportunidad que le ofrecía la masiva huida de la libertad y que ofrecía gustosamente este sumergirse en el mundo exterior, que era un sueño tranquilizador más que una pesadilla para los individuos solitarios, miedoso y abandonados” (p.79). Ese Estado autoritario no es el Estado revolucionario, pero como Estado al fin está obligado por mandato social a monitorear las políticas públicas en general y las educativas en particular. Este acompañamiento tiene niveles objetivos y subjetivos de valoración. Y allí la calidad de la educación y su evaluación constituyen un desafío para Estados en transición como el nuestro. Asumir este desafío desde la perspectiva de los explotados y con una visión de totalidad es la tarea revolucionaria en la materia. Aún en un país que no ha logrado a lo largo de su historia constituir un Estado fuerte y donde se suele confundir Estado con gobierno, la tarea de conducción rebelde de ese Estado debe contener en sí mismo la semilla de su propia aniquilación, cuando ya no sea necesaria su existencia. Pero en la transición este Estado debe garantizar educación de calidad para todos y todas, es decir el cumplimiento de los objetivos del Estado Docente que heredamos de la revolución democrática burguesa del 58 y que estamos redimensionando.

4. Repensando la formación de los docentes
En la película “La ladrona de libros” (2013), Hans el padre de Liessel,-la protagonista- se atreve a defender a un vecino acusado de ser “judío” y es enviado al frente de batalla como castigo. Ella hace lo propio buscando a Max, un amigo al que habían escondido en el sótano de su casa. Cuando ambos, el padre y la hija conversan sobre estos incidentes, ella le dice que “ser solidario es lo que toda persona debería hacer”.
En la disputa política entre fascismo y libertad, en esencia lo que está en juego es el propio concepto de humanidad. El fascismo, hoy como ayer, persigue y odia a matar a todo aquel que piense diferente a él. Y no solo destruye a los hombres, sino a los símbolos de esa libertad: una de ellas la escuela.
Como ocurrió en la guerra civil española (1936-1939) al asaltar el paraninfo de la Universidad de Salamanca,, que dirigía Miguel de Unamuno (1864-1936), los fascistas de ese momento en la península ibérica, como los de hoy en la Venezuela Bolivariana gritan ¡¡¡muera la inteligencia¡¡¡¡, “mueran las casas de estudio a donde acude el pueblo”; por ello queman universidades como la UNEFA en Táchira, a la par que atacan espacios educativos construidos en la revolución en todo el territorio nacional (UBV).
La pelea sigue siendo la misma casi un siglo después, entre la ciencia y el conocimiento, entre saber y hacer para liberar a los pueblos o la oscuridad de la ignorancia que hace posible la sumisión y la dominación. De allí la importancia de repensar la formación docente conforme a los desafíos del siglo XXI y los pobres de la tierra.
La carrera docente, con sus particularidades, es una conquista a escala internacional que se acelera en el marco del llamado Welfare State (Estado de Bienestar). Las formas y expresiones de la carrera docente varían en cada país, pero en el pasado reciente estuvieron muy asociadas a la etapa de oro del sindicalismo magisterial (1950 – 1989)
La formación de los docentes ha estado sujeta a las etapas por las cuales ha atravesado la acumulación de capital y sus requerimientos para la educación. Las disputas entre el capital y el trabajo llevaron al emerger en Venezuela, de un magisterio combativo en la década de los sesenta que continuó siéndolo hasta mediados de los noventa del siglo pasado.
La autoridad moral y el liderazgo social de los maestros y sus organizaciones sindicales generó en los setentas cuatro operaciones complementarias por parte de la burguesía y sus gobiernos. Estas fueron (a) inicio de las reformas del pensum de la carrera docente, eliminando progresivamente o disminuyendo a su mínimo expresión las materias o contenido sustantivos asociados a cómo enseñar (didácticas, currículo, etc.). Igualmente se abandonó el estudio de la historia de las ideas pedagógicas, la educación comparada, entre otras; (b) fraccionamiento del movimiento sindical magisterial – en Venezuela pasamos de la FVM y el CP a catorce federaciones sindicales- , (c) ofensiva mediática para hacer ver a los maestros como “locheros” a quienes poco les interesaban sus alumnos y la educación; (d) profundización en las estratificaciones entre los educadores (Licenciados versus pedagogos, Maestro de primaria versus profesores universitarios, Profesores de los Tecnológicos y Colegios Universitarios versus Profesores Universitarios, entre otras).
En este artículo me voy a detener en el primero, el diseño de la carrera docente planteando lo que debería caracterizar a la formación del docente en el siglo XXI, en el marco de una revolución nacionalista, antiimperialista y socialista:
Primero: Retomar la centralidad de la Pedagogía como totalidad del hecho educativo, que contiene a la planeación, el currículo, las didácticas, la evaluación, la gestión, todas éstas interconectadas -no como técnicas complementarias- y, que a su vez con ese sentido de unidad, dialogue con otros campos como el presupuesto, las técnicas administrativas, la sociología, la antropología, etc. Se debe procurar que realmente los futuros docentes manejen las didácticas, las expresiones curriculares y evaluativas y los modelos de planeación y gestión, de acuerdo a cada momento histórico concreto;
Segundo: Recuperación de la memoria histórica. Para ello es importante desarrollar unidades curriculares que trabajen la evolución de la pedagogía y sus componentes en el marco de relaciones históricas concretas, descartando la seudo genialidad. La pedagogía en el marco de las luchas sociales y las resistencias o complicidades con modelos opresores. No estamos hablando de una pedagogía neutra y el docente debe comprenderlo así, independientemente de la postura que asuma frente ello. El capitalismo nos requiere sin sentido de historia, en un eterno presente, para que seamos consumidores acríticos, el socialismo nos necesita ciudadanos con plena conciencia de su pasado, sus tareas del presente y con un proyecto de futuro individual y colectivo;
Tercero: Actualización tecnológica y de conocimientos de punta que posibilite a los docentes, más que manejar aparatos -que también deben saberlo hacer- poder surfear en la vorágine de innovación tecnológica sin perderse en ella, entendiendo que son parte de la realidad y cotidianidad ciudadana y deben usarse para potenciar aprendizajes;
Cuarto: Enseñar a hacer. Los docentes quieren estar al día con las “modas” educativas, pero no quieren que solo le exijan su aplicación sino que le enseñen como hacerlo. Globalización de contenidos sí, pero con con textos disciplinares?. Que los reformadores y los formadores de formadores vayan a las aulas y muestren como hacerlo.
Quinto: Comprensión de la realidad social. La sociedad está cambiando aceleradamente y esto genera presiones sobre los sistemas escolares y las aulas. Es urgente dotar a los docentes de herramientas para su estudio, análisis, comprensión e incorporación de lo nuevo a las aulas con criterio pedagógico sin falsos apriorismos morales;
Sexto: formación permanente: La carrera pedagógica debe ser el punto de partida y no de llegada en ese proceso de continuo formativo. Por ello, los temas de investigación y de trabajo en la carrera y como postgraduados, articulados por equipos multidisciplinarios, constituyen un camino en ese sentido.
Igualmente, es urgente pensar en un Centro de estudios y de Formación Docente, dependiente de los dos ministerios de educación, que asuma como política de estado esta materia. Este Centro debería depender del Consejo Nacional de educación sobre el cuál versaré en el próximo artículo.

5. Postgrados de Estado
Elizabeth Alves en Dialéctica del Saber (2010, p.98) señala que “el deber del enseñante es colocarse en la posición del aprendiz, y aprender de éste como se le debe enseñar”. Este es un desafío en el cuál pareciera que hay consenso. Si casi todos estamos de acuerdo acerca del proceso de precarización de la formación docente que se inició en los setenta del siglo pasado, es de esperarse una redefinición de las políticas públicas al respecto.
Ésta problemática afecto (a) la posibilidad de abordaje del hecho educativo con la visión de totalidad pedagógica, (b) la perdida sustantiva de capacidades de enseñar a enseñar de estos programas; (c) la lenta incorporación de contenidos de punta de la ciencia y la tecnología al aula, y (d) la limitada capacidad de apropiarse de los códigos y prácticas culturales de las generaciones nacidas al calor de la revolución tecnológica de los últimas décadas; lo cual hace urgentes la tareas correctivas al respecto.
Por ello, postulo la necesidad de (a) repensar la formación docente de pregrado desde la perspectiva planteada en el numeral anterior e (b) implementar postgrados de Estado –diseñados e instrumentados por los ministerios de educación- que den cuenta de estas carencias y doten de herramientas a los docentes para su superación.
Este postgrado de Estado sería obligatorio para el ingreso al ejercicio de la profesión docente durante los próximos 10 años, además de desarrollarlos para todos los docentes en servicio, con menos de quince años de servicio.
Países como Finlandia, han asumido este mecanismo para romper con la brecha entre conocimiento y práctica pedagógica, con excelentes resultados para sus fines educativos. No se trata de copiar el diseño del postgrado de Estado de ese país, más preocupado por alcanzar los requerimientos de PISA, sino de construir nuestra propia ruta de transformación con rápido impacto en el desempeño profesional de los docentes.
La tarea urgente de un postgrado de Estado, para el ingreso y permanencia en la carrera docente, con un impacto de estas magnitudes en nuestro país, procuraría resolver los siguientes cuellos de botella: (a) que los maestros sepan realmente las didácticas que les permitan enseñar y los recursos y estrategias adecuados para cada una de ellas; (b) actualización de contenidos científicos de punta para incorporarlos al aula; (c) incorporar a la docencia el uso de tecnologías como canaimitas, tabletas digitales, redes sociales, abriendo caminos para romper con el modelo de enseñanza frontal; (e) herramientas que les permitan entender y trabajar con las múltiples referencias biopsicosiales que hoy se encuentran en el aula; (f) una noción de la calidad educativa por niveles que le permita estratificar, focalizar y articular las estrategias de mejoramiento en cada uno de ellos..
Ello implicaría reformas al marco jurídico que demandan amplios consensos sociales, La amplitud del debate sobre la calidad de la educación, lanzado por el Ministerio del Poder Popular para la Educación de Venezuela, va en esa orientación y constituye la única garantía que esto no termine en una nueva frustración para una sociedad como la nuestra.

6. Los profesionales de la docencia y la obsolescencia del puesto de trabajo
En la primera temporada de “Los demonios de Da Vinci” (2013) está un episodio que a mí me resulta emblemático para ilustrar la eterna pugna entre el conocimiento científico y la superchería. En la disputa por el poder entre el Papado de Roma y los Medicis, estos últimos se niegan a aceptar la autoridad de Roma. La Santa Sede decide incitar una rebelión en el reinado de los Medicis, haciendo ver que la desobediencia al Papa atraería a las fuerzas del mal. Se comienzan a presentar convulsiones y extraños síntomas entre las religiosas del convento de Florencia, Italia, que los enviados de Roma atribuyen a posiciones demoniacas ante la blasfemia de los gobernantes de la Toscana. Leonardo que contaba entre una de las ex religiosas a su amante, asume el caso como suyo. Las infelices son condenadas a la hoguera. Después de observaciones y estudios hechos con la urgencia que el caso ameritaba, el genio de Florencia demuestra que las convulsiones y delirios de las monjas eran el resultado de un alucinógeno colocado a los pies del santo que todas besaban diariamente y que había sido colocado allí por un emisario de Roma. Las religiosas se salvan y Leonardo, además de salvar a su damisela adquiere enemigos que aún hoy le persiguen. A partir de este incidente fabulado tomamos conciencia que Hoy la superchería se viste con el ropaje de lo antiguo, de todo aquello que se niega a actualizarse, para despojar al conocimiento de la subversión que le es inmanente.
En la época del genio de múltiples facetas, las revoluciones del conocimiento eran de larga duración. El desarrollo industrial y la activación de la economía capitalista acortaron estos ciclos durante las décadas del 50, 60 y 70 del siglo XX. Pero a partir de los ´80 se aceleran los procesos a tal punto, que hoy no es temerario señalar que los ciclos de transformación del conocimiento no exceden los cuatro años. Como lo hemos señalado en anteriores artículos, ello implica profundos retos para el ejercicio de la profesión docente, que hoy en día pasa por lo menos por seis revoluciones de ese conocimiento durante el desempeño de la carrera (25 años). Es decir, cada cuatro años los maestros/profesores deben actualizar su software educativo, lo que implica una reconfiguración de su hardware profesional y personal. La licencia pedagógica ya no habilita para toda una carrera. Entenderlo y actuar al respecto es el mejor antídoto contra la ofensiva neoliberal en el mundo contra la estabilidad de los profesores y maestros.
Si a ello le sumamos la necesidad urgente de ir a procesos de apertura y cierre de carreras, para abrir otras que tengan demanda social y laboral en los territorios, ello implicaría además, un complejo y múltireferencial desarrollo curricular de los docentes. En el futuro pareciera que un Pedagogo podría tener una especialización en gestión social, una maestría en intervención ambiental, un doctorado en derecho constitucional, un postdoctorado en ingeniera de procesos y por lo menos dos posgrados con lugar de enunciación diferenciado, lo cual hace mucho más urgente el fortalecimiento de su formación de base.

7. La profesionalidad de la docencia en el sector universitario
En los orígenes de la Universidad moderna se convoco a los investigadores, los “sabios”, a los “doctos” en los conocimientos para que enseñaran a otros su saber científico. Bastaba contar con título universitario para ello, independientemente de la profesión. No había suficiente graduados para exigirle otros requisitos. Uno de los mayores problemas pedagógicos de este modelo, es que todo el que sabe no necesariamente sabe enseñar. Hoy en día son numerosos los profesionales y hemos dividido la carrera docente en dos tramos: (a) la profesión docente para educación inicial, primaria y bachillerato, con sus niveles y modalidades, y,; (b) la carrera universitaria. En esta última no es necesario ser pedagogo. Esta carencia intenta ser llenada con las llamadas maestrías de docencia universitaria, de carácter más informativo que pedagógico. Es urgente pensar y abrir un debate sobre la carrera pedagógica para la docencia universitaria, a mi juicio, como requisito para el ejercicio profesional en el sector. Un programa de formación de docentes en servicio como el que se realizó en los ochenta para la básica puede ser una alternativa en la coyuntura y tomar la previsión jurídica en la ley sectorial.
Otro elemento asociado a esta misma dinámica, es el relacionado con la necesaria política de captación de jubilados en los distintos campos del conocimiento a la docencia universitaria, que además del conocimiento formal cuentan con la experiencia tan necesaria para la relación teoría-práctica en la enseñanza de cuarto nivel.
En “China y América Latina y El Caribe” (2012), Rosales y Kuwayma, se dedican a estudiar la evolución del ritmo de inversión extranjera directa (IED), la cooperación y los vínculos Sur-Sur de China con América Latina y el Caribe (ALC). A criterio de la CEPAL (2012) “la relación entre China y América Latina y el Caribe ha alcanzado ya la suficiente madurez para dar un salto de calidad y avanzar hacia un vínculo estratégico que proporcione beneficios mutuos”. Más adelante CEPAL (2012, p.100, texto citado) precisa que “las importaciones chinas desde América Latina y el Caribe se concentran en los recursos naturales y en los productos procesados a partir de aquellos”. Por su parte ALC se ha convertido en importador creciente de tecnologías y productos elaborados en China, en una tendencia que tiene riesgos para la definitiva ruptura con cualquier tipo de dependencia. Debemos seguir transitando el camino recorrido con los satélites, que a la par que compramos tecnologías de punta, formamos en el país que las desarrolló toda una generación de científicos espaciales que puedan darle continuidad y desarrollo a la auténtica independencia nacional en el campo científico-tecnológico.
El camino de la independencia nacional respecto a los conocimientos y la tecnología, pasa por la reorientación de la formación profesional en todas las carreras para que estas rompan con lógica implementadas en las últimas décadas, superando la idea de profesionalidad como técnica especializada. Para lograr este propósito es necesario que en cada carrera o profesión se enseñe su recorrido histórico en el marco de la lucha de clases; las profesiones no son neutras tampoco, sino que por el contrario sus alcances y/o involuciones están profundamente asociados a los modos de producción y su rol en el desarrollo del capitalismo tardío en nuestro continente.
Por ejemplo, los modelos de atención médica no son asépticos, sino que por el contrario se corresponden a la forma que el Estado entiende la atención de salud para amplias capas de la población. Recuperar esa noción, contextualizando los enfoques de salud a la tensión entre capital y trabajo en cada momento histórico, es quizá el mayor desafío epistemológico en la formación profesional que tiene la revolución.

8. Sistema Nacional de Seguimiento, Supervisión, Acompañamiento Pedagógico y evaluación de la calidad de la educación
En la década de los setenta del siglo XX la industria del comic atravesaba por una crisis financiera que era el resultado de una repolitización de amplias capas de la juventud en el mundo. Las luchas contra la guerra norteamericana en Vietnam, el surgimiento y ocaso del Poder Negro, la segunda ola de la lucha armada en muchos países del continente, el Mayo Francés, la profundización de la regresión autoritaria del socialismo soviético con los acontecimientos de Checoslovaquia y Hungría, entre otros, tenían su impacto en las novelas graficas. La salsa comenzaba a disputarle la hegemonía al rock y la televisión se instalaba en todo el continente como el nuevo incluido en la configuración de imaginarios.
En 1971 Dennis O Neil (1939- ) y Neal Adams (1941- ) recibieron el encargo de elaborar la edición final de Linterna Verde y Flecha Verde (Green Lantern & Green Arrow). Las ventas habían bajado de manera sensible y tanto al guionista como al dibujante se les dio libertad para trabajar en ello, habidas cuenta que no habría nueva temporada. Los personajes que emanaron de ese año fueron espectacularmente diferentes. Linterna verde comenzó a cuestionar el mandato de los Guardianes de perseguir a todo aquel que cometiera un delito, pues tomó conciencia que la pobreza muchas veces obliga a delinquir. La autoridad de conducción del Consejo de Guardianes fue cuestionada por el súper héroe, quien ya jamás aceptaría una orden sin razonarla, dando vida a una hermosa historia contracultural del cómic.
Las labores de seguimiento, supervisión, acompañamiento pedagógico y evaluación de la calidad de la educación ya no pueden estar enmarcadas en el simple ejercicio profesional punitivo. Forman parte inmanente de la labor pedagógica con funciones diferenciadas pero complementarias. Tampoco pueden ser lo que fueron a partir de la revolución democrática burguesa de 1958, un espacio para el clientelismo y el fortalecimiento del modelo bipartidista de gobernabilidad. Ello implica revisar y actualizar su teleología y desarrollo.
En el segundo aspecto hay que retomar la autoridad moral de este sector. Por ello, propongo la diferenciación de roles y dejar claramente definido que a los cargos de jerarquía docente superior a maestro/profesor jamás se podrá acceder antes de ser por lo menos docente III. Debemos romper con las prácticas de ver directores, docentes cumpliendo roles de supervisión o hasta en cargos en las zonas educativas que son recién graduados o con contados años de servicio; ello desprestigia la propia labor de conducción y supervisión. Acabemos con el eufemismo de la cuarta República, de nombrar “encargados” como mecanismo para baipásear la carrera docente y las jerarquías pedagógicas..
Mi propuesta es que a partir de la categoría III se pueda iniciar la carrera de jerarquías docentes con tres ingresos/salidas: (1) Supervisor correctivo; (2) Supervisor de acompañamiento pedagógico y, (3) Supervisor monitor de procesos de calidad educativa en los siguientes ámbitos:
(a) Supervisor A (plantel: Director, Subdirector);
(b) Supervisor B (Municipio escolar)Entidad Federal)
(c) Supervisor C (Entidad Federal: Supervisor, Acompañamiento pedagógico o monitor de calidad por región)
(d) Supervisor D (Integrante de Equipo de las Zonas educativas
(e) Supervisor E (Nacional por niveles o modalidades)
(f) Supervisor F (Nacional con competencias múltiples)
(g) Supervisor G (Integrante de Equipos de conducción en el MPPEU central)
(h) Supervisor H: (Viceministros, Ministros e integrantes del Consejo Nacional de Educación concentrados en políticas públicas en educación.
En cada uno de estos escalones tendría que estar un mínimo de tres años y se accede con la jerarquía previa cumplida –salvo el caso de los Ministros y Viceministros- , la culminación de un postgrado, la evaluación de desempeño y concurso de oposición.
Son tres carreras diferenciadas y complementarias: la de supervisor instructor, la de supervisor acompañante pedagógico y la de supervisor monitor de procesos de calidad educativa, cada una se inicia en la escuela y a partir de la categoría III. Ni consejos de guardianes sin compromiso con el cambio social ni espacio para la recreación de la burocracia.

9. Red de publicaciones
En la película Bolívar: el hombre de las dificultades (2013) dirigida por Luis Alberto Lamata y protagonizada por Roque Valero pudimos ver la importancia de la imprenta en la causa independentista. Ya lo advertía Francisco Ferrer i Guardia (1859-1909 ) que toda institución educativa debe tener una pequeña imprenta para que muestre a sus comunidades el producto de sus dinámicas de enseñanza-aprendizaje.
Por años el multígrafo escolar fue el desarrollo de esta idea en los planteles. Hoy es urgente retomarla, ya sea a través de las redes sociales como muchos centros educativos lo vienen haciendo o de pequeñas publicaciones digitales e impresas de carácter regular.
Es necesario y urgente desarrollar una red de publicaciones desde el aula que alimente, nutra y amplié los contenidos que se viabilizan en las publicaciones del nivel central. Los encuentros y ferias de exposiciones de publicaciones escolares tienen que potenciarse en el marco de una revolución que ha hecho del libro una herramienta de trabajo pedagógico y, para la generación de conciencia.
Dentro de esta idea el relanzamiento de Tricolor, la Revista Nacional de educación y las colecciones temáticas con amplia difusión nacional constituyen un camino expedito. Obras literarias tan bien escritas y hermosamente ilustradas como Mázepa (2013) de Magda Uzcátegui & Nathaly Bonilla, debieran llenar los espacios escolares desde el maternal hasta el postdoctorado, para nunca jamás dejar de soñar con un mundo fraterno, solidario y justo. Textos como los de William Ayers, Luis Bigott, Pablo Gentile, o Jurjo Torres Santome –para sólo mencionar algunos- deben ser accesibles para maestros/profesores, padres y comunidades en todo el territorio nacional. El presidente Maduro en el cierre de la Feria del Libro 2014, llamó a multiplicar los esfuerzos editoriales. Es hora de tomarle la palabra y fomentar un fuerte movimiento editorial pedagógico.

10. La universidad del siglo XXI en los países de la periferia
La escritora francesa Virgine Despentes (1969- ), en su novela “Bye Bye Blondie” (2013 en español) con Gloria, su personaje, nos conecta con los imaginarios juveniles que modelan el presente e impactarán buena parte del futuro. La protagonista nos devela un drama cotidiano para la juventud urbana de hoy, que bien vale la pena leer con calma. Con escenarios de amor tan poco clásicos como el hospital psiquiátrico -ésta “proletaria de la feminidad” como le gusta autodefinirse- explora, trabaja y comunica la realidad de densos sectores de adolescentes y post/adolescentes, desde una perspectiva de género en su conflicto con la sociedad moderna. Su posición comprometida con la emancipación humana le hizo merecedora del premio Pierre Guènin (2012) contra la homofobia. Esta literatura apenas si circula en los pasillos universitarios, ni es motivo de debate alguno de una academia que pareciera sufrir de tortícolis epistémica.
La formación de los futuros profesionales y la educación permanente en servicio, no pueden ser un recorrido por las páginas del conocimiento y de las especialidades con olor a naftalina. Es urgente reencontrar las pistas para diálogos intergeneracionales en una sociedad donde la expectativa de vida crece y cada grupo etario pareciera tener códigos e imaginarios diferenciados que limitan el encuentro. Es tarea de la academia formar para ese reencuentro de la sociedad o para el estudio de las diferencias más allá del discurso normativo. Si no comenzamos a desandar esos caminos y los demás desafíos epocales, corremos el riesgo de hacer de nuestras ciudades pequeñas torres de babel. Autores como Maffesoli (1944- ) lo vienen advirtiendo y trabajando lo que denomina el desencuentro de tribus urbanas.
Cuando se indaga sobre los trabajos académicos recientes -últimos 20 años- sobre las luchas de los campesinos venezolanos por la tierra, el movimiento estudiantil por la democratización universitaria, los movimientos juveniles contra culturales, las peleas de las mujeres por una perspectiva de género con sentido de clase en la conducción de la política, el emerger de los derechos de la diversidad sexual para sólo citar algunos casos, se pueden contar con los dedos de la mano los estudios que dan cuenta de ello. Entonces que investiga la universidad del siglo XXI?
Antón Pannekoek (1873-1960) analizaba con la misma disciplina y compromiso, el comportamiento de las estrellas que los consejos de trabajadores; escribía sobre los movimientos de los anillos de Saturno y de la nueva democracia que nacía en las experiencias consejistas. Nuestras academias necesitan de muchos Pannekoek que junto a hombres de la talla intelectual y el talante moral de Luis Bigott, Luis Britto, Vladimir Acosta, entre otros, nos hablen del arte, las ciencias y la semiótica a la par que se definen, estudian y militan desde las ciencias para transformar la realidad social hoy. Uno puede discrepar de ellos en uno o varios asuntos, pero es innegable como día a día nos muestran esa otra universidad del siglo XXI por nacer.
En las últimas semanas han marchado los trabajadores de Sidor, Fetraelec y la recién creada Federación automotriz exponiendo sus reclamos y preocupaciones ante la indiferencia de buena parte de la academia que pareciera mirar por el retrovisor. Esta semana se realizará en Valencia, estado Carabobo, el Encuentro Sindical Nacional de Trabajadores de Marea Socialista, corriente de Militantes del PSUV (29-03-2014), quienes plantean que: la importancia de este Encuentro es que es un espacio para buscar a los mejores, a los más resueltos y conscientes luchadores de la clase, capaces de levantar y generalizar el espíritu revolucionario y a traer a los confundidos, a los descontentos, a los desmoralizados y ganarlos nuevamente a las filas de la lucha por la revolución (2014). Veremos cuantos Pannekoek los acompañan.

11. Cuerdos de atar
Con esta articulo cierro un primer capítulo centrado en los niveles de la calidad. Los próximos trabajos estarán referidos a ampliar o desarrollar las distintas aristas de este tema, desde las didácticas hasta los modelos organizacionales. A pesar del esfuerzo por ordenar los temas y estrategias, estas siempre tendrán un aire caótico, propio de un sistema educativo que convoca a su transformación.
Que me disculpen quienes quieren hacer una lectura estrictamente “educativa” del tema. En estos trabajos he defendido y seguiré haciéndolo, que la agenda educativa es multireferencial, con centralidad pedagógica. La posibilidad de transformar el hecho educativo adquiere sentido y direccionalidad cuando es valorado desde las teorías críticas, es decir desde el proyecto emancipatorio que encarna la revolución Bolivariana a través de nuestra historia. Que me disculpen los señores del viejo orden establecido, a quienes les puede molestar la irreverencia de soñar con un cambio estructural. A ellos, que están cuerdos de atar también les invitamos a debatir para avanzar en las definiciones y no dejar nada a media tinta.


Caracas, Marzo 2014.

Este texto forma parte del libro que el autor está terminando denominado 200 IDEAS PARA SEGUIR TRANSFORMADO LA EDUCACION VENEZOLANA, en el cual se plantea una propuesta por cada uno de los días de actividades académicas que tiene el año escolar. La propuesta del autor es que se inicie una dinámica de diseño e implementación de iniciativas interdiarias de transformación educativa con equipos de seguimiento e implementación. 200 días para seguir transformando la educación en la ruta de garantizar una educación gratuita, popular y de calidad en el marco de la revolución Bolivariana. Es la respuesta a la convocatoria pública que lanzara el Vicepresidente del área social Héctor Rodríguez para impulsar un amplio debate nacional sobre la calidad de la educación venezolana. Bienvenido éste que es el debate más importante en materia educativa de la revolución Bolivariana.
Docente e investigador. Presidente de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada
Actualmente suspendida por el conflicto respecto a Crimea.



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Luis Bonilla Molina

Docente- Investigador miembro del PEII Venezuela. Presidente de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada (SVEC). Directivo de la Sociedad Iberoamericana de Educación Comparada (SIBEC). Miembro del Consejo Mundial de Sociedades de Educación Comparada, instancia consultiva de la UNESCO. Coordinador Internacional de la Red Global/Glocal por la calidad educativa. Autor de artículos en una veintena de páginas web a nivel internacional.

 luisbo@gmail.com      @Luis_Bonilla_M

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