Señores una cosa es la coyuntura y otra la verdadera revolución

El ineludible compromiso del gobierno revolucionario bolivariano de responder al pueblo venezolano  en términos de seguridad y soberanía alimentaria nos obliga a realizar acciones al inmediato, mediano y largo plazo.

En el inmediato plazo el presidente de la república y parte de su equipo, acaban de realizar una estratégica y exitosa gira por MERCOSUR, resultado de esta, se observa un lógico movimiento en dirección a importar los alimentos a nuestros vecinos aliados; países  destacados mundialmente en la producción alimentaria, eso es correcto, hay que garantizar la disposición inmediata y accesible de estos rubros a cualquier costo  y a su vez quebrar el saboteo  a que nos somete el ya conocido golpe alimentario. En esto, no hay alternativa.

La producción soberana de alimento es un tema estructural de organización del aparato productivo nacional, esto en socialismo significa, cambios en los medios y modos de producción, visión sistémica integral del territorio, de la organización social, articulación política efectiva, conciencia ideológica, adecuada y suficiente  infraestructura, soporte para la producción, acompañamiento, ciencia, tecnología, ideología, geopolítica,  etc.

Tener al ser humano y su relación ecológica  con el ambiente y su entorno,  como factor fundamental de una provechosa actividad y no al negocio como centro de una exitosa y voraz gestión económica.

Se debe tener visión de desarrollo para la garantía del PROYECTO DE VIDA que todos los actores, con énfasis en el campesino, el pequeño  y mediano productor primario y nuestros hermanos originarios, pensar en “desarrollo rural integral”, igualmente para la producción urbana y periurbana, definir claramente el NEGOCIO JUSTO que pueda aspirar cada quien en su actividad, es injustificable que a 14 años de gobierno revolucionario, la vulnerabilidad alimentaria todavía sea un tema tan sensible como lo estamos sintiendo.

Creo que está planteado el reconocer que no hemos podido ser suficientemente asertivos en la atención del sector productivo alimentario, es simple, cambiamos la estrategia o nos revientan con escasez por imprevisión o terminamos aumentando nuestra dependencia  y nada más que por el estómago, el que no come no vive,  es innegable que se veía que por ahí nos venían esos tiros ¿o no?, por acaparamiento, saboteo e improductividad. ¿Hay responsables….? ¿Hay nombres?

El capitalismo todo lo convierte en mercancía, en puro negocio. El segmento más fuerte del aparato productivo agrícola sobre todo el alimentario de Venezuela sigue hasta nuestros días, como coto del sector privado neoliberal, con contadas excepciones de algunos acomodados tolerables por su  respetable postura nacionalista,  comprende tanto productores,  como importadores de alimento esto es “normal”  venimos de un modelo capitalista neoliberal. ¿Dónde está la visión de enfrentar con nuestro modelo socialista esta guerra visada o avisada para verla más claro? Todavía se siente lejanas las acciones estructurales correctas.

La fuerza de productores socialistas, la notamos “participando” en los desfiles nacionales, con franela  de colores   y gorra, hasta sombreros, haciendo interminables gestiones para poder producir;  o mucho más hondo, dentro de esa enorme sensación de vacío que nos embarga cuando llevamos en el alma, la cuenta de  los asesinatos de más de 300 de nuestros dirigentes campesinos o capitanes o caciques de etnias indígenas, o la indignación viendo flamantes escuálidos opositores como beneficiarios de los programas de gobierno de la revolución, no somos  sectarios o xenófobos pero pendejos tampoco,¿hasta cuándo?

Es imperante una CONVOCATORIA NACIONAL para profundizar la revolución en la vida agrícola bolivariana, que se convierta en un tema de participación y discusión nacional, SOCIALIZACIÓN de materias fundamentales en contenidos estructurantes como: sana  organización social, organización política, ideologización, tecnología, ordenamiento territorial,  seguridad y defensa, producción, no seguir tratando el tema como conciliábulos de burócratas, tecnócratas  y privilegiados  gremiales, amigos  o familiares.

La soberanía alimentaria es primordial para nuestro y cualquier país, bien venidos los hermanos cubanos con su proverbial apoyo técnico en el campo, bien venidos los hermanos productores argentinos y brasileños que nos anuncian los ministros de agricultura y alimentación, vienen como resultado de convenios estratégicos para atacar la problemática en el  tema agroalimentario. Indudablemente su conocimiento y transferencia de tecnología es importante y necesariamente bienvenida.

Esta conexión  es recomendable y hasta  fundamental, pero no suficiente para mover la cosa, me pregunto y pregunto:

  • ¿Les corresponde a  ellos enfrentar las mafias para otorgar los créditos?
  • ¿La lucha coherente contra el latifundio? ¿Acabar con el martilleo para las gestiones o apoyos?
  • ¿Enfrentar las roscas de transporte, distribución y comercialización?
  • ¿Vigilar que no aparezca el negocio de los  transgénicos?
  • ¿Velar por la sustentabilidad de gestión agrícola?
  • ¿Abordar el tema de los siniestreros? ¿Afrontar el acaparamiento, la especulación?
  • ¿Nos toca a nosotros luchar con los vicios internos, que han arropado nuestra actividad productiva,  que existen desde hace siempre y ha contagiado los primeros, los medios, hasta  los últimos niveles y viceversa de nuestro vulnerado e intoxicado dependiente aparato productivo?

No es un problema sencillo pero si no resolvemos lo estructural de nada nos sirve Santa Lucía. Va por nuestra liberación.

Hagamos  asambleas abiertas, no encierros sectoriales, en las oficinas de ministerios que  parecen más fortalezas que entes públicos, y mucho menos para atender usuarios campesinos o rurales, tengan confianza recurran al diálogo de saberes con el bravo pueblo revolucionario bolivariano, ese que está haciendo la revolución de verdad y que sigue sin ser tomado en cuenta para la decisión en los más importantes temas, démosle  calle al debate,  promovamos discusiones del tema con venezolanos socialistas revolucionarios bolivarianos que estemos comprometidos con este proceso, dispuestos y preparados para responder si nos lo permite la sorda , ciega, impenetrable burocracia revolucionaria. UNA COSA ES LA COYUNTURA Y OTRA LA VERDADERA REVOLUCIÓN.

El sector privado es  el mismo que rompió la constitución bolivariana de 1999, análogamente  impulsó en el 2002 el golpe de abril, el paro petrolero; juegan directo a sus intereses, no hay sorpresa: el capitalismo y el socialismo no pueden coexistir son excluyentes, si existe uno el otro no y ellos con todas sus actividades son CAPITALISTAS NEOLIBERALES.

Si no hacemos la revolución bolivariana de nuestros campesinos no habrá verdadera revolución.

Nuestros Chamanes o Piaches  ¿han comprendido nuestra tierra?  

¡Tierra y Hombres Libres: Venceremos!

phaseolus2000@gmail.com 



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Carlos Pérez


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