Análisis, reflexiones, y propuestas sobre estabilización macroeconómica en Venezuela (II)

III. Análisis de los indicadores macroeconómicos

Un análisis somero de la situación actual de Venezuela, retrotrayéndonos a los años más inmediatos, nos muestran una radiografía del comportamiento de sus indicadores macroeconómicos fundamentales. Se incluyen en el presente análisis, tanto los ingresos de Pdvsa, como la evolución de los precios, en razón de constituir tal rubro el fundamental en el aporte de divisas de la renta petrolero. Tales ingresos devienen de los volúmenes exportados y los precios del barril de petróleo en cada uno de los años indicados. Este factor es fundamental, ya que los precios constituyen el componente principal de la caída de los ingresos petroleros de los últimos tres años; obsérvese que mientras en 2012 estos ingresos financieros de Pdvsa se elevaron a 124.459 MM$, cayeron a apenas 55.339 MM$ en 2015, una merma del 55,56%. Tal merma en dichas entradas afectó negativamente todos los indicadores socioeconómicos de Venezuela, lo que aunado a errores en la conducción de la Política Económica del gobierno y a un ataque despiadado que ha dado en llamarse "La Guerra Económica", han originado la grave crisis que está padeciendo el pueblo venezolano.

La caída de los ingresos está íntimamente ligada a la de los precios del petróleo que, como observaremos, descendieron de 101,06 US$ a tan sólo 44,65 US$ el barril en 2015, y a 32,18$ en 2016. Ha sido una pérdida del 68%, descomunal por decir lo menos.

Los indicadores macroeconómicos muestran parcialmente la realidad de Venezuela, por lo que es necesario conocer algunos de ellos, fundamentales para nuestro análisis, dejando para los investigadores o estudiosos espontáneos sus propias conclusiones.

Obsérvese con detenimiento el comportamiento de cada una de esas magnitudes macroeconómicas. La serie histórica del PIB 2012 – 2015 muestra una tendencia preocupante por la caída sucesiva de sus valores al pasar de un crecimiento positivo del 5,6% en 2012, a apenas 1,3% al año siguiente y, grave, muy grave, en los dos años sucesivos al pasar a -3,9% y -5,7% en 2014 y 2015 respectivamente.

Tal tendencia es claramente indicativa de que estamos en el umbral de una recesión, todavía en el corto plazo, pero muy riesgosa si no se aplican los correctivos adecuados de inmediato.

A la luz del comportamiento que se observa en los indicadores macroeconómicos restantes del cuadro, se explican las razones de tal tendencia; así vemos como los ingresos petroleros, las exportaciones e importaciones totales que generan saldos progresivamente decrecientes en los tres primeros años de la serie 2012-2015, hasta hacerse altamente negativo en el cuarto de ellos, explican, con claridad contundente, las razones del déficit fiscal del sector público consolidado.

Cuadro N° 1

Valores macroeconómicos de Venezuela 2012 – 2015

Años

Indicadores

2012

2013

2014

2015

PIB %

5,6

1,3

-3,9

-5,7

Inflación %

20,1

56,2

68,5

180,9

Ingresos petroleros (MMMUS$)

124,459

113,979

105,271

55,339

Importaciones (MMMUS$)

59.3

57.9

47.5

36.9

Precios US$/barril de petróleo

103,42

98,08

88,42

44,65

Saldo Cta. Corriente %

11,0

4,6

3,6

-18,2

Déficit fiscal % del PIB

Sector Público Consolidado

-17,4

-16,9

-12,8

-21,3

Fuente: Equipo Económico de Unasur – BCV. 2016

Todo ello ha disparado la inflación a niveles tales, que evidencian una estanflación que ya no se debe sino afrontar con decisión. Los ingresos petroleros, columna vertebral del ingreso de divisas de nuestra economía, acumuló en los dos años del bienio 2012/13, US$ 238.438, mientras en el bienio, 2014/15, US$ 160.610, es decir, 33% menos entre ambos bienios y una grave caída del 56% entre 2012 y 2015.

Las exportaciones totales de la economía venezolana, a la par, cayeron de 186,1 MMMUS$ en el bienio 2012/13, a 112,1 US$ en el período 2014/15, lo que significó una disminución del 39,8%. Obsérvese que entre las exportaciones de 2012, US$MMM 97,3 y 2015, US$MMM 37,4, la caída fue del 61,56%.

En consecuencia ¿qué sucedió con las importaciones? En una nación secularmente deformada socioeconómicamente en su estructura productiva, altamente dependiente del sector externo, que sufrió una caída tan abrupta de sus exportaciones y consecuencialmente sus ingresos, las importaciones se vieron seriamente afectadas, de allí la disminución del 28% entre el primero y el segundo bienio, mientras que entre el primero y el cuarto año de la serie fue del 37,8%.

En razón del análisis anterior, el saldo de la cuenta corriente no podía ser otro que una disminución recurrente, cada vez mayor, al pasar de saldos positivos del 11%, 4,6% y 3,6%, en 2012/13/14, a uno alarmantemente negativo de -18,2% en 2015.

Como resultado, el déficit presupuestario, que fue de -17,4% en 2012, pasó a -16,9% en 2013, a -12,8% en 2014 y al comatoso -21,3% de 2015.

Hoy, ya es evidente y prácticamente impostergable un cambio radical de la política cambiaria que se viene practicando. El control de cambios es conveniente para evitar la fuga masiva de capitales; además de proteger las reservas internacionales, surgen grandes desventajas tanto para los trabajadores, para el pueblo y por supuesto para los "empresarios". El erario público está exhausto, ya no existe el flujo abundante de divisas y las reservas internacionales están en un nivel crítico; al inicio de los períodos presidenciales, desde Luis Herrera hasta Hugo Chávez, cada uno de ellos manifestó en su oportunidad la precariedad de las reservas internacionales. Y, al no haber flujo normal de divisas norteamericanas en el mercado, las empresas, que no son capaces de generar dólares, salvo los que los tienen represados en los paraísos fiscales, no quieren cancelar sus compromisos pendientes de cualquier tipo, bien sea por importaciones, pago de salarios en moneda extranjera, pago de la deuda externa, etc., además de múltiples problemas para las familias que tienen parientes cursando estudios en el exterior.

Los partidarios del libre comercio suelen enfatizar que fue mediante el libre comercio como todos los países desarrollados se hicieron ricos. Ante tal aseveración, ¿qué pueden estar pensando los países en desarrollo que rechazan adoptar esa receta probada y demostrada para el desarrollo económico? Sin embargo, un examen más atento de la historia del capitalismo revela una historia muy distinta. En la obra "Pateando la escalera", Ha-Joon Chang, de la Facultad de Ciencias Económicas y Ciencias Políticas de la Universidad de Cambridge (2002), demuestra en su trabajo de investigación, que cuando eran países en desarrollo, prácticamente ninguno de los países hoy desarrollados practicaba el libre comercio (ni una política industrial de liberalización como contrapartida doméstica) sino que promovía sus industrias nacionales mediante aranceles, tasas aduaneras, subsidios y otras medidas.

La mayor brecha entre la historia «real» y la historia «imaginaria» de la política comercial es la que se refiere a Gran Bretaña y EE. UU., que son considerados países que alcanzaron la cima de la jerarquía económica mundial adoptando políticas de libre comercio cuando otros países bregaban aún con políticas mercantilistas obsoletas. Como puede verse con cierto detalle en su trabajo, en sus estadios iniciales de desarrollo esos dos países fueron de hecho los pioneros y, a menudo, los más ardientes practicantes de medidas comerciales intervencionistas y políticas industriales. Es así como, en "Pateando la escalera", Chang desmitifica el libre comercio desde una perspectiva histórica y se muestra la urgente necesidad de un replanteamiento global de ciertas ideas clave de la «sabiduría convencional» en el debate sobre las políticas comerciales y, más en general, sobre la mundialización. De allí que suscribimos las políticas del proteccionismo que reivindican algunos países subdesarrollados que, como Venezuela, aplican controles en sus economías para la protección de su pueblo ante los ataques del imperialismo internacional y sus conjurados nacionales. (Ver resumen en el link: http://www.rebelion.org/docs/6790.pdf)

II. Hora de definiciones

Las autoridades venezolanas no han hecho declaraciones en torno a la unificación del tipo de cambio, aunque grupos de especialistas se han dirigido al alto gobierno recomendando tomar medidas urgentes de política monetaria y otras políticas conexas ante la grave situación. El actual sistema dual, al que se une un evidente signo perturbador con el dólar paralelo, también conocido como dólar today o dólar fronterizo, cien veces mayor que el dólar "protegido" oficial, ha erosionado de tal manera la economía, que el impacto en la inflación amenaza con hacerse hiperinflacionario. Este fenómeno, que no tenemos la menor duda es inducido, introduce distorsiones severas en la asignación de los recursos a la sociedad y reduce significativamente el potencial de crecimiento de la economía.

Al mismo tiempo, la magnitud del diferencial entre los dos tipos de cambio "oficial", el dicom y el Simadi (Bs10/US$ el primero y alrededor de Bs640/US$ el segundo), no implementado oficialmente aún, es muy grande en términos comparativos; simultáneamente, el dólar paralelo se cotiza a Bs1.000/US$ aproximadamente, constituyendo un referente de costo/precio altamente perturbador que, a nuestro juicio, puede ser una de las razones principales para el diferimiento de la transición en la vía hacia la unificación del tipo de cambio.

El estudio exhaustivo de las causas que nos han llevado a la situación actual es, evidentemente, necesario. Nuestro carácter de país rentístico, altamente dependiente de las exportaciones petroleras, acentuadas cuando disfrutamos de precios altos, obligan al estudio de alternativas y medidas de política fiscal y monetaria, algunas de ellas transitorias y que deben ser ajustadas progresivamente hasta alcanzar la estabilidad que reclama la economía del país. Recordemos que, allá por el año 1970, el valor de las exportaciones no petroleras representaban alrededor del 30 por ciento cuando el precio del barril de petróleo era de aproximadamente dos dólares; esas proporciones comenzaron a cambiar en la medida que el precio del barril de petróleo de exportación se incrementó más y más, mientras que las exportaciones no petroleras se ralentizaron o retrocedieron con el tiempo; cuando el precio internacional del barril de petróleo se disparó hasta llegar a US$100/b, las proporciones cambiaron drásticamente y el ingreso petrolero llegó a representar más del 96 por ciento.

Nos dice el maestro D. F. Maza Zavala (2007; Economía Circulatoria, T.III, p. 1414) que:

"La expansión del ingreso monetario a un ritmo superior al señalado por el aumento de la capacidad para importar (ingreso real de exportación) provoca el desencadenamiento de fuerzas inflacionarias que expresan el desequilibrio estructural de las economías periféricas. El designio de la política económica de sostener el ingreso nacional cuando el ingreso de exportación está bajando, toma la forma de una creación inflacionaria de dinero que impulsa ondas alcistas de precios y propaga efectos que acentúan el deterioro de la balanza comercial, factor, a su vez, de desequilibrio monetario. En la esfera cambiaria se manifiesta una inestabilidad marcada del tipo de cambio y una tendencia al alza de éste".

Complementariamente, la doctrina económica de la Cepal, insiste el maestro Maza, no admite el criterio ortodoxo de que el proceso inflacionario que afecta a la generalidad de los países latinoamericanos es resultado de desenfrenos monetarios y trastornos financieros que ocurren en las esferas crediticias y fiscal de sus economías. Sin desconocer la existencia de tales perturbaciones, el mencionado organismo atribuye principalmente la inflación latinoamericana a presiones estructurales, que se originan en la rigidez de la base productiva de la economía y contra las cuales la sola política monetarista y fiscal apenas tiene débiles efectos.

Maza describe a la perfección lo que ha venido sucediendo en Venezuela, al menos en los últimos treinta y cinco años. En un gabinete económico carente de economistas –apenas hace seis meses incluyó a Jesús Faría y hace unos días a Carlos Faría-, no hubo un estudio científico de un diagnóstico veraz que llevase a la adopción de políticas públicas en lo económico para encauzar la economía por senderos más viables, más ortodoxos, al menos, no un estudio conocido.

Para la unificación del tipo de cambio en Venezuela deben estudiarse varias alternativas, ya que la medida, para alcanzar este objetivo, no puede venir sola. La unificación puede hacerse de una sola vez, siempre con un análisis serio y aplicando las leyes de la Ciencia Económica a conciencia. Es preferible amortiguar, no tan solo la medida, sino sus efectos. Y cuando decimos que no debe venir sola, es porque en nuestro país existen una serie de mecanismos y medidas de política social adosadas al diferencial cambiario. Otros países que han practicado este mecanismo, han implementado modalidades de impuestos y subvenciones de monto prefijado, los que se eliminarían de manera gradual durante un periodo de transición previamente anunciado.

La Torre e Ize (2013), coordinadores de un equipo de especialistas, en un estudio para el Banco Mundial:

https://www.brookings.edu/wp-content/uploads/2016/07/delatorre-ize-esp-FINAL.pdf, afirman que, "(…) al permitir que los precios relativos se ajusten desde el principio, la unificación maximizaría los incrementos de eficiencia. Asimismo, al amortiguar el costo inicial para la economía de la cual se trate (que podría incluir pérdidas de ingresos, desajustes productivos, explosiones inflacionistas y efectos redistributivos)…", los impuestos y subsidios facilitarían la unificación, estimulando así su credibilidad. Estos impuestos y subvenciones, añaden "(…) se establecerían empresa por empresa para neutralizar de entrada las pérdidas o ganancias extraordinarias que de otro modo experimentarían las empresas al momento de unificarse el tipo de cambio".

(Continúa el análisis en la III entrega)



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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