Crimen sin castigo

La historia vuelve a repetirse. Que lejos está la práxis del bla, bla, bla. Una vez más estamos en la disyuntiva de hacer o no hacer para salvar la República. Como dice el pueblo sabiamente “Entre el dicho y el hecho hay mucho trecho”. Trecho que ha debido reducirse sustancialmente a lo largo de este proceso revolucionario, sin embargo, todavía estamos en la etapa del ser o no ser pendejos, como dice el presidente de la República, ante la arremetida contrarrevolucionaria opositora que atenta contra la estabilidad del Estado. No en balde dijo Vargas Vila en una de sus celebres autorías definiendo a la elocuencia como la antitesis de la retórica. Siendo la retórica el elemento fundamental de la demagogia usada para mentir.

Seamos elocuentes, diáfanos, y no utilicemos el bla, bla para mentir o crear falsas expectativas que causan daño al proceso revolucionario. Llama mucho la atención el silencio sepulcral que hoy existe con respecto al pretendido juicio al ex gobernador del Zulia (Manuel Rosales) y nadie dice nada. Al menos la Fiscalía General de la República (Luisa Ortega Díaz) ha podido informar de como va el curso de las investigaciones en este sonado caso. Lo cierto es que del bla, bla a la práxis el trecho es grande. De modo similar se presenta ante la opinión pública el caso Sambil en la Candelaria, nadie sabe si va o no va o en que situación está.

La gente ya no admite las divagaciones o engaños que puedan presentarse en estos u otros casos por devenir, la historia acerca de la actuación de la Fiscalía es triste, parece que existe una fuerza poderosa que le impide la buena conclusión de las investigaciones que maneja. No olvidemos la actuación de la Fiscalía (Isaías Rodríguez) que en definitiva dejó el caso Anderson inconcluso ante los ojos del pueblo. Creo que en nuestras filas revolucionarias hay muchos pendejos o timoratos que, quizá por sentirse desprotegidos por la fuerza pública, retienen o no asumen decisiones que permitan acelerar y resolver los problemas judiciales a su cargo.

Todo el mundo sabe lo del joven universitario que colaboró en el derribo de la estatua de Colón...Fue preso sin contemplaciones y la Fiscalía actuó con eficacia para condenar el hecho. Que pasará ahora con los estudiantes fascistas que han quemado las faldas del Ávila. ¿Será la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela, capaz de sancionar a estos individuos con cárcel por esta locura piromaniática oposicionista? Ya veremos lo que pasa...Ojalá la palabra del presidente Chávez no se quede en puro bla, bla y nada. Si esto sucede, el pueblo venezolano debe entender de una vez por todas que la ley se aplica sólo a los pobres y a los pendejos que habitamos en este país y entonces deberá actuar en consecuencia para revertir este esquema y funcionamiento judicial.

alexriver870@hotmail.com


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Alex Rivero


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