Las mujeres jóvenes venezolanas exigimos: salud sexual y derecho al aborto

El proceso de Reforma Constitucional que se llevará a cabo en los próximos meses en nuestro país, debe fortalecer el carácter progresista y revolucionario que desde su nacimiento en 1.999 ha caracterizado a la Constitución Bolivariana. Uno de los elementos que debe representar un viraje en nuestra carta magna es precisamente la Salud Sexual y el Derecho al Aborto.

Por un lado, tenemos el hecho innegable de ser seres sexuados, y en base a esto los medios de Comunicación Social han manipulado, vejado, invisibilizado, perpetuado y enajenado la imagen de las Mujeres convirtiéndonos en simples objetos, en mercancía; y el amparo del Estado, y el rechazo de los hombres y mujeres en general, no siendo manifiesto bajo ninguna circunstancia, hemos guardado hasta ahora, un silencio cómplice y perpetuador de las ideología patriarcal y burguesa que devasta la imagen de las mujeres como seres sociales.

El artículo 76 de la Constitución Nacional, expresa lo siguiente: Las parejas tienen derecho a decidir libre y responsablemente el número de hijos e hijas que deseen concebir y a disponer de la información y de los medios que les aseguren el ejercicio de este derecho. Esto es letra muerta, y lo es por razones obvias, en primer lugar, decidir el número de hijos y no decidir el momento en que deseen hacerlo es vacío y contradictorio, y por otro lado, sin una Educación Sexual adecuada, difícilmente nuestras y nuestros jóvenes pueden decidir conscientemente el momento y el número de hijos que deseen tener. Y es que no se trata de llevar a la escuela la cigüeña para enseñarle a nuestros hijos e hijas quien trae a casa a los bebes, se trata, de que tanto el Estado, como la Sociedad, debemos asumir que con o sin nuestra orientación ellos tienen acceso a material sexual e incluso pornográfico, a través de la Internet, de los Teléfonos Celulares, de revistas, de la Televisión, porque ese es precisamente el gancho publicitario que utilizan los medios de Comunicación Masivos para perpetuar su hegemonía, y lo que estamos haciendo con ese silencio encubridor, que resulta reaccionario, es precisamente permitirle al sistema que eduque a nuestros hijos e hijas bajo sus intereses, que buscan acentuar mucho más los antagonismos de clase, hundiéndonos cada vez más en la miseria.

La sexualidad es conocer nuestro cuerpo, y nosotros mismos permitimos que se nos pongan parámetros que nos limitan. La Educación Sexual que estamos recibiendo, por el hecho de ser tan conservadora, lo que ocasiona es obsesionar a nuestras y nuestros jóvenes con la penetración y la reproducción, que exista miedo y autolimitación, que es la imagen promovida por los roles y estereotipos creados por los medios de comunicación. La educación sexual que recibimos, tiene extintos los elementos esenciales del acto sexual, que son por un lado, el hecho de ser natural, y no un pecado, y el conocimiento mutuo y el disfrute por otro. En muchos casos, la violencia física, psicológica y sexual que los hombres ejercen contra las mujeres son producto de frustraciones sexuales. Parte importante de la Salud Sexual y reproductiva de nuestras y nuestros jóvenes pasa por la necesidad impostergable de que el Estado Venezolano avale y asuma la orientación y distribución masiva de los métodos anticonceptivos y de protección que garanticen dos objetivos fundamentales, disminuir el número de embarazos precoces y no deseados, y la prevención de enfermedades de transmisión sexual.

Ahora bien, tenemos un tema que ha venido produciendo convulsiones en los sectores más reaccionarios en el mundo entero, donde una vez más la misógina y retardataria Iglesia Católica asume la vanguardia de la histórica cacería de brujas y ese empeño sesgado de mantener a la MUJER en condición de subordinación, miseria y explotación, y es precisamente el tema del Aborto donde podemos ver con más transparencia su nefasto papel conservador.

En primer lugar, el aborto debe ser legal, porque el aborto clandestino es causante, según la OMS, de 78000 muertes de mujeres jóvenes en el mundo entero, sin contar el número de muertes, donde los familiares, esconden que su causa fue producida por un aborto clandestino mal inducido. Debe ser gratuito, para garantizar el acceso a él por parte de los sectores más desposeídos de nuestro país que encabezan la lista de embarazos, lastimosamente niñas y adolescentes. Y debe ser seguro, garantizando que quienes ostentan el poder en los aparatos jurídicos del Estado burgués, por su misma esencia conservadora, no pongan trabas ni obstaculicen las sentencias en las cuales se autorice su práctica, la cual debe realizarse, antes de las doce semanas de gestación.

Es el momento oportuno para entender que estamos condenando a nuestra juventud a mal vivir, o mejor dicho a no vivir, en un mundo donde difícilmente lo humano tiene cabida, y allí radica esencialmente el carácter revolucionario de Legalizar el Aborto, en permitir y abrir perspectivas para que la juventud tome parte y asuma el protagonismo que le corresponde dentro del proceso revolucionario, y no condenarlos a ser hormiguitas que construyen la casa de barro, que ya por la manera en la que nace, no sólo esta podrida, sino que además las condiciones de miseria en las que probablemente se encuentren, los seguirá alienando y enajenando, convirtiéndolos en robots, incapaces de combatir, de ser rebeldes, y de plantearse socavar las bases de un sistema generador de nuestras condiciones inhumanas de existencia. Porque la madre, entre trastes y trapos sucios, entre la peste y los teteros, y el padre entre un horario de 10 horas de explotación, la leche del hijo, y la cervecita los fines de semana, no se plantearán en ningún momento “perder el tiempo en lo que no les da de comer”

Por tanto, es tarea de los revolucionarios y las revolucionarias apostar que en la reforma Constitucional se legalice el aborto y además se generen estrategias de Educación Sexual acorde con los tiempos que vivimos.

Las mujeres de la Burguesía, hace ya mucho tiempo que viven libres de estos desagradables y duros traumas, porque tienen los recursos necesarios para maquillar su doble moral. ¿Por qué tiene la mujer trabajadora que continuar con esta pesada carga que en muchas ocasiones les cuesta la vida?

“La implementación de adecuadas políticas de Educación Sexual, disminuirá progresivamente el número de abortos que se practiquen”.


(*)Frente Mujer Joven - Comité Regional de la Juventud Comunista en el Estado Carabobo.

“Mujeres Jóvenes por el Socialismo, Creando Poder Popular”

rebecafrank@hotmail.com


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