Parálisis gubernamental, derecho a huelga y conflicto universitario…

El tablero del ajedrez político nacional e internacional sigue jugándose intensamente. Pasadas las elecciones del 14 de abril, la oposición jugó contra sí misma, evidenció su verdadero rostro, el fascismo. Diez compatriotas asesinados por las hordas fascistas, ante el llamado del facho mayor: Capriles Radonski a “drenar sus arrecheras”, dan cuenta de lo que vendría sobre Venezuela, sí las hordas fascistas lograran reconquistar el poder político en la Patria de Bolívar y Chávez. Una guerra civil se avecinaría.

La victoria que lograra la MUD, en términos de votos; fue echado por el basurero de la historia, en solo dos días de intensa violencia opositora. Los resultados, previsibles, de las venideras elecciones municipales, confirmarán nuestro pronóstico. Contradictoriamente, así como la oposición fascista se sorprendió con los exitosos resultados electorales que obtuvo; el Gobierno Revolucionario del camarada Nicolás Maduro, una vez, que ha derrotado la alzada fascista, pareciera que se ha enchinchorrado en la parálisis gubernamental. Al Pueblo, se le ha abandonado a su suerte. Los precios de los alimentos cada día se incrementan más y más, tal cual estuviera vigente una liberación de precios, como la vivida en los días previos al sacudón de febrero de 1989, gobernaba entonces AD.

Nuestra Patria, vive los embates de una verdadera guerra económica, cuyos resultados se vieron reflejados en la abrupta caída de la votación obtenida por la Revolución en Octubre de 2012. Sorprende que, los autores de la subida de los precios se manifiesten “democráticamente” y aquí no ocurra nada. “El líder opositor dijo que "no podrán controlar nunca la radio bemba"; comentó el gobernador mirandino mientras denunciaba (…) "el pueblo no supiera que aquí lo que hay es un gobierno hambreador" (Últimas Noticias, 10-05-2013). Así se manifestaba, el sempiterno candidato presidencial y virtual gobernador de Miranda, el majunche como lo llamara el Comandante Infinito Hugo Chávez, en alguna oportunidad. Llama “hambreador” al Presidente electo Nicolás Maduro, mientras sus conmilitantes de Fedecámaras, la burguesía, la emprenden contra el Pueblo, motorizando la más salvaje especulación y liberación de precios, en los hechos, peor que la realizada en tiempos de la cuarta república. Sin que el Gobierno Revolucionario haya intentado acción alguna, para detener esa sangría que se viene desatando, desde finales del año pasado, sobre los modestos ingresos de la familia venezolana. Mal, muy mal la está haciendo el Gobierno.

Todas las semanas desaparece de los anaqueles algún producto, para días después, aparecer con nuevo precio incrementado. Un doble poder, el de los empresarios, aparece a la vista de todos y todas las venezolanas. Indepabis, Sundecop, el propio Ministerio de Comercio, son instituciones inexistentes. No actúan, parecieran actuar en complacencia con Fedecámaras y la MUD, hay allí una quinta columna que rige las políticas de esas dependencias gubernamentales. Un nuevo ministro ha entrado a dirigir esas instituciones, quien pareciera se nos ha ido de turismo. Contrasta esa actuación, con la de un Dante Rivas, un Héctor Rodríguez, una Alejandra Benítez, un Jesse Chacón, quienes cayendo y corriendo salieron a dar respuestas a los problemas que encontraron en sus respectivos despachos. Cambio ya, le proponemos camarada Presidente Maduro en el despacho de Comercio, apúntese con Eduardo Samán, en ese estratégico despacho. Escuche al Pueblo quien le exige soluciones urgentes, para luego es tarde. Después, no se pregunte, desde el exilio: ¿cómo llegó el fascismo al poder?, la respuesta es más que evidente, gracias a sus favores recibidos, su negligencia.

En medio de esa feroz ofensiva del fascismo, surgen declaraciones provenientes del medio sindical que desalientan a la clase trabajadora y la ponen en alerta. “Carlos López, coordinador general de la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela (FETRAUVE), alertó a la población venezolana sobre un supuesto paro del sector universitario por parte de la derecha, “el cual tiene como finalidad crear una rebelión cívica nacional para pretender tumbar el gobierno legítimo de Nicolás Maduro”. “Entre las personas involucradas en ese acto desestabilizador se encuentran Marcela Máspero, de UNETE; Ricardo Sánchez, del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Central de Venezuela (UCV); el ciudadano Adrián Bolívar, miembro del Politécnico Luis Caballero Mejías, ubicado en La Yaguara; y Lourdes De Viloria, presidenta de Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV), quienes están montando esta matriz conspirativa en alianza con otros sectores”. (Diario Vea, 08-05-2013).

El Derecho a Huelga, está consagrado en nuestra Constitución Bolivariana en su Artículo 97 y regulado en el Capítulo III de la LOTTT. Esta postura de la patronal Central Socialista (CBST), hasta ahora su presidente no ha desmentido a López, coloca a esa central de trabajadores y trabajadoras a la par de Fedecámaras, recordemos que hace un año, ese mismo siniestro personajillo denunciaba: “Los empresarios están intentando que la conferencia de la OIT apruebe una medida que restrinja, que elimine, que acabe con el derecho a huelga de los trabajadores del mundo, una especie de chantaje, buscan que se apruebe que los países que son violadores del derecho a huelga no sean investigados por las instancias de la OIT dispuestas para esto” (…) “Esta situación la vemos muy peligrosa, es una arremetida que tienen los empleadores en contra de los trabajadores del mundo que han venido luchando por la defensa de sus intereses, creemos que es una respuesta para intentar escarmentar, reprimir y acabar con las protestas de los compañeros griegos, españoles, franceses, que de manera muy valiente han empezado a direccionar su voto hacia tendencias progresistas que rechazan el poder multinacional (…) “Ha habido respuesta casi unánime de todas las delegaciones de trabajadores desde el miércoles, cuando los empresarios presentaron la propuesta. Se dio un gran movimiento de unidad, todos los trabajadores de todas las tendencias se han concentrado contra esta embestida” (ElSoldeMargarita.Com, 04-05-2012). Así declaraba a los medios de comunicación el vicepresidente, coordinador general o secretario de la CBST, Carlos López, hace un año.

En su oportunidad Carlos Marx se refirió a esta temática: “El capitalista (…) se ha ganado en el mundo una buena fama como excéntricamente apasionado de lo que llama la libertad de trabajo. Es tan fervoroso partidario de dar a sus obreros, sin distinción de edad o sexo, la libertad de trabajar para él todas las horas del día, que ha rechazado siempre con la mayor indignación toda ley fabril que pueda coartar la libertad. La sola idea de que un sencillo trabajador pueda ser tan infame como para proponerse un fin más alto que el de enriquecer a su patrono y Señor, a su superior natural, le produce escalofríos. No quiere solamente que sus obreros sigan siendo míseros siervos, sobrecargados de trabajo y mal pagados, sino que quiere además, como todo esclavista, que sus trabajadores sean siervos que se arrastren a sus pies, sumisos, moralmente avasallados, religiosamente humildes y de alma contrita. De ahí la furia verdaderamente demencial que en él provocan las huelgas. Una huelga es para él una verdadera blasfemia, una revuelta de esclavos, la señal del diluvio universal social en castigo de sus pecados”. (Las Matanzas Belgas. A los Obreros de Europa y Estados Unidos, Londres, 1869, C. Marx y F. Engels).

V. I. Lenin también, en su momento, se manifestó sobre este fundamental derecho de la clase trabajadora: “¿Cuál es el significado de las huelgas (o paros) en la lucha de la clase obrera? Para responder a esta pregunta debemos reparar primero con más detalle en las huelgas. Si el salario del obrero se determina -como hemos explicado- por un convenio entre el patrono y el obrero, y si cada obrero por separado es en todo sentido impotente, resulta claro que los obreros deben necesariamente defender juntos sus reivindicaciones, recurrir a las huelgas para impedir que los patronos rebajen el salario o para lograr un salario más alto”. (…) “La necesidad de las huelgas en la sociedad capitalista está tan reconocida por todos en los países europeos que allí la ley no las prohíbe; sólo en Rusia siguen vigentes las bárbaras leyes contra las huelgas (de estas leyes y de su aplicación hablaremos en otro momento)”. (…) “Cada huelga recuerda a los obreros que su situación no es desesperada y que no están solos. Véase qué enorme influencia ejerce una huelga tanto sobre los huelguistas como sobre los obreros de las fábricas vecinas o próximas, o de las fábricas de la misma rama industrial. En tiempos normales, pacíficos, el obrero arrastra en silencio su carga, no discute con el patrono ni reflexiona sobre su situación. Durante una huelga, proclama en voz alta sus reivindicaciones, recuerda a los patronos todos los atropellos de que ha sido víctima, proclama sus derechos, no piensa en sí solo ni en su salario exclusivamente, sino que piensa también en todos sus compañeros, que han abandonado el trabajo junto con él y que defienden la causa obrera sin temor a las privaciones”. (…) “En efecto, las huelgas han enseñado gradualmente a la clase obrera, en todos los países, a luchar contra los gobiernos por los derechos de los obreros, y por los derechos de todo el pueblo”. (Sobre las Huelgas, V. I. Lenin).

Históricamente, la huelga tiene sus orígenes en la Revolución francesa de 1789, aunque es en la Revolución industrial, a la par de la creación del movimiento sindical, donde conoció su desarrollo más completo. Son los conceptos de lucha de clases y de trabajo asalariado, los que dan sentido a la huelga. De allí, como nos señalaran tanto Marx, como Lenin, que este fundamental derecho de la clase trabajadora tenga su más furibundo enemigo en la burguesía, el patrono, llámese empresa privada, llámese Estado; ahora, cuando un dirigente sindical es quien está contra el Derecho a Huelga, sin duda, se debe colocar bajo sospecha esa dirigencia. Esta postura, es indicativa que un minoritario sector de nuestra dirigencia sindical (la aristocracia sindical) se viene beneficiando de la plusvalía que se extrae de los explotados y explotadas de nuestra sociedad, a costa de sus reivindicaciones. La aristocracia sindical, si bien pertenece a la clase trabajadora, obtiene privilegios a costa del resto de la misma, por la iniciativa de los patrones (privados y públicos) de generar divisiones internas dentro del proletariado. Lenin en el “Imperialismo Fase Superior del Capitalismo”, pudo estudiar ese fenómeno: “La obtención de elevadas ganancias monopolistas por los capitalistas de una de las numerosas ramas de la industria de uno de los numerosos países, etc., da a los mismos la posibilidad económica de sobornar a ciertos sectores obreros y, temporalmente, a una minoría bastante considerable de los mismos, atrayéndolos al lado de la burguesía de una determinada rama industrial o de una determinada nación contra todas las demás.” “Esta capa de obreros aburguesados o de «aristocracia obrera», completamente pequeños burgueses en cuanto a su manera de vivir, por la cuantía de sus emolumentos (sueldos) y por toda su mentalidad, es el apoyo principal de la Segunda Internacional, y, hoy día, el principal apoyo social (no militar) de la burguesía. Pues éstos son los verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, los lugartenientes obreros de la clase capitalista (labour lieutenants of the capitalist class), los verdaderos portadores del reformismo y del chovinismo. En la guerra civil entre el proletariado y la burguesía se ponen inevitablemente, en número no despreciable, al lado de la burguesía, al lado de los «versalleses» contra los «comuneros».” “El imperialismo introduce algunas modificaciones: una capa privilegiada del proletariado de las potencias imperialistas vive, en parte, a expensas de los centenares de millones de hombres de los pueblos no civilizados.”

Sería interesante que el nuevo ministro de educación universitaria, Prof. Pedro Calzadilla, quien vive en la actualidad un intenso conflicto, nos explicara por ejemplo, los presuntos viajes realizados a naciones hermanas por esa dirigencia sindical transformada en aristocracia sindical. Argentina, Cuba, Bolivia y Brasil, son destinos que –presuntamente- esa aristocracia conoció gracias a sus vinculaciones con la burocracia ministerial, un desmentido sería bienvenido. Ah, y los costos para el presupuesto de dicho ministerio, de haberse imputados los mismos, al presupuesto de gastos del ministerio a su cargo. Ello nos explicaría, en mucho, el por qué esa aristocracia sindical, a costa de su prestigio en el seno del movimiento de las y los trabajadores universitarios, se arriesgó a colocar en entredicho reivindicaciones fundamentales para la clase trabajadora universitaria. Esta postura que asume Carlos López, en oposición al derecho fundamental a la Huelga, lo coloca en entredicho para discutir en nombre de las y los trabajadores universitarios su contratación colectiva y cualquier otro derecho o reivindicación. Además, nos resuelve esa interrogante que le formularan en aquella reunión en la Vicepresidencia de la República a finales de 2011: ¿usted está aquí como representante de los trabajadores o del ministerio?, a su lado estaba Yadira Córdova, su jefa política de entonces y, enfrente Eduardo Sánchez y demás dirigentes clasistas de Fetraesuv, Fenasoesv y Únete.

Ya que tanto le gusta hablar de legitimidad, preguntémosle en referéndum a las y los trabajadores universitarios si este aristócrata de pacotilla debe discutirles su contratación colectiva, sí es legítimo…


henryesc@yahoo.es

Caracas, 11-05-2013



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Henry Escalante


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