Abajo el Gran Hermano

“Voluptuosamente sobre el Suave papel, imprimiendo en claras y grandes mayúsculas lo siguiente:

ABAJO EL GRAN HERMANO

ABAJO EL GRAN HERMANO

ABAJO EL GRAN HERMANO

Una vez y otra hasta llenar media página.

No pudo evitar un escalofrío de pánico. Era absurdo, ya que escribir aquellas palabras no era más peligroso que el acto inicial de abrir un diario; pero, por un instante, estuvo tentado de romper las páginas ya escritas y abandonar su propósito.

El hecho de escribir ABAJO EL GRAN HERMANO o no escribirlo era completamente igual, seguir con el diario, venía a ser lo mismo. La policía del pensamiento lo descubriría de todas maneras.”

(George Orwell / 1.984)

1.984, la pluma de George Orwell, el mismo autor de “Rebelión en la granja” no se cansaba de alertarnos sobre los desquicios de la alienación. Un tobogán a una sociedad apresada en su propio pensamiento, a la dominación de las ideas que hábilmente hilvanadas y publicadas por el Ministerio de la Novela, sometían a todos a un pensamiento lineal. La neolengua, que ya había eliminado los contrarios: no más bueno y malo, tan sólo malo y menos malo y así sucesivamente. El pensamiento crítico sentenciado a ser “vaporizado” y la intimidad vigilada por la Policía del Pensamiento que sobrevolaba tus sueños en los autogiros durante las noches.

Hoy escribo en el año 2.009 nuevamente: ABAJO EL GRAN HERMANO.

Me asomo a la pantalla de plasma y veo al Ministerio de la Novela y al Ministerio de la Verdad en ejercicio pleno de sus funciones; FOX, CNN y una secuela de transmisores de orden nacional, trasmiten la versión oficial de los sucesos. En verdad no se le da importancia a la verdad, no importa lo que haya sucedido, no, el Ministerio de la Novela se encargará de dar la versión oficial que será en definitiva la que crea la mayoría; y si lo cree la mayoría será le verdad.

El joven al que un francotirador destrozara el cráneo en el aeropuerto de Toncantís, en Tegucigalpa, en verdad no fue asesinado por los soldados golpistas que tomaron el aeropuerto para impedir al Presidente Zelaya volver a tomar su cargo, la verdad oficial es que el joven fue asesinado de un disparo en su cabeza por su misma madre, ya CNN y FOX enseñan el casquillo de la bala por las pantallas de plasma. Son los libre pensantes que manipulan la información para subvertir el orden establecido por el Gran Hermano, Telesur debe ser sometida y confiscada, es una televisora subversiva que está dañando a la verdad diciendo menos verdades, ellos no vieron a quien asesinó al joven, nosotros si, tenemos las pruebas. Zelaya tiene 148 violaciones a las leyes y deberá ser vaporizado, el nuevo gobiernoestablecido es la democracia. Al joven que protestaba lo asesinó su madre, aquí están los casquillo de las balas.

Así veo a diario como el dominio de las ideas, sumado a la ignorancia cultural se abre paso para instaurar la mentira, no me cabe en la cabeza ningún entendimiento para justificar a los jóvenes periodistas que ardorosamente tergiversan y salen ante todos a defender mentiras en FOX y en CNN hay una sola forma de entenderlo: han sido intervenidos por el Gran Hermano, ellos creen de corazón en lo que dicen, ellos odian de corazón a los gobiernos de izquierda que amenazan la sociedad perfecta del Gran Hermano. Todo eso está pasando en nuestras narices y no hacemos nada para impedirlo.

El Ministerio de la Verdad, que en neolengua se llama Mimbre, según nos narra Winston, el personaje de la novela de Orwell, era una enorme estructura blanca de terrazas, que tenía aproximadamente 3.000 habitaciones, y en cuyo frente podíamos leer de elegante forma las tres consignas del Partido:

LA GUERRA ES LA PAZ

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA

Gracias a Winston, a Orwell, por haber escrito aquel diario, para los que no habíamos nacido, por preservar la irreverencia en el fondo de mi consciencia y poder rebelarme para siempre y ser subversivo, ante la mentira mediática hecha costumbre, por poder estar tan molesto e indignado ante las canallas y viles acciones con que arremeten los esbirros contra el pueblo hermoso de Honduras, no puedo hacer menos que ustedes:


¡QUE MUERA EL GRAN HERMANO, CARAJO!


brachoraul@gmail.com


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Raúl Bracho


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