Diciembre 18 de 2016.- Uno de los países que está viviendo situaciones difíciles es Siria. Miles de personas han muerto en este último tiempo en la serie de atentados que han acabado con escuelas e, incluso, hospitales. Lamentablemente, quienes más sufren de estos ataques armados son los niños, quienes han tenido que pagar con su vida las consecuencias que trae el terrorismo y esa ambición de poder y fanatismo de los extremistas. Miles han muerto, pero jamás esperábamos que ahora los niños fuesen los protagonistas de los atentados. Jamás.
Recientemente una niña de sólo 7 años fue utilizada para realizar un atentado en una comisaría del barrio de Midane, en Damasco.La pequeña usaba un cinturón explosivo que, al parecer, había sido accionado a distancia, según informó el periódico Al Watan.
La pequeña entró al recinto con la excusa de que se había perdido y que necesitaba usar el baño. Una vez dentro, la bomba explotó y tres policías resultaron heridos de gravedad. El lugar quedó con serios daños. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), cuya sede está en Londres, informó que en la explosión había una mujer muerta, pero se cree que se referían a la menor.
Al parecer, la niña es parte de los denominados "cachorros de yihad", niños que son dominados para que cometan aquellos delitos que los terroristas no pueden. Aunque sólo es un rumor. Sin embargo, ningún grupo terrorista se ha adjudicado la autoría del crimen.
Este atentado se produjo sólo días después de que las fuerzas sirias al fin consiguieran quitar el control de Alepo a los rebeldes, luego de años de enfrentamientos. Esperemos que esta haya sido la primera y última vez que se usa un niño para perpetrar un atentado terrorista y que, de una vez por todas, llegue a su fin.