Caso: Universidad Campesina de Venezuela “Argimiro Gabaldon”

La manera de pensar que no nos deja pensar

Con motivo de la creación de la Universidad Campesina de Venezuela “Argimiro Gabaldon” (UCVAG) se han tejido los más variados comentarios y dicho cuantas mezquinas expresiones, devenidas todas de la manera de pensar: Es inconcebible pensar que un campesino pueda estar en la universidad; que bueno que los técnicos que requiere la empresa agrícola vayan a ser formados en el campo; ¿cómo es posible que la universidad en el área del sector agrícola, concebida para atender al campo, venga ahora a ser atendida por el campo? Estas y muchas otras declaraciones adversas son las que se han oído con motivo de la creación de la UCVAG, tanto por los doctos del sector como por humildes campesinos, quienes les atrapa la idea de que sean ellos, como en otrora fueron, los llamados a producir alimentos.

Pensar es el acto más ingenioso y distintivo del ser humano mediante el cual ha construido su mundo a través de juicios que lo han facultado para atender los avatares que la existencia le ha presentado. Pensar le ha permitido al ser humano intuir, establecer juicios, prever, meditar, reflexionar, abstraerse, analizar, en fin, existir como bien lo decía Descartes.

El pensar como proceso cognoscitivo  es una actividad racional, por tanto no es aséptico, puro o divino; viene teñido de lo bueno o lo malo que entraña la naturaleza humana. En este sentido, los ligeros juicios acerca de la Universidad Campesina vienen dados por esos preceptos o mandamientos que nos someten y que nos hacen pensar de forma excluyente, separatista, dominante, arrogante  y temerosa y que se ha cultivado en nosotros de la manera más natural  abonados por la ideología del capitalismo, que incluso pensar lo contrario sería una herejía.

En la Universidad Campesina, a riesgo de ser herejes en este “mundo al revés”, pensamos de manera diferente; pensamos con amor en la unión, en la solidaridad, en la inclusión, en la cogestión y sobre todo en la consideración de todo cuanto permite nuestra existencia. Es por ello que nuestro Encargo Social que trasciende lo meramente humano, viene impregnado del ecosocialismo que reivindica la cosmovisión paradigmática de nuestros ancestros, donde su relación y la que establecían con la madre naturaleza, les permitía dignificar la existencia en toda su plenitud y alcance. El Ecosocialismo como “sistema político pero también social y cultural, garante de la armonía del oikos, de la paz en el hogar, de la convivialidad entre todos los que coexisten en este hogar” (Andrés Bansart), es el pensamiento doctrinario que nos mueve y el motor  impulsor del Quinto Objetivo del Plan de la Patria: CONTRIBUIR CON LA PRESERVACIÓN DE LA VIDA EN EL PLANETA Y LA SALVACIÓN DE LA ESPECIE HUMANA. Pareciera iluso en el contexto de la universidad convencional, pero en la Universidad Campesina es su fuente de inspiración y su más grande desafío.



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