A pesar del silencio: Una mirada a la revolución siria

Mohamed MajdAldik, Saint-Denis, Enero de 2015

Mohamed MajdAldik, Saint-Denis, Enero de 2015

Manifestación para conmemorar la muerte de los 13 primeros habitantes de Douma, asesinados por el ejército en abril de 2011 © Mohamed MajdAldik

Manifestación para conmemorar la muerte de los 13 primeros habitantes de Douma, asesinados por el ejército en abril de 2011 © Mohamed MajdAldik

Niños de Douma buscando plásticos y materiales para quemar y calentarse. Foto: Mohamed MajdAldik

Niños de Douma buscando plásticos y materiales para quemar y calentarse. Foto: Mohamed MajdAldik

Un habitante de Douma intenta despejar la calle después del atentando de coche-bomba perpetuado por Daech. 28 de Junio de 2014. Foto: Mohamed MajdAldik

Un habitante de Douma intenta despejar la calle después del atentando de coche-bomba perpetuado por Daech. 28 de Junio de 2014. Foto: Mohamed MajdAldik

Un cementerio de Douma, excavado en noviembre de 2013, en una ciudad que cuenta ahora con decenas de ellos. Foto: Mohamed MajdAldik

Un cementerio de Douma, excavado en noviembre de 2013, en una ciudad que cuenta ahora con decenas de ellos. Foto: Mohamed MajdAldik

Niños de Douma pintan uno de los jardines destruidos por el ejército con los educadores de la asociación Fonte de Vida. Foto: Mohamed MajdAldik

Niños de Douma pintan uno de los jardines destruidos por el ejército con los educadores de la asociación Fonte de Vida. Foto: Mohamed MajdAldik

Niño discapacitado tras el bombardeo del ejército sirio en una calle de Douma. Enero de 2014. Foto: Mohamed MajdAldik

Niño discapacitado tras el bombardeo del ejército sirio en una calle de Douma. Enero de 2014. Foto: Mohamed MajdAldik

18 de abril de 2015.- Comprenda más sobre lo que está sucediendo en Siria a través del testimonio de Mohamed MajdAldik. Refugiado en Francia, militante, estudiante de derecho y fotógrafo, habla de una revolución sitiada entre el régimen de Bashar al-Assad y el estado islámico.

Eclipsada por las atrocidades del Estado Islámico (EI), la revolución siria continúa a pesar del silencio de los medios internacionales y 2015 será un año clave para la revolución y para los revolucionarios, presos entre el EI y el régimen de Bachar al- Assad. Está en Paris desde el 24 de diciembre de 2014. Mohamed MajidAldik nació y creció en Douma, en la periferia de Damas (sudoeste de Siria), en la región oriental de Ghoutta. A los 23 años al comienzo de la revolución en 2011, este estudiante de derecho que trabajaba desde 2007 para un programa de Unicef dedicado a los niños, se involucró profundamente en la revolución.


Prisionero en Siria desde agosto a octubre de 2011, se esforzó, junto a un equipo médico, para lidiar con la catástrofe de una multitud sitiada. Y fue en esa condición que en agosto de 2013 sufrió el ataque con armas químicas del régimen de Bachar al-Assad. Publicamos el testimonio y algunas fotos recientes de este joven militante que fue también, en alguna ocasión, fotógrafo para la Agencia Francesa de Impresa (AFP). Un testimonio en primer plano sobre una revolución sitiada por el régimen sirio y el Estado Islámico.

La llegada a Francia

"Me llamo Mohammed MajdAldik, nací en 1897 en Douma, en la periferia de Damas. Vine a Francia debido a la presión que sufría en Siria. Llegué a Paris el 24 de diciembre de 2014 via Beirut. Porqué a Francia? no tenía opciones, no tengo pasaporte, hice un pedido a la embajada de Francia en Beirut y conseguí un visado válido para entrar a Francia. Las autoridades francesas conceden eso a las personas que corren mucho peligro y no tienen documentos. Hecho esto, debo pedir asilo político en el plazo de dos meses para conseguir permanecer como refugiado.

Porqué no tengo pasaporte? Al inicio de la revolución rehusé a salir del país, por eso no tenía razón para tener pasaporte. A partir de 2011, me buscaban los servicios de seguridad y el servicio de pasaporte de Siria depende de los servicios de seguridad, mucha gente es arrestada al pedirlos. Entonces se hizo imposible para mi."

La fuga de Siria

"Mi nombre fue divulgado en los puestos de control por haber documentado el ataque químico de agosto de 2013. Otra cosa importante fue la fuga de cinco presos del centro de informaciones aeronáuticas en Harasta que nosotros entrevistamos. Gracias a ellos registramos los nombres de los prisioneros, personas muertas de hambre, ejecutados, y de todos los que cometieron violaciones a los derechos humanos. Resumiendo: si el régimen nos agarrase, sería nuestro fin. Fui amenazado también por el Estado Islámico (EI). Zied, uno de mis amigos, fue capturado por el EI en el norte de Siria. Nosotros organizamos una manifestación contra ese grupo en Douma. Las fotos de la manifestación fueron divulgadas y yo aparecía en primer plano.

Es muy difícil ir de Doume a Beirut porque es necesario salir de las regiones sitiadas. A uno de mis amigos le llevó 13 meses llegar a Barzeh, ciudad más próxima de Douma fuera del área de conflicto. En cuanto a mi, yo no quería salir, pero ellos me hicieron una propuesta: un auto podía llevarme antes de pasar un túnel secreto, uno de los cavados para evacuar heridos y muertos, y a veces traer comida cuando llegaba, o material informático. En fin, yo debía ir directamente al Líbano intentando evitar los puestos de control. Y encaré el riesgo.

Más allá de todas las amenazas, yo me fui también por razones familiares: pasados los nueve meses tras mi salida conseguí que mis padres llegasen a Turquía. Allí nadie cuida de ellos, mi madre es diabética y mi padre tiene 75 años. Aún no conseguí encontrar un motivo para llegar a Turquía pero espero pronto volver a vivir cerca de ellos.

La sede de Douma


"La ciudad es bien cerca de Damas (capital, siempre sobre el régimen sirio - nota de redacción) y toda la región fue tomada por la revolución desde las primeras manifestaciones de 25 de marzo de 2011. Ese día, una de las primeras manifestaciones pacíficas de Siria se desató en Douma, una región agrícola importante, con muchas plantaciones donde se esconden personas buscadas por el régimen. El ejército intentó varias veces invadir la región, a veces hasta usando 30 tanques con cobertura aérea y muchos bloqueos militares. Pero no lo conseguían."

La "enfermedad social" siria.

"Al inicio pensábamos que el régimen no aguantaría más de un mes, de tanta gente que estaba en la calle implicada en la revolución… Con ese régimen la presión sobre cada ciudadano era enorme, cada uno luchaba por su supervivencia económica sin poder pensar en otra cosa. Bachar al-Assad y su padre, antes de él, siempre adoptan esa política de mantener a la sociedad al filo de la navaja, sin la posibilidad de reflexionar. Los sueldos estaban muy bajos, las prisiones y persecuciones eran muchas. Eso sin hablar de discriminación en función de las regiones y las religiones, la ausencia total de igualdad ante la ley… Todo esto diseminaba una especie de enfermedad social en Siria. Y por causa del estado de urgencia, las personas que trabajan para servicios de seguridad se beneficiaban de la impunidad. La revolución nació para reajustar todo eso.

El inicio de la revolución

"Yo no era militante. Nuestra idea de la vida era: "estudiar, o el ejército, trabajar y morir". Fue el inicio de la revolución en Túnez que nos dejó optimistas. Sentíamos que otra situación era posible, que las personas se podrían movilizar. En el comienzo hubo un llamado para manifestarse, principalmente en la mezquita de los Omeyyades de Damas. La gente iría más, de hecho, no había manifestaciones. Era inicio de marzo de 2011. El 25 de marzo, junto con el partido nacional-socialista sirio (PSNS), organizamos una manifestación pacífica en Douma, divulgamos la noticia en nuestras redes, y por la tarde nos encontramos en la plaza principal de Douma. Llegaron delegaciones de cada región de la ciudad, era como estar en la plaza Tahrir (plaza del Cairo, Egipto, donde comenzó la revolución de enero de 2011) Al principio fue todo bien, no había agentes de seguridad, se hicieron promesas, se anunciaron aumentos de sueldo para intentar dispersar la manifestación pero las personas no estaban ahí por dinero. Entonces, cuando quedaban diez minutos para la medianoche, los soldados llegaron a desalojar el área, después se abalanzaron con armas eléctricas y la multitud comenzó a dispersarse. Pensamos que el ejército sería neutro, hasta incluso que estaría con nosotros. Pero eso, era un ejercicio ideológico, sólo algunos desertaron e intentaron proteger a los civiles. Después de esa manifestación algunos ciudadanos fueron apresados en sus casas, y la gente empezó a tener miedo porque nos manifestamos con rostro descubierto. Fue como entré en la revolución".

Los hospitales clandestinos

"A comienzos de abril, había manifestaciones todos los viernes. Y fue ahí que comenzamos a ver los asesinatos de manifestantes por las fuerzas del régimen. El 1 de abril, en la región de Ghouta oriental había 13 mártires en un mismo día. Un niño que caminaba en frente mío cayó alcanzado por las balas. Equipos médicos con la ayuda de la Cruz Roja, los hospitales públicos rechazan los heridos cuando llegaban. Entonces comencé a trabajar con la Cruz Roja para conducir heridos al hospital privado de Al noor, un poco alejado de la ciudad de Douma. En esta época no había todavía una consigna para frenar el régimen, las reivindicaciones se limitaban a los derechos humanos, a la liberación de los presos, a la anulación del estado de urgencia, al multipartidismo… A partir de comienzo de abril, los asesinatos eran cotidianos. Y se instaló una regla en Douma: viernes nos manifestamos, sábado enterramos los mártires. Esta situación duró hasta el 30 de agosto de 2011."

La tortura en la prisión

"El ejército me paró junto a un grupo de manifestantes que venían de la ciudad de Salamié. Nos atacó. Y durante lo que me pareció que fue una media hora, los militares nos apuntaban con una arma en la cabeza y diciendo en voz alta: "Los matamos o no los matamos?" En seguida nos vendaron los ojos, nos arrastraron por el piso y nos hicieron entrar en un bus de seguridad. Allí, quemaron el cabello de una persona de nuestro grupo, orinaron sobre varios de nosotros. Nos pegaron. Yo recibí un golpe en el ojo que creí haberlo perdido. También nos pegaron en el cuerpo (ellos nos mostraron sus cicatrices en el pecho y el estómago - nota de redacción). Nos llevaron a la plaza principal de Douma para seguir pegándonos en público, con palos, con fusiles, con varillas eléctricas. Después nos llevaron para el centro de seguridad Al-Khatib, cada uno a una sala de interrogatorio. Torturas, electricidad en las axilas… durante dos horas. Uno de los amigos no soportó y contó lo que yo hacía, que llevaba a las personas a la manifestación y que me encargaba de los heridos. Y ahí fui llevado a un interrogatorio mucho más fuerte en el escritorio del director. Ellos nos colocaron unos frente a otros, y la tortura recomenzó para que yo confirmara lo que decía mi amigo, que yo sabía de la localización de los hospitales clandestinos. Nos obligaron también a decir que pedíamos la ejecución del presidente en las manifestaciones. Al final yo dije que sí a todo lo que tenía que ver con las manifestaciones y cada vez que un guardia decía alguna cosa yo asentía. Y conseguí desacreditar las acusaciones relativas a los hospitales clandestinos: los heridos corrían peligro de caer presos si yo hablaba. Después de cinco días de interrogatorio, fuimos trasladados a un centro de seguridad para ser interrogados sólo sobre las manifestaciones. En seguida nos colocaron en un espacio de 5x5m, donde éramos algunas decenas, en el segundo subsuelo. Nunca veíamos la luz del sol, piojos e insectos por todas partes. Teníamos prohibido hablar, movernos y dormir. Un prisionero era obligado a espiar a todo el mundo y anotar el nombre de aquellos que hablaban. Era muy difícil ir al baño… Y debíamos dormir cuando nos daban la orden de dormir, pero nunca había lugar para dormir. Algunos permanecían de pie, otros dormían encogidos usando las piernas de otros para apoyarse. Algunas veces dormíamos en los baños. Estuve 37 días en estos centros, hasta que una amnistía fue anunciada cuando me liberaron".

Lidiando con la escasez de médicos

"Salgo el 7 de octubre de 2011, momento en que el régimen usa a los detenidos para filmar confesiones falsas para la televisión. Escapé. Dijeron mi madre había muerto y estaba preocupado porque había una incursión del ejército en Douma. Tenía que quedarme en Damas por lo menos un mes ya que era muy peligroso intentar volver a Douma. Muchos médicos, como Ahmed Sawel, fueron detenidos, amigos que no sabemos que pasó con ellos hasta hoy. Conseguimos identificar los caminos que permitían contornear los puestos de control, aunque controlados siempre por uno o dos francotiradores. Entonces nuestro trabajo, principalmente se centró en la cuestión médica. Reunimos material médico para llevar de Damas a Doumas y hacer el camino inverso con los heridos. En esa época ningún hospital clandestino estaba protegido y el ejército podría atacarlos en cualquier momento. Eso duró un año, hasta 28 de octubre de 2012.

La liberación de Douma

"Douma y Ghoutta oriental estaban entonces totalmente tomadas por puestos de control y francotiradores posicionados en el último andar de todos los edificios altos. Muchas mujeres y niños murieron alcanzados por los tiros. El 26 de octubre de 2012, el ejército del régimen cometió una nueva masacre: en la plaza de los mártires de Douma los militares que controlaban la barrera entraron en las casas y mataron a todo el mundo, sin que supiéramos por qué: eran todos civiles. Las brigadas rebeldes que se formaron durante todo el 2012 en Douma se juntaron entonces para liberar la ciudad. Dos días después no quedaban casi del régimen en la ciudad. Para el conjunto de Ghoutta oriental fue necesario luchar durante un mes, fue ahí que los bombardeos comenzaron, via helicópteros y aviones Mig. Un misil cayó en la casa de mi vecino, había pedazos de cuerpos por todos lados. Él estaba conmigo y juntos reunimos miembros, cabeza, dos brazos, dos piernas, para poder encontrar los muertos e intentar identificarlos."

El proyecto educativo "Fuente de vida"

"Por si se volviesen en objetivo, todas las escuelas fueron evacuadas. A partir del inicio del 2013, decidí trabajar con niños en el área médica pero también educativa. La mayoría de ellos perdieron a sus familias y estaban traumatizados. El problema de incontinencia o del habla se generalizó. Hicimos pasantías de apoyo psicológico porque teníamos un amigo psicólogo. Pedimos al consejo local de Masraba, una ciudad no muy lejos de Douma, que enviase profesores que disfrutaran de trabajar con niños y mi amigo hizo una pequeña capacitación con ellos. Era importante en el contexto sirio donde no conocíamos los conceptos de educación lúdica, por ejemplo. Mi amigo tuvo que irse enseguida, y pasamos nuestro proyecto con profesores, centros educativos bautizados "Fuente de vida", para ofrecer apoyo educativo a los niños, psicológico y hasta darles de comer. Se trataba también de prestar asistencia a las madres de estos niños con problemas. Hicimos un censo bastante preciso de estos niños para distribuirlos mejor en los centros educativos que ahora se extienden por toda Ghoutta oriental. En 2013, conocí a RazanZaitouneh (activista de derechos humanos en Siria desde 2001, abogada secuestrada en Douma sin ser identificados sus secuestradores - nota de redacción) cuando llegó a Ghoutta oriental. En junio, trabajé en el centro de documentación de la violación de los derechos humanos que ella creó en Douma."

La islamización de la rebelión

"Al comienzo eran principalmente los moderados y los laicos, de los cuales yo hago parte, los que se manifestaban. Algunos murieron gritando "Nosotros somos un pueblo unido", "Por un Estado de derecho", consignas que no tienen nada de religioso. Sólo algunas personas sin salida se volcaban finalmente a Dios. A medida que el tiempo pasaba, los safistas (movimiento musulmán tradicional-nota de redacción) y la Hermandad Musulmana ganaron fuera en Douma. Los primeros tuvieron una influencia importante en Fuerte islámico y la hermandad Musulmana en Unidad islámica de los comités de Damas. Uno de los factores que reforzó los dos grupos fue el ataque químico del régimen. Pero atención, ellos no tienen absolutamente nada que ver con los djihadistas (la djihad es la guerra santa de los musulmanes - nota de traducción) y el Estado islámico, que los acusan de colaborar con los americanos, ellos están muy distantes de su visión dogmática, lo que los lleva a luchar hasta la muerte."

El ataque químico

"Comenzó el 21 de agosto de 2013. El objetivo de ataque eran las ciudades de Zamalka y Ein Tarma, bien cerca de Damas. Seis ojivas con las puntas químicas fueron lanzados sobre las ciudades a la 1:45 de la mañana. Yo estaba bien cerca, fui para allá. Cuando entré en Zamalka, había cuerpos extendidos dentro de las casas y necesitábamos tumbar las puertas pues no había sobrevivientes que nos las abrieran. Vimos hombres, mujeres, niños muertos mientras dormían, fue horrible. El aire estaba contaminado de gas tóxico. Después de haber ido la primera vez a socorrer heridos ocasionales, volví con Razan Zaitouneh para anotar el número de muertos. Enseguida fuimos a los hospitales clandestinos para intentar contarlos. Fue la primera vez que vi tantos cadáveres amontonados unos sobre otros. No había depósitos y ningún forma de refrigerar los muertos. Una vez identificados los llevaban a caminos para enterrarlos. Era absolutamente terrible. Después fuimos donde habían caído las ojivas químicas en Zamalka. No había nadie. Tuvimos dificultades para ubicar el lugar exacto del impacto, era de noche. Finalmente identificamos el lugar porque fue insoportable: comenzamos a vomitar, nuestros ojos se pusieron amarillos. Contra los efectos del gas no teníamos atropina para humanos y usamos la de animales. No pudimos liberar a un solo herido. Las máscaras de gas no funcionaban, no teníamos filtros suficientes. Mucha gente murió allí frente a nosotros mientras socorrían los heridos porque sus máscaras estaban defectuosas. Más de 1.500 personas murieron en ese ataque, por nuestras estadísticas, el 70% eran mujeres y niños.

La falsa esperanza de una intervención de la comunidad internacional.

"En aquel momento, recuperamos la esperanza: seguros de que el régimen cruzó una línea roja al usar armas químicas, el mundo no podría quedar más en silencio. Y creíamos en una represalia americana. Y en la estela del ataque químico, el ejército libre quería entrar en Damas. Por ende cuando Obama anunció el ataque, todas las brigadas decidieron esperar. Y después, nada, ninguna intervención. Y eso llevó a mucha gente al desespero y algunos se juntaron a grupos islámicos radicales.

El fracaso del Ejército Libre sirio (ESL)

"Antes que nada, las brigadas moderadas no recibían ningún financiamiento. Otra cosa: entre final de año de 2011 y 2012, hubo muchas deserciones oficiales del ejército regular y ninguno permaneció en Siria. Se formaron para Jordania o Turquía. Así, en el ESL la competencia cuenta menos que la antigüedad de deserción. Por todas esas razones, hasta hoy líderes de facciones que no tienen ninguna competencia militar. Actualmente existen más bien pocos oficiales en Ghoutta oriental. Y casi el mismo para los políticos. Ellos o huían al extranjero o eran asesinados por el régimen, como Adnane Wehbeh, que era un importante líder socialista."

Quién comanda Douma hoy?

"Al inicio había muchas fracciones. Pero en menos de dos años el apoyo financiero se volvió politizado. En la región de Ghoutta oriental estaba el Frente islámico apoyado por Arabia Saudita, la Unión islámica de los comités de Damas y otra grupo laico. Recientemente se formó una lideranza militar unificada y el jefe, Zahran Allouch comandaba ese conjunto en toda Ghoutta oriental. Apenas una fracción, el ejército de Nación, decidió no ser aliado del Frente unificado. Y por eso su jefe ha sufrido varias tentativas de asesinato.

El comando de Zahran Allouch es pésimo. En este momento, su estrategia es bombardear Damas con morteros y explosivos Katyusha. Eso no tiene sentido porque el bombardeo debe preparar un ataque terrestre, pero no tenemos medios para eso. A pesar de eso, aumenta el aislamiento entre Damas y su periferia."

La vida cotidiana en una región sitiada por el ejército sirio.

"Desde fines de 2012 no hay más energía eléctrica en las 53 comunidades de Ghoutta oriental, ni agua corriente. A comienzo del bloqueo algunos comerciantes mantenían cierta relación con los militares de los puestos de control para traficar algunas cosas. Entonces podíamos comprar combustible a través de esos "aprovechados" de la guerra, por ende treinta veces más caro que el precio en Damas. En Douma, algunos comenzaron a producir gasolina a partir de plástico extraído de las reservas de agua que había encima de los predios y con ese combustible conseguíamos hacer funcionar el computador de vez en cuando. Pero nadie conseguía comprar el combustible de los traficantes, tal vez apenas 1% de la población que recibía algún dinero de afuera del país. Algunos intentaban también con aceite de cocina. La técnica que yo utilizaba era el quitaesmalte (de uñas).

Sobre la cuestión médica un único dato: para 800.000 habitantes de Douma y su respectiva región, en situación de guerra, hay apenas un único cirujano. Los médicos necesitan elegir a quién atender. Durante el ataque químico, llevamos 15 personas asfixiadas a un médico que disponía sólo de dos máquinas de oxígeno y tenía que escoger a quién ayudar. Los médicos son puestos a prueba en terribles situaciones morales…

La cuestión alimenticia es peor: las personas se alimentan de plantas, de basura... Algunas se calientan con plástico o con lo que sea. Los únicos que escapan a esto son los traficantes o los jefes de las fracciones armadas."

El futuro de la revolución.

"Mucha gente, como aquellos que trabajan con nosotros en los centros educativos, tienen la misma orientación que yo, "humana" por así decirlo, contra el régimen, contra el Estado islámico, contra toda persona que no toleraría ser cuestionada sobre su opinión política o religiosa. Yo soy musulmán, sunita, pero pienso que los principios generales de una persona vienen de la moral y no de la religión. El bien y el mal mucho más que Haram y Hallal, si ustedes prefieren. Yo soy minoría en Siria, seguro, pero así y todo: la sociedad siria es conservadora con sus elementos de regulación religiosa, no es una sociedad extremista. Y lo que observamos desde el punto de vista religioso no representa a la sociedad. El pueblo sirio quiere una vida digna, no son todos salafistas o ateos, la cosa no funciona así.


De todos modos, si la situación no llega a mejorar, no quedará ninguno de entre los revolucionarios. El Estado islámico está al este de Siria, para alcanzar al régimen de al-Assad, necesitarían atravesar todas las áreas liberadas entre los dos. Por tanto, el EI intentó infiltrarse en Ghoutta oriental dos veces, sin éxito. Aquellos acusados en Douma de pertenecer al EI están encerrados o fueron ejecutados. Pero hoy hay una alianza objetiva entre el régimen y el EI, que no se confrontan. Y yo no sé si los revolucionarios pueden sobrevivir a ese conjunto de intereses."



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