Universidades “autónomas”, decadencia de la enseñanza médica en Venezuela


En días pasados el Decano de la facultad de medicina de la UCV, Emigdio Balda, en una carta abierta dirigida al ministro del poder popular para la Educación Héctor Rodríguez, asume “la defensa” de los estudios médicos tradicionales en Venezuela, en virtud del supuesto “contenido” de un discurso del mencionado ministro, durante un acto de graduación de médicos comunitarios ante lo que él considera una… “profunda ignorancia o ser el producto de una deliberada acción orientada a provocar el desaliento entre los médicos, investigadores y docentes, instaurar la mediocridad en el ejercicio de la medicina y estimular una mayor migración de profesionales de la salud altamente calificados”… .

Haré unas cuantas reflexiones sobre la carta del decano, en lo atinente a la realidad de nuestros estudios médicos, mimetizados por el señor Balda bajo el follaje de las apelaciones históricas, sus continuidades atávicas del momento(los émulos médicos “descendientes” del Dr. José Ma. Vargas, Campins y Ballester, José Gregorio Hernández, entre otros referentes) y las decimonónicas fabladurías, aderezadas con naftalina, incienso y olor a sótano, entre momias engreídas en los museos llamados academias.

Comenzaré por el párrafo donde el ciudadano decano abandona la “envestidura”, es decir queda al desnudo poniendo al descubierto sus “ideaciones” y posiciones más allá de lo rigurosamente “académico”, su verbo es sumamente desconsiderado e irrespetuoso para con el señor ministro de educación y los cientos de jóvenes cursantes de estudios de medicina general integral, no pudo ocultar su pensamiento sazonado en la reacción, el “Discurso médico de la sociedad que legitima”, la soberbia por delante, la apropiación del conocimiento, la exclusividad y la autoridad en el endoso de los saberes, dando sentido ésta práctica discursiva, a lo que caracteriza la racionalidad médica y social dominante que él fiel y rabiosamente representa.

No podemos perder de vista que dentro del régimen de producción capitalista, las prácticas discursivas que caracterizan al ámbito de lo médico contribuyen a la reproducción del capital, por lo que todo lo concerniente al proceso salud-enfermedad está inmerso en un modelo consumista y he aquí justamente uno de los elementos que pone en evidencia al servicio de quien está la formación médica nacional en nuestras universidades “autónomas”.

El joven estudiante desde el primer día e incluso mucho antes, por la forma nada democrática en cuanto a su oportunidad de ingreso, o formas de ingreso (convenios que favorecen a los hijos de profesores, gran cantidad de alumnos provenientes de los colegios privados, lo que determina una calificación más “alta” que la de los procedentes de los colegios públicos, “pasadizos” complementadores de la burla a los procedimientos “normales” al utilizar la puerta de entrada de los deportistas “destacados”, músicos “destacados”, facilitando el ingreso a los no tan destacados, pero aventajados palanqueados en detrimento de los que verdaderamente tienen méritos.

Para nadie es un secreto lo que hacen con las pruebas internas y los rumores cual trompeta de Jericó de las supuestas cotizaciones para el ingreso), es conducido por una suerte de recorrido por rieles de producción, todo un ejercicio de “democracia y rectitud académica” donde se comienzan a estructurar las nuevas generaciones médicas, reciclándose permanentemente en su camino al control hegemónico, esto en un primer peldaño, lo previo; un segundo paso en la molienda se da inicio con el transitar por las aulas, las asimilaciones paradigmáticas, la ideologización antipueblo, se comienza a fraguar el discurso médico: cerrado, poco democrático, mercantilista, individualista, negador de la salud pública, no comunitario, pragmático, biologicista, y de marcado acento tecnocrático. A todas luces el discurso médico docente de las universidades tradicionales venezolanas, está definido por lo que algunos analistas de los pensum denominan curriculum oculto, es decir lo que verdaderamente se impone o prevalece ante los planes de estudios formales escritos (ideales) planteados, que se han constituido en letra muerta y recurso discursivo para los demagogos de la academia. Una cosas se declara y plasma en los diseños curriculares formales y otra muy distinta se ejecuta. Un buen y pequeño ejemplo, las declaraciones del ciudadano decano de medicina de la UCV.
Este es el compromiso del que habla el ciudadano decano de la facultad de medicina de la UCV, en éste marco referencial está la obligación con el conocimiento y la “absoluta entrega a los pacientes” y esto es lo que él llama éxito. Es el camino que no han dejado de transitar los estudiantes de medicina de las universidades tradicionales de nuestro país y constituye el motivo por el cual se han elaborado nuevas rutas para la obtención del conocimiento médico, en la procura de ponerlo al servicio de las grandes mayorías, democratizarlo, colectivizarlo, humanizarlo, enrumbarlo por las sendas de la justicia social.

A todas luces el ciudadano decano hace un ejercicio fabulado de las condiciones en las cuales se encuentran los estudios médicos tradicionales en Venezuela, se hace de la vista gorda del bajo nivel académico por el que se atraviesa desde unas cuantas décadas atrás. Desafortunadamente en los últimos años hemos percibido, cómo la educación médica del país ha venido decayendo con mayor velocidad, hasta el extremos que se cuestiona seriamente, si realmente se están capacitando, formando los profesionales que se ofrecen, con todos aquellos conocimientos que el país requiere y de acuerdo a la realidad del avance que la medicina han logrado en el ámbito internacional.

Un ejemplo es lo correspondiente a la formación en salud pública, éste aspecto esta venido a menos, en muchas universidades no se planifica y menos se cumplen a cabalidad los planes de pasantías rurales de pre-grado, esto constituye una especie de vacaciones “académicas”, los jóvenes visitan esas zonas por uno o dos días por semana, la mayoría de las veces como convidados de piedra y sin supervisión efectiva, ya que una cantidad importante de sus profesores(supervisores) no se “aventuran” tan lejos de sus centros docentes y los estudiantes pasan el escaso tiempo por los pasillos, sin programación y en muchos casos sustituyendo a médicos, sin aún tener las herramientas y experticias necesarias.

El desprecio a la salud pública, es lo que los jóvenes aprenden y desde mucho antes de la fecha de grado solo sueñan con las grandes clínica, ¿quiénes son los impulsores de éste pensamiento?

En las áreas de pre y postgrado muchas universidades de las llamadas “autónomas”, se quedaron varadas en los viejos paradigmas y no se ha tomado en serio por algunas autoridades pertinentes, la necesidad de generar los cambios que conlleven a definir el nuevo perfil que requiere el país del profesional médico

Es imperativa una supervisión a fondo, con la finalidad de precisar cómo se encuentra el desempeño, cómo están asumiendo la responsabilidad social educacional médica, para garantizarle al país profesionales capaces, no solo de afrontar los hechos, sino de propiciar los cambios necesarios que garanticen al país, crecimiento, desarrollo, justicia social, tránsito humanitario, solidaridad, valores de vida y por la vida.

El terreno de la ética profesional está muy afectado en el ámbito académico, muchos son los profesores médicos que cabalgan horarios, compartiendo la docencia con la atención a sus consultorios privados y para colmo de la desvergüenza convocan a sus alumnos a sus consultorios y clínicas privadas, para impartirles las clases desde allí, las que deberían cumplir en el ámbito de los espacios universitarios, todo con la finalidad de no alterar el trabajo privado, ¿esto se controla, se sanciona a algún docente por ésta práctica divorciada de la ética y propiciadora de valores no deseados por distorsionadores, es éste el ambiente, las condiciones docentes que debe prevaler, las autoridades se ocupan de evitar o corregir éstas prácticas perniciosas?.

El decano de medicina de la UCV habla de que las palabras del ministro de educación estimulan la migración de los médicos altamente calificados, es un descaro éste señalamiento, las aulas de las universidades llamadas autónomas y en particular la de las escuelas de medicina han sido convertidas en tribunas permanentes para despotricar del país, del estado, la descalificación de lo nuestro y la apología de lo extranjerizante, particularmente lo del norte del mundo, en consecuencia no se puede hablar sino de un adoctrinamiento permanente, para sembrar el desarraigo y la subestimación de lo nuestro, y por supuesto los peores adjetivos para las misiones médicas cubanas y para los jóvenes nacionales formándose en medicina general integral, una suerte de vendimia, de cosecha propagandística goebbeliana. Dentro de ése esquema de manipulaciones y tergiversaciones mussolinescas, aparece otro vocero hablando de la clausura de varias cátedras en diferentes escuelas entre ellas la de medicina, que ponen en peligro la continuidad de los estudios médicos en la UCV y que supuestamente se han mantenido abiertas por la abnegación y sacrificio de profesores que no se han acogido a su merecida jubilación…inmensa mentira, cuando todo el mundo sabe que la permanencia de los profesores jubilados desde hace mucho tiempo es una forma de mantenerse usufructuando la universidad, lo que injusta y atropelladoramente le cierra el paso a los jóvenes aspirantes a docentes, además de impedir romper con lo que podríamos llamar profesorado fósil, enquistado, repetitivo, que le pone obstáculo a la renovación, la vitalidad y lo novedoso del conocimiento, argumentando “sapiencia y experiencia” como si ellas fuesen producto solamente de la edad, muchos años en un mismo sitio, no significa avance y conocimientos.

Se está consciente que son muchos los profesores honestos, éticos, estudiosos, de elevado nivel y preocupados por la academia, pero ellos no detentan el poder y se ven eclipsados, relegados y hasta perseguidos, en esa universidad que el señor decano de medicina describe como un dechado de virtudes científicas, pedagógicas y académicas.

Es ese el entorno del “conocimiento” donde se “fragua” el médico que están formando y del cual se sienten orgullosos estos señores amos de la academia autónoma. Por supuesto de allí emerge el “compromiso social” del cual alardea el señor Balda…compromiso con el desarraigo nacional, con el chauvinismo, desprecio por las veredas y escalinatas que conducen a los barrios populares. ¿Cuándo se preocuparon esas autoridades de las escuelas de medicina tradicionales por prestar atención a nuestros barrios, solo los conocen a través de las imágenes de la televisión?, ¿cómo puede sentir a la patria quien no la conoce, quien no aprende a amarla, por supuesto a quien no le enseñan a amarla sino todo lo contrario?

¿Qué puede decir el ciudadano decano del sentido ético de su escuela cuando sus alumnos pertenecientes a las clases favorecidas, son beneficiados con pasantías “rurales”, en clínicas privadas, por supuesto de centros urbanos, y no solamente se hacen de la vista gorda éstas autoridades, sino que propician esas prácticas?

¿Quienes hacen verdaderamente daño al país, acaso la salud no es también responsabilidad de las escuelas de medicina, de sus autoridades, no comienza esa responsabilidad en las aulas, impartiendo el conocimiento necesario y de vanguardia, haciendo de la docencia un espacio ético, moral, entregándole al país profesionales que además de una sólida formación técnica, tengan un monolítico y consistente compromiso con el país, con los menos favorecidos, con el destino de nuestro pueblo?

Las universidades autónomas de nuestro tiempo han estado de espaldas al compromiso con el país, con las generaciones presentes y futuras, es un deber patrio sintonizarse, articularse, diluirse en pueblo, deben transformarse, construir la universidad nueva, que sea factor de primer orden en la creación de una nueva sociedad, digna, justa, propiciadora de la paz, la convivencia, la solidaridad, la equidad, la participación y por encima de todo democrática en su expresión máxima, es decir socialista.

*Médico egresado ULA.


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