El proceso revolucionario y los trabajadores de la UCV (I)

Los sectores progresistas de la UCV identificados con el proceso revolucionario debemos despertar y pronto. El tsunami de la revolución nos está pasando por encima desde hace mucho tiempo por lo que debemos enrumbar la nave universitaria. Estamos conscientes que un grupo significativo de ucevistas revolucionarios (estudiantes y profesores, especialmente) han realizado esfuerzos e importantes acciones para lograr cambios urgentes que requiere nuestra universidad en sus diferentes ámbitos, pero han sido infructuosos los intentos, por varias razones que han sido piedra de tranca para el logro de los cometidos.

Una de estas razones, poderosa y aguda, es la ausencia de la acción revolucionaria en la Institución, por parte del sector laboral (obreros, trabajadores y profesionales). Hasta la fecha, no se han integrado elementos objetivos y subjetivos del proceso revolucionario en la práctica diaria del trabajador, mucho menos, cuando ni siquiera los ucevistas revolucionarios se identifican públicamente con el proceso de cambio que vive el país. La causa fundamental es el miedo real que tienen esos trabajadores a ser perseguidos, hostigados y violentados en sus derechos humanos y laborarles por parte de sus supervisores y/o jefes que pertenecen al sector profesoral e incluso por colegas que cumplen estas funciones de jefatura.

Esos que no se han declarado públicamente y aquellos que si lo hemos asumido, hemos sido testigos, de cómo estudiantes, o de profesores, personal administrativo y obrero que militan en el proceso revolucionario, han sido anulados en su desarrollo profesional y personal por sus autoridades cercanas, autoridades o personas de los niveles de dirección identificadas con el sector opositor. Incluso a algunos de esos militantes revolucionarios les han abierto expedientes, como son los casos de las profesoras Delia Polanco de la Facultad de Agronomía, entre muchos otros casos.

¿Pero cómo esto es posible si somos gobierno desde hace 14 años? ¿Cómo es posible que vivamos en la subversión dentro de la UCV? ¿Cómo es posible que tengamos, en muchos casos, que ocultar la identidad de nuestros propios seres queridos que también son parte de la comunidad ucevista? UCV "Casa que vence a las sombras"?  ya suena hueca, vacía, sin sentido.

Sin embargo, existe algo más fuerte, más paralizante, que le impide ver al trabajador revolucionario identificarse y militar abiertamente, esto es, por el sometimiento "Académico" que ha tenido que soportar por años. Sí, me refiero al peso enorme que representa la ACADEMIA. Esas relaciones no se caracterizan por ser enriquecedoras ni mucho menos asertivas. En ellas, reinan los elementos de descalificación y subestimación por parte del "Académico, el Dios del conocimiento". 

Al trabajador administrativo y obrero no se le permiten ejercer con suficiente libertad todas las potencialidades que pudiesen ejercer en su cargo, incluso, cuando algunos han logrado obtener el nivel de Maestría y/o Doctorado. A veces, se debe al verse descubierto este profesor "patrón" que sus empleados tienen mayor capacidad del cargo del cual él ejerce.

Pero esas relaciones marcadas por lo Académico se vuelven más negativas cuando a esos trabajadores no se les ha estimado en su justa dimensión. En la mayoría de los casos son trabajadores que se encuentran desmotivados tanto por el cargo que ejercen, aún cuando han logrado estudios universitarios, como por la Institución en general, y así, se crea y se ha generado un círculo vicioso entre las descalificaciones de sus jefes y la "flojera" o "irresponsabilidades" que se hacen frecuentes, haciendo lo mínimo y cobrando cada quincena.

Incluso, en ocasiones, estas relaciones se han convertido en un abierto antagonismo, y sobre todo para esos trabajadores que buscan en el fondo liberarse de esas perversas relaciones marcadas por lo académico.

Lamentablemente, en muchos casos, el mal manejo de la situación le da la razón a lo "Académico". Recuerda usted por ejemplo, la quema de las casetas de vigilancia en protesta por el retraso del pago de los cestas tickets en julio pasado?.

Otra razón que ha limitado seriamente la acción protagónica del trabajador ucevista revolucionario en los diferentes ámbitos del quehacer universitario es la práctica perversa de las relaciones patrón (UCV) con sus trabajadores, caracterizada por el incumplimiento de los compromisos y de argumentos con "medias verdades", que motivan y refuerzan en muchos casos a las organizaciones sindicales a dar sólo una lucha de carácter gremial, casi sólo por el salario, que por demás es justa y necesaria. Sin embargo, hay numerosas e incontables situaciones que violentan la participación política y merman los derechos laborales de los trabajadores, y aún cuando parezca chocante, muchas veces ellos mismos no las perciben o cuando así lo han sentido y expresado, no son escuchados, ni por sus autoridades ni por la dirigencia sindical que les representa.

Así hemos observado, por ejemplo, una situación que durante estos últimos meses raya en lo patético, causa tristeza y a la vez angustia. Me refiero a la marcada apatía por parte de algunos miembros del sector laboral de la UCV (obreros, empleados y profesionales) ante el derecho que le ha dado la Ley Orgánica de Educación (LOE) para elegir a sus autoridades.

Por primera vez en la historia de las universidades nacionales se ha concedido a sus trabajadores este derecho político. En el pasado, la lucha de los trabajadores para conquistar el derecho a elegir a sus autoridades costó sangre, sudor y lágrimas. Sin embargo, la indiferencia reina en algunos sectores con el advenimiento de la LOE. Hasta la directiva de la APUFAT publicó un comunicado negándose y negándole a sus agremiados el ejercicio de ese derecho. Con gran frecuencia cuando se ha dado la oportunidad de discutir en torno a ese derecho, tristemente he tenido que escuchar por parte de algunos trabajadores "con que se come eso" ir. Esta conducta no es nueva, ha sido una costumbre que se ha agudizado en los últimos años, es una actitud que se convirtió en una costra que no permite ver más allá de nuestros propios intereses. Costra a la que hay que arrancar. Sangrará, pero el tiempo permitirá que se transforme en otra actitud a favor de los derechos de los trabajadores. 

Las autoridades universitarias tanto las actuales como las que les antecedieron, están conscientes de todo esto. Es por ello, que con toda firmeza continúan negándose a realizar las gestiones para cambiar el reglamento electoral que la LOE les exige y, que el máximo tribunal de la República les dictaminara en su cumplimiento desde hace un año. Estas autoridades han aprovechado que el tsunami de la revolución nos pase por a quienes nos decimos revolucionarios y continúan aprovechando nuestra falta de acción transformadora para seguir disfrutado de privilegios, todo bajo la sombra de la academia.

Contradictoriamente, muchos de ellos y ellas tienen años separados del hecho académico básico, como es el de encontrarse y compartir saberes con un grupo de estudiantes de pregrado. Ocultándose además bajo la bandera y/o pantalla política de opositor, que le ha permitido esconder la falta de cumplimiento de sus funciones como profesor universitario y minimizar la grave crisis que la UCV experimenta en la actualidad. 

Finalmente, ante esta realidad, debemos derrumbar estas costumbres y la situación de miedo y apatía que vivimos los ucevistas revolucionarios. Hay que sentirse y ser parte de la comunidad universitaria, respetando y haciéndose respetar. Los trabajadores obreros, administrativos, los docentes y estudiantes debemos ejercer de nuevo nuestro rol protagónico en la UCV, nuestro papel POLÍTICO REVOLUCIONARIO. Urge el encuentro, la discusión, la organización, la acción para la transformación.

Estoy consciente de la dureza de estas palabras pero los tiempos que corren me obligan a expresar estas ideas sin intención de ofender o de descalificar a ninguno de los sectores que hacen vida en la universidad. Creo en la comunidad universitaria, creo en mi universidad, pero no en la universidad que actualmente niega y se niega a sí misma el derecho de asumir y ejercer sus derechos políticos. El país necesita a la UCV transformada y en acciones de transformación para contribuir a lograr el bien común de la nación.

*Profesor

miguelacho1998@hotmail.com


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