Octubre 13 de 2014.-Yamileth Dávila, nos da esta entrevista, en medio de un dolor profundo, después de la extraña muerte de su hermano, José Miguel Odreman, sin embargo, se sobrepone a las emociones para defender la reputación y luchar para que se haga justicia en el caso de su hermano.
En su hablar pausado, hace hincapié sobre la calidad humana de José Miguel Odreman, quien fue acribillado de 26 tiros por funcionarios del CICPC y del grupo BAE, el día martes 7 de octubre, en el edificio Manfredi, ubicado entre las esquinas de Mamey y Glorieta de la avenida Sur 4 en Quinta Crespo, en circunstancias que hasta ahora nadie ha sabido explicar y en el que no encajan las piezas de estos sorpresivos hechos.
Para su hermana, Odreman, era un ser humano: generoso, tranquilo, una persona muy colaboradora, cariñosa, quien no sentía envidia, desprendido y sin apegos económicos.
Ante la matriz de opinión que tratan de convertir a su hermano en un delincuente, rememora y lo describe “Mi hermano…era mesurado, muy tranquilo, pensaba, escuchaba, trataba siempre… a través del dialogo, la comunicación, para lograr de esa manera una comprensión. Para resolver los problemas, él decía que había que escuchar las partes, para poder entenderse…”
Argumenta sobre las capacidades de mediador que poseía “…él era un líder activista, él lo que hacía era favorecer a los más necesitados de varias comunidades, como era San José, Cotiza, Fuerzas Armadas.… los voceros comunitarios me dijeron… que era su amigo…su Comandante… agradecidos todos… los sabía escuchar, les resolvía los problemas hasta donde estaban su altura y sus capacidades de los recursos… con los cuales él contaba, les brindaba él, apoyo, no solo a estas comunidades sino también a otras comunidades como en este caso, como lo que pasó… brindando apoyo para dialogar, mi hermano pues, le cuesta la vida…eso era lo que era él , un mediador.
Niega categóricamente que pertenezca o haya pertenecido a una banda de delincuentes, que no tenía antecedentes penales “…la conducta de mi hermano, es una conducta intachable… demostramos a través de los medios de comunicación, con pruebas, que él no tiene antecedentes penales y que no le gusta la violencia.. .él creía en la revolución, él creía en su causa, el fue anillo de segunda del presidente Chávez, con todos ellos compartió muchos escenarios, muchas ayudas, contribuyó y coadyuvó a muchos ministerios a muchos funcionarios…”
Este caso, tan desconcertante, ha generado muchas dudas en la opinión pública y sobre todo en el modo de actuar del CICPC y del grupo BAE, quienes, según distintas apreciaciones, las cuales coinciden, en que no actuaron de la manera debida, pues estos organismos deben agotar todas las formas de diálogo y negociación para llegar a un acuerdo antes de llegar a situaciones como estas, más aún, en un gobierno socialista, que se supone es contrario a estos viejos métodos cuartorepublicanos.
El principio de transparencia es un deber y un factor de credibilidad en cualquier gobierno y este caso que nos ocupa está lleno de muchas interrogantes y pocas respuestas. Por una parte el director del Cicpc, José Gregorio Sierralta, los acusa de pertenecer a una banda de homicidas, no aclara qué homicidios, y por otra, varios voceros de comunidades donde ellos interactuaban los defienden y niegan esta tesis oficial.
Y más aún, cuando antes de morir, aparece en un video, José Miguel Odreman, denunciando el ajusticiamiento de Carmelo Chávez, donde expresa “Limpiaron la escena del suceso, ni siquiera una concha existe. Esto es un ajusticiamiento y sicariato. Lo fusilaron” En otro video, difundido a través de Internet, Odreman acusa al ministro de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, de lo que le ocurra. “Ya basta de que nos sacrifiquen a más camaradas combatientes. Ya basta”
Por otro lado, en unas declaraciones dadas a la prensa, la madre de Jesús Rodríguez, otra de las víctimas, manifiesta "Cuando se produjo el segundo enfrentamiento él iba llegando al edificio. Le había depositado el dinero a sus dos hijos mayores que provienen del estado Falcón. En la puerta de la torre, uno de los funcionarios del Cicpc lo interceptó y le dijo que le entregara su hija que llevaba en brazos a su madre y que lo acompañara. Se lo llevaron y al rato nos enteramos que estaba tiroteado en el hospital Miguel Pérez Carreño. Antes de irse le dijo a su esposa que se protegiera y cuidara a los niños. Su apartamento fue desvalijado", dijo su madre, quien dijo que Rodríguez trabajaba en una cooperativa de seguridad en una conocida red de farmacias.
En todos los casos, hay una cadena lógica que le da estructura y soporte a todo hecho real, pero este caso está lleno de lagunas, no se sabe realmente como ocurrió esto. Lo más preciso, que se tiene hasta ahora, es que en la mañana del martes 7 de octubre, ultimaron a Carmelo Chávez y horas más tarde a José Miguel Odreman y a Michael Contreras, pero hay cinco muertos.
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